Convencionalmente Ahome es conocido como Los Mochis. Los Mochis, Sinaloa, pues; así de sencillo. Este pedacito de terruño tiene una larga historia de luchas populares, de arte, de deportistas, intelectuales y artistas y su pueblo, sin duda, constructor de ciudades; aquí muchos personajes de fuera nos hemos avecinado y podemos decidir con orgullo que hemos contribuido al crecimiento de esta ciudad codo a codo con los más pobres de este municipio. Aquí leímos Gill, Mario (1983), La Conquista del Valle del Fuerte, Culiacán, U.A.S- I.I.E.S, (Colección Rescate número 19), que viene siendo una de las obras más significativas en la aplicación del método marxista en estudios regionales en México. Jorge Morett y María Luisa Pare (sin fecha), La pequeña Rusia: Las luchas de los trabajadores azucareros de Los Mochis, Sinaloa, 1924–1942, es un testimonio cuando la fuerza obrera de la región impuso de facto una Comuna con similitudes a la Comuna de Morelos (Adolfo Gilly, La Revolución Interrumpida; editorial El Caballito). Sobre el ensayo de Jorge Morett (padre de Lucía, que más adelante abordaré) y de María Luisa Pare pasó una anécdota curiosa; Lucía Morett fue herida (y única sobreviviente) en la emboscada contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y donde asesinó el ejército colombiano al comandante guerrillero Raúl Reyes y tres estudiantes mexicanos. Después de ese episodio el gobierno colombiano empezó una campaña de hostigamiento contra Lucía; por esa razón Jorge Morett estaba con Rosario Ibarra de Piedra (que eran los que abanderaron la defensa de la estudiante) y junto con unos líderes urbanos del país empezamos a charlar; ahí Jorge nos preguntó de dónde veníamos y una comisión, entre ellos yo, le dijimos que de Los Mochis y Jorge empezó a hablar de la ciudad cañera y sus historias y ahí platicándole parte de la historia de lucha de Los Mochis y cuando estaba narrándole la historia de la Sociedad de Interés Colectivo Ejidal “Emancipación proletaria” (SICAE) desde su origen hasta la expropiación del ingenio a la compañía ‘greenga’ United Sugar Companies, S.A y capitaneada por Benjamín F. Johnston fue cuando se me ocurrió recomendarle estos dos estudios; Gill, Mario (1983), La Conquista del Valle del Fuerte y La pequeña Rusia: Las luchas de los trabajadores azucareros de Los Mochis, Sinaloa, 1924–1942 y cuál fue mi sorpresa cuando me dice que él fue el coautor de dicho ensayo que en realidad no recordaba sino simplemente a María Luisa Pare. Y de estas historias tenemos enormidades en Los Mochis, no solo fundamos el Comité de Usuarios, construimos las más populosas y nutridas colonias, también tenemos excelentes músicos y deportistas, así como académicos y los lugares más bellos que ojos humanos podrían ver como es el Maviri y Topolobampo. No podemos decir lo mismo del poderoso grupo político conocido como el Grupo Mochis donde militan Malova y compañía dentro del PRI. En Los Mochis, Ahome, Sinaloa tenemos mujeres que tienen años luchando por un lugar donde vivir, obreros que están en pie de lucha defendiendo el histórico Ingenio Azucarero y muchos jóvenes han resaltado en el deporte, el arte y la música; así están los boxeadores de talla internacional o bien de música como el caso de Lelevier Lizárraga, “El Chano” Torres, la joven rapera Salma Itzel Sandoval; un intelectual del nivel de Elías Morales Serrano (QEPD), Alberto Bojórquez y muchísimos más. Los Mochis, Ahome, Sinaloa tiene otro rostro; humano, rebelde, feliz, creativo y no es responsable de los simuladores y sus hechos; de ahí la defensa y de ahí la necesidad de que se vayan. ¡Que se vayan todos! César del Pardo Escalante