Y cuándo llegó Chris López al PRI, ya tenía competencia. Resulta que quien no se ha acostumbrado a tener un dirigente estatal de partido con respaldo del CEN tricolor, es el delegado nacional, Leobardo Alcalá Padilla. Como por algún momento fue el mandamás de los priistas en el Estado, hasta que él mismo hizo el cabildeo para la designación de López, parece que se quedó acostumbrado a mandar y a grillar. Sin decírselo a su líder –ni estatal ni nacional– Alcalá Padilla gusta de sentarse a negociar las candidaturas del PRI para las elecciones de junio de 2015, incluidos los billetes verdes (a 18 por uno, el de Jalisco ya no quiere pesos, dicen). En eso estaba, en una robusta mesa de aspirantes locales a posiciones electorales en Tijuana, hablando de quién ya sería el candidato y organizando su vida en la ciudad, cuando fue sorprendido por uno de los más leales a Chris López. Sobra decir que Leobardo Alcalá se acalambró públicamente cuando fue descubierto negociando candidaturas al margen del dirigente estatal del PRI. El silencio reinó en la mesa hasta que el momento incómodo pasó. El leal de López se retiró del lugar y no precisamente porque no le satisficiera el menú. A los pocos días, de la dirigencia nacional, el mismísimo Manlio Fabio Beltrones Rivera se comunicó con Alcalá Padilla para leerle la cartilla. Nada de querer tomar las decisiones que solo al dirigente bajacaliforniano corresponden. ¿Y del departamento en Tijuana? Bueno, el tema ya ni se tocó. Ahora sí que donde manda Chris López, no negocia Leobardo Alcalá Padilla. Alertado está, dicen. Y bueno para que no sorprenda a aspirantes…







