Bryan está sentado entre medio de sus padres, Óscar y quien prefiere no presentarse: “Disculpe, pero yo mamá de Bryan, nada más”. Sus manos alcanzan las del adolescente y ya no las suelta.
Ojos vidriosos, caras caídas y cabezas encapuchadas, al principio se aferran en insistir que la fotografía se subió a las redes por error, y que no se están burlando de la sociedad. Que esas publicaciones de Facebook en que se jactan de tener “palancas” y por eso gozar de libertad, las escribió una persona que robó la cuenta de Bryan Ramírez.
Se refieren a la imagen que se exhibió desde el miércoles 13 de enero, en la que se aprecia cómo un niño besa el pene de Bryan, foto que apareció lo mismo en redes sociales que en medios de comunicación, locales y nacionales; también en revistas de farándula. En la mayoría de los casos, la reacción fue de condena. En todo el país, Bryan es el adolescente que abusó sexualmente de Cristian, un menor de seis años de edad.
La explicación de Bryan –en ocasiones interrumpido por sus padres– no va más allá: una acción que no premeditó, que estuvo mal, que no fue una error cualquiera y que está listo para pagarlo, con cárcel o con terapia psicológica. “Yo estoy dispuesto a pagar como sea, lo que diga el juez”, sostiene.
— ¿Crees que necesitas ayuda para que no vuelvas a hacerlo?
“Atención para corregir y que no vuelva a pasar”.
— ¿Es algo que habías hecho antes?
“No, nunca”.
A su madre se le pregunta si considera la acción de su hijo un hecho aislado, sin antecedentes, o a causas que detonaron dicho perfil en el adolescente.
“Si me hubieras preguntado el lunes pasado, te hubiera dicho que mi hijo jamás hubiera hecho algo así, como madre que piensa que está haciendo las cosas bien”.
Cuando se le especificó si han considerado una probable agresión sexual contra Bryan pudo haber influido su conducta, dijo:
“Yo te puedo decir que no, yo siento que influyó que siempre está solo, que es un niño de casa y escuela, la edad por la que está pasando de que quieren conocer o saber y decidió experimentarlo de la manera más incorrecta, y con un menor. Pero el psicólogo es el que hará un diagnóstico”.
En el mismo sentido se manifestó Óscar, quien se dijo sorprendido, pues la educación que explican le han dado no va acorde a lo que su hijo hizo.
“No sé qué pasó por su cabeza. Le hemos dado todo, es hijo único, somos personas trabajadoras, somos de bien. Como le comento a mi esposa, no nos tenemos que esconder de la sociedad, nosotros tenemos que ir con la frente en alto porque no hemos robado, ni nada. Mi hijo se equivocó, y si tiene que pagar por eso, lo tiene que pagar”.
El miércoles que se descubrió el abuso cometido por Bryan, fueron sus padres quienes lo llevaron al Ministerio Público. Hubo interrogatorios y exámenes especializados. Se descartó una violación contra Cristian, pero el proceso continúa para determinar delitos en la investigación, según informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
La psicóloga Martha Cruz Ramírez, especialista en abuso sexual infantil, considera que en el acto de Bryan, por el contexto y por su edad, la inocencia no juega un papel en el análisis que puede hacerse del caso.
“Yo me atrevo a decir que no se le ve maldad, pero tampoco es completamente inocente. Yo pienso que sí tenía cierto conocimiento de lo que estaba haciendo, que la mala suerte se le vino y se descubrió su asunto. Yo creo que es bueno, porque lo papás tienen que tomar acción y ayudarlo, por la edad lo que va a pasar es que requiere terapia. Privarlo de la libertad en el Centro de Tratamiento para Adolescentes es terapia y aprender destrezas, redireccionar los malos hábitos que venimos adquiriendo en la adolescencia”.
Sin atención, mencionó, hay una gran probabilidad de que Bryan vuelva a hacer lo mismo.
La psicóloga agregó que no debe descartarse que el adolescente haya actuado de forma similar antes, pues observa una acción construida. Se atreve a asegurar también, por lo menos respaldada en sus estadísticas, que la mayoría de los agresores sexuales, como se le puede considerar al señalado, han sido víctimas.
“Lo que sí es cierto es que todos los agresores sexuales, en mi estadística, me atrevo a sostenerlo, ha sido víctima de tipo sexual. Entonces si nos ponemos a escarbar más podríamos encontrar algo”.
Sobre la víctima, Cristian de seis años, mencionó que el daño más importante que puede tener, es colateral, al haber sido evidenciado, en medios de comunicación y redes sociales. Todo depende, acotó, de la forma en que sus padres reaccionen.
“Cualquier daño tiene que ver con la historia personal, y con la reacción de los padres al momento que se destaparon los hechos, porque es bien común que la mamá del ofendido, le dan más tono al abuso del niño. Lo magnifican, lo agrava”.
La posibilidad de reducir un probable agravio, más allá del acto, es mucha:
“La recomendación que hacemos a los papás con niños sexualmente reactivos (porque experimentaron cosas sexuales a temprana edad) es: no los expongan a una situación de excitación, no se desnuden delante de él si antes lo hacían. Cuidar al niño porque no es su culpa reaccionar ante un estímulo sexual, ya está afectado, nadie lo va a engañar, ya sabe que existe que le laman el pene a alguien. ¿Cómo quitarlo? Es cuestión de cuidarlo y tratarlo normal, igual, no cambiarle la vida tan abruptamente”.