(EDICIÓN IMPRESA) “Le damos la bienvenida al agua, porque hemos necesitado mucho ese recurso”, expresó el director de Protección Civil Municipal, Arturo Granados, pese a las inundaciones, derrumbes de bardas, bloqueo de carreteras, apagones, damnificados y desbordamientos de arroyos que han provocado las primeras lluvias atribuidas al fenómeno de “El Niño” en Ensenada, y por lo cual el alcalde Gilberto Hirata Chico pedirá la declaratoria de “zona de desastre” en las próximas horas. El saldo de los cuatro frentes fríos que desde la madrugada del lunes 4 de enero han azotado al municipio, en el primer día se dieron más de 50 reportes de emergencia; mientras en la noche del miércoles y mañana del jueves fueron más de 80 registros. Aunque no ha habido pérdidas humanas que lamentar, más de 50 familias han sido evacuadas de sus hogares, y las afectaciones materiales se resumen en cinco casas con pérdida total, cuatro con daños parciales, además de numerosos vehículos arrastrados por las corrientes y vialidades destruidas parcialmente. En los cuatro albergues acondicionados en la zona urbana y sur del municipio se resguardan 250 personas. “No hay víctimas, no hay lesionados, pero sí damnificados”, insistió Jaime Nieto de María y Campos, director de Bomberos, respecto al saldo que han dejado las lluvias hasta el jueves 7 de enero. “No podemos hablar de desalojo de colonias, sino de algunas personas”, precisó. Sin embargo, dijo que una vez aminorado el frente frío número 27 que afecta a la región, se implementará el Plan DN-III de emergencia, solamente para fines de reconstrucción y aprovechar la tregua. Pese a los encharcamientos y constantes cortes de energía eléctrica, el funcionario rescatista afirmó que todas las actividades, a excepción de las escuelas, se mantienen normales: “La ciudad no se detiene, pero hay que tener precaución”. Las precipitaciones de hasta 50 milímetros de agua y ráfagas de viento de hasta 40 kilómetros, no han afectado mayormente gracias a la prevención, aseguraron las autoridades. El titular de Bomberos refirió que la comunicación con el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) ha permitido conocer en el tiempo e intensidad con que se aproxima la tormenta, permitiendo poner a salvo a la gente incluso con dos días de anticipación. Mientras que Granados resaltó el trabajo del Comité Municipal de Protección Civil, que desde el mes de octubre venía trabajando -aun sin Atlas de Riesgos- para aventajar con limpieza de arroyos, determinar zonas de peligro y acondicionar albergues. Y sugirió a la población “ser inspectores de sus propias viviendas, revisar todo tipo de techumbres, laminados que pudieran salir volando o provocar alguna lesión en personas o casas”. LA HISTORIA DE SIEMPRE Los encharcamientos de “toda la vida” que vuelven intransitable parte de la Zona Centro de la ciudad y la zona urbana se registraron en las calles Segunda, Séptima, Libramiento Esmeralda, Miramar, Macheros, Bronce y Bulevar Las Dunas; y los cruces de Reforma y Águila, Octava y Ámbar, 6 de septiembre y México, Reforma y Diamante. Las colonias mayormente afectadas con inundaciones y deslaves han sido la Morelos I y II, Villas del Real IV y VI, Praderas del Ciprés, Aeropuerto, Escritores, Obrera, Cañón Loma Linda, Granjas El Gallo y Popular 89. EL “SUR PROFUNDO”, PEOR “Allá llueve tres veces más”, externó Jaime Nieto, director de Bomberos, refiriéndose a la parte rural de Ensenada, donde el histórico rezago agrava los efectos climatológicos. “Tenemos que ponerle mucha atención porque los daños son más severos”, reconoció. Delegaciones como Camalú o Colonet “están destrozadas”, consideraron algunos residentes. Ahí lo que hizo estragos fue la crecida del Arroyo Oaxaca, lo que provocó la evacuación de 40 personas -entre ellas 15 menores- en el albergue acondicionado en la Parroquia del Carmen en Camalú. Elementos del Ejército de desplegaron a toda la zona de San Quintín y, debido a los deslaves, se cerró un tramo de la Carretera