Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación, mintió. La máxima casa de estudios tiene 80 millones de pesos menos en su presupuesto. “Lo que nos preocupa es que este crecimiento y estabilidad se pudiera poner en riesgo si se están recortando los recursos”, dijo a ZETA el presidente del patronato de la UABC, Gustavo de Hoyos Walther
El Gobierno Federal ha puesto en aprietos a la Universidad Autónoma de Baja California. Por segundo año consecutivo la autoridad recortó a la máxima casa de estudios el gasto corriente destinado al fortalecimiento de la investigación, el desarrollo académico y el equipamiento de talleres, principalmente.
Al disminuir 80 millones de pesos de su presupuesto, se pone en riesgo la viabilidad algunos programas, a la vez de la calidad educativa que la institución ofrece a una creciente demanda de 65 mil estudiantes que espera atender en 2016.
Lejos quedó el discurso de septiembre de 2015, cuando el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, dijo ante mentores de diversas universidades a nivel nacional que a pesar de un ajuste en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), en 2016 no tocarían el dinero asignado a la educación superior.
Si bien es cierto, el PEF consideró una ampliación para el rubro de educación y cultura por el orden de los 5 mil millones de pesos a nivel nacional, la realidad para la UABC registra una disminución de los dineros otorgados.
Reducir de manera consecutiva dicho recurso en la educación de nivel superior como una medida inmediata para mantener una estabilidad económica en México, ante la baja en el precio del petróleo, principal ingreso del Gobierno Federal, no fue la mejor apuesta de la administración que encabeza Enrique Peña Nieto, advirtieron especialistas consultados por ZETA.
Cabe mencionar que además de recibir subsidio del Gobierno Federal, la UABC tiene asignado un monto por parte de la administración estatal, de mil 192 millones de pesos, que en el trienio de 2014 a 2016 no ha subido.
Los capitales reducidos eran aplicados en el Programa para el Fomento de la Calidad en las Instituciones de Educación Superior (PROSOFIE) y el Fondo para Elevar la Calidad de la Educación Superior (FECES), ambos relacionados con la optimización de la calidad educativa; dejarlos de lado significaría un retroceso educativo.
Ante tal situación el alma máter tendrá que reestructurar sus programas, así como generar ahorros y buscar la reorientación del gasto, con el objetivo de seguir con la oferta de dichos planes.
El problema
El rector de la UABC, Juan Manuel Ocegueda, explicó a ZETA que el recurso de lo otorgado a la institución es de 3 mil 921 millones de pesos, lo que representa un incremento del 4.46 por ciento respecto a 2015, lo que apenas le alcanza a la máxima casa de estudios para cubrir el costo de la inflación. En tanto que el recurso estatal será el mismo de 2014 y 2015.
“La gran preocupación es porque el recurso ordinario es para pagar plantilla. Lo que ayuda a mantener los programas estratégicos de la Universidad es el recurso extraordinario que se destina a fortalecer investigación, promover desarrollo de cuerpos académicos, apoyo a movilidad estudiantil, así como académica, la extensión universitaria; estamos hablando que los programas que se verán afectados son el PROSOFIE y el FECES”, expuso.
Ante tal escenario, el rector abundó que no van a suspender o retirar el apoyo a los programas, sino que harán ajustes y reducirán gastos en otros rubros para reorientar planes.
— ¿En qué rubros se dará el ahorro?
“Gasto corriente, materiales de oficina (menos uso de papel, tintas), gasolina y viáticos, por lo que muchas de las reuniones serán en videoconferencia; generar un ahorro de energía eléctrica, que es donde gastamos mucho dinero. Con todo eso lo vamos a reducir un 30 por ciento. Buscamos resarcir lo que nos dejaron de dar, la idea es que logremos ahorrar más de 50 millones, no sé si logremos resarcir”.
El directivo aprovechó para pedir al sindicato que guarde mesura, ya que es muy complicado pensar en incrementos salariales que vayan más allá de los que ha hecho la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Este año es complicado. Que se solidaricen con la Universidad y que sus pretensiones salariales y de contrato colectivo se ajusten a la situación”, solicitó Ocegueda.
Para finalizar, indicó que la matrícula en el segundo semestre de 2015 fue de 63 mil 140 estudiantes. Para 2016 tiene estimado recibir a 65 mil, pero “ya no está en condiciones de crecer, máxime con estos recortes de recursos”.
Seguirán programas: patronato
Desde hace 10 años la UABC ha seguido una ruta de crecimiento, ha multiplicado el tamaño de matrícula e instalaciones y esto ha sido en base a su eficiencia interna, pues cuenta con finanzas sanas, comentó a ZETA el presidente del Patronato de la UABC, Gustavo de Hoyos Walther.
Agregó que el instituto tiene un plan de pensiones sin riesgo para la sustentabilidad en el mediano plazo, por lo que no causa problemas a los gobiernos Federal ni del Estado. Y advierte: “Lo que nos preocupa es que este crecimiento y estabilidad se pudiera poner en riesgo si se están recortando los recursos, porque por un lado hay un crecimiento de la matrícula atendiendo las necesidades de Baja California, y por otro, hay un decremento en el ingreso por lo que es la inflación y demás.
“Nos preocupa el recorte en la parte del subsidio extraordinario porque afecta áreas muy sensibles, lo que tiene que ver con la formación de los cuerpos académicos”, reconoció.
De Hoyos recalcó que la baja presupuestal afecta directamente al tema de equipamiento de laboratorios, que son espacios relacionados con la creación de competencias y habilidades.
“La UABC no ha cerrado, ni va a cerrar carreras. Los programas en maestría y doctorado van a seguir operando. Tiene para atender a los jóvenes en sus clases y que los maestros tengan su remuneración. El reto es la calidad, la educación se forma de un conjunto elementos, equipamiento, aulas, laboratorios y actualización del profesorado. Si siguen los recortes sistemáticos, podemos tener una regresión en dicho rubro”, finalizó.
Arte, deporte y la educación, los rubros sacrificados
Para la ex vicerrectora del área de formación integral en la Universidad Iberoamericana, Ana Claudia Torre Bonagura, tener maestros mejor capacitados no solo brinda un prestigio institucional; también contribuye al desarrollo de una perspectiva académica y humana diferente en cuanto a la formación de estudiantes, aunado a que son un elemento de transformación social.
En torno a los recortes que el Gobierno Federal ha hecho a las universidades públicas, reconoció que se viven tiempos difíciles: “Desafortunadamente los espacios a los que se les disminuye el recurso en tiempos de crisis, son el arte, deporte y la educación. Habría que hacer una reflexión más profunda no para el presupuesto de este año, sino para los venideros, en relación al objetivo que se tiene como país en cuanto a la formación de los estudiantes”.
Torre complementó:
“Es decir, si como país se plantea un tipo de perfil estudiantil y profesional que va a llevar a un desarrollo en la economía, de la sociedad, bienestar, del crecimiento del Producto Interno Bruto, entonces hay que responder acorde a ese proyecto de país, porque no es nada más el responder a lo inmediato, sino al concepto de país que se quiere”.