Transpeninsular. Ahí una “Oruga” de la Cruz Roja fue al rescate de personas. En la delegación Santo Tomás fueron evacuados cinco adultos y ochos menores de edad, se les dio refugio en el albergue del Salón Social “El Ajusco”, mientras que en punta Colonet evacuaron a 15 personas. A estas delegaciones acudió la Unidad de Atención a Grupos Vulnerables del gobierno municipal a repartir despensas, cobijas, ropa y artículos para bebé. Acudieron tres máquinas retroexcavadoras con 35 brigadistas para trabajar sobre el Arroyo Oaxaca. PROBLEMA EN LAS CARRETERAS Nuevamente se puso de manifiesto la vulnerabilidad de las carreteras de acceso al puerto de Ensenada. La mañana del martes en la carretera libre Tijuana-Ensenada, a la altura del Kilómetro 15, en el tramo de “El Tigre” cayó una roca de 10 toneladas que bloqueó la vialidad y pudo haber provocado alguna desgracia. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) la retiró a las pocas horas, pero el peligro de deslizamientos es latente. En la salida sur del municipio, en la Carretera Transpeninsular también hubo problemas, anegaciones a la altura de los ranchos Jaramillo e Ibarra, en Camalú varios carros chicos fueron arrestados o varados a los costados de la carretera. Hubo derrumbes y corrientes fuertes de agua en Eréndira, en el Kilómetro 74, lo que impidió la entrada a la delegación de San Vicente. En la siempre abandonada delegación de Maneadero, se tuvo que cerrar un tramo de la Carretera Transpeninsular, debido al arrastre de tierra y lodo, y el desmoronamiento de un tramo de acotación. Mientras que el Puente San Simón, a la entrada del Rancho Los Pinos, en Vicente Guerrero, resultó muy afectado y con peligro de venirse abajo, “pero era de esperarse”, refirió Jaime Nieto. En las últimas horas, en el poblado de Santa Rosa, en la Carretera Libre a Tijuana, 13 familias quedaron atrapadas y sin víveres, por lo que la autoridad trabajaba para su atención, según informó el titular de Bomberos. EL SAUZAL, FAMILIAS SIN CASA No sin resistencia por parte de la gente, alrededor de 20 familias fueron evacuadas de la parte alta de la delegación de El Sauzal por parte de elementos de las Fuerzas Armadas. Concretamente de la colonia Villa de Reyes, amenazada por las inmediaciones del Arroyo Cuatro Milpas. La colonia, que tiene cinco años de creación, está ubicada en la entrada norte del municipio y no cuenta con servicios básicos como agua, luz, drenaje y pavimento, por tratarse de un asentamiento irregular y sin derecho a beneficiarse de obras del Ramo 33. La habitan 120 familias, de las cuales 20 están en mayor peligro, pues el terreno poroso asentado en un cañón, provoca inundaciones y deslices, con taludes que amenazan con sepultar las casas. Algunas familias perdieron totalmente sus viviendas con las primeras lluvias, que fueron las que buscaron por su propia cuenta el albergue en la Parroquia Estrella del Mar. Con el resto de los residentes hubo de aplicar la concientización y casi obligarlos a salir. PEDREGAL PLAYITAS, A SALVO PESE A LA CESPE En el asentamiento irregular, pero habitado por académicos, investigadores y gente clase media, aledaños a los centros educativos de la UABC, CICESE y UNAM, en la entrada a la zona urbana de Ensenada, desde hace más de un año vienen pugnando por la atención de las autoridades, pues la amenaza latente es por inundación que les bloquearía las únicas dos salidas de la colonia hacia la carretera. El Comité de Vecinos informó que si bien hasta el momento las afectaciones por las lluvias no han sido graves, las autoridades correspondientes no hicieron el trabajo previo que se les requería. Por ejemplo, Protección Civil nunca puso los sellos de riesgo en las viviendas, no hay rutas señaladas para evacuación, la invasión de particulares en el paso de servicio de Playa María, Playa Angelitos y Playa Azul sigue, no se resolvió por parte de Catastro y Control Urbano, que lleva un año con la denuncia en el escritorio. La instancia federal CONAGUA, como ha sido su abulia en todas las zonas de su injerencia, acudió varias veces pero no emprendieron ninguna acción, “porque dicen que no cuentan con una delimitación de la zona federal”. Mientras que el Gobierno del Estado “también fueron a visitar la colonia, pero no contamos con ningún comunicado oficial de su parte”. Lo que sí se hizo por parte de Servicios Públicos Municipales fue limpiar y ampliar el margen del arroyo, y dejar en buenas condiciones el tubo de desagüe que ha permitido hasta ahora que la colonia no se inunde: “En estos momentos está a todo lo que da el arroyo, y corriendo el agua perfectamente, fuerte y de manera continua. Los automóviles pasan muy bien, todo fluido”, narró un vecino durante el segundo día de lluvias. La mañana del jueves 7 de enero, otro habitante denunció: “En la calle Playa El Descanso y Mármol hay una zanja que hicieron con una máquina, está muy profunda, y lo hizo la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), quebraron el tubo de agua y de drenaje para que saliera el agua y los desechos por ahí, pero hay que tener mucho cuidado, está muy resbaloso y no hay señalamientos; hace un momento un pick-up se resbaló. Nos parece una falta de prudencia e inteligencia hacer este movimiento de tierra con este clima”. LA MODERNA VÍCTIMA DE LA NEGLIGENCIA También las colonias de mayores ingresos tuvieron afectaciones, como fue el caso de La Moderna, una de las más antiguas de la ciudad, que aparte de los apagones que se suscitaron por la avería de un transformador en la Zona Centro, donde un muro cayó sobre una vivienda y un tanque de gas estacionario, debido a que un particular, Miguel Lanz Paredes, quien creó la asociación Lomas de La Moderna, construyó indebidamente sobre un pasillo de servicio, el cual rellenó con escombros y tierra, y no hizo un muro de contención para contener el lodo. En su momento, Catastro puso sellos de clausura a la obra, sin embargo, Lanz desacató la orden y continuó la edificación clandestinamente, por lo que las dos familias afectadas interpondrán una demanda penal, pues la barda de 20 metros se colapsó a causa de las lluvias, provocando una severa crisis nerviosa en una de las residentes de las casas afectadas. La anomalía se denunció desde 2015 a las diversas autoridades, por lo que los vecinos culpan de negligencia por omisión a dependencias como la CESPE, Catastro, Protección Civil, Desarrollo Urbano y Sindicatura Municipal. “BALCONEAN” A AUTORIDADES Pese al alboroto del gobierno municipal en el sentido de los trabajos de prevención y coordinación entre dependencias, en muchas colonias refieren todo lo contrario, como en Lomas del Pedregal, donde los vecinos aceptan que, efectivamente, no se prepararon para las lluvias, aunque reconocen, tampoco fueron notificados en su momento por Protección Civil. Ahí padecieron inundaciones y derrumbes de taludes y muros de llantas, “pero nadie nos dijo nada a nosotros”. Respecto a los albergues refirieron: “Los hay, pero no sabemos dónde están”. En la colonia Morelos II refirieron que están totalmente abandonados por el gobierno, “no nos ayudan en nada”, situación que padecen 80 familias asentadas en la zona. Otras afirman que sí sabían de los riesgos, “pero sin dinero qué podemos hacer”. En Villa del Real IV un jardín de niños se inundó y se metió agua a las casas, “pero no nos quieren pavimentar, aunque sea que nos rasparan las calles”. PRETEXTO PARA CAMPAÑAS Las tormentas también han servido para que aspirantes políticos hagan campaña, como el caso del diputado del Partido del Trabajo, Armando Reyes Ledesma, quien repartió 400 paquetes de materiales para techar, aunque aclaró, no es su obligación. “El alcalde está encerrado con sus funcionarios todo el día, cuando el problema está en las calles. No se preparó el Ayuntamiento ni el Gobierno del Estado. La ciudad está en un caos, es un desastre”, acusó. Reyes aprovechó para reiterar sus intenciones de ser presidente municipal y, bajo la lluvia, tomarse fotos con los afectados.