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domingo, octubre 6, 2024
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El presidenciable invisible

Luis Videgaray Caso se subió a las encuestas presidenciales hacía 2018, pero no actúa como tal. Si no fuera por el trato que le dan sus compañeros de partido y sus gobiernos afines, incluyendo el del Estado a nombre de su titular, Francisco Vega de Lamadrid, no se daría cuenta que está frente a un presidenciable. Según la encueta Mitofsky (diciembre 2015), el actual secretario de Hacienda ganaría la Presidencia de la República por el PRI en 2018 (intención de voto), superando incluso a Andrés Manuel López Obrador y a Margarita Zavala. A decir de la misma casa encuestadora, Videgaray “le cae bien” a los mexicanos, en el mismo nivel de Marcelo Ebrard (4.3 puntos). Pero muy lejos de López Obrador a la cabeza (19). El martes 12 de enero, Luis Videgaray pisó Tijuana. Trajo malas noticias y desgracias para los fronterizos, aunque buenas en discurso. Un día después de su visita la gasolina aumentó casi 2 pesos por litro y el dólar llegó a su máximo histórico en los 18.25 pesos por billete verde. En un acto protocolario en la aduana de exportaciones en Otay, el gobernador del Estado, complaciente, agradeció su “participación decisiva” para hacer una Baja California pujante y pudiente. Videgaray respondería con datos ajenos a la realidad popular. Aseguró que gracias a las medidas del Gobierno de la República, y en particular a la dependencia que él dirige, “tenemos la inflación más baja de la que se tenga registro”. Por si fuera poco el mal augurio, accedió a comer del plato del ex alcalde priista Carlos Bustamante Anchondo, a quien el actual ayuntamiento de Tijuana clausuró su casino en Tijuana por operar de manera irregular, y a quien hace escasas semanas el Congreso del Estado negó las cuentas públicas por la severidad de las irregularidades en el manejo de finanzas públicas. Solo para recordar: una de las acusaciones formales que se integrarán y que incriminan a la administración de Bustamante y la a empresa Sola Basic -a la cual se le pagaron millones de pesos por la compra de luminarias que terminaron por no servir– implica delitos federales por evasión de impuestos. Es decir, en detrimento de la hacienda pública. En su paso por Tijuana, el secretario presidenciable se trasladó al exclusivo fraccionamiento Chapultepec a la casa del -hasta ahora- impune Bustamante, para una comida con algunos los empresarios. Otros en el sector, ante el “no” a una mesa de trabajo, despreciaron el bacanal entre amigos. Durante la visita, el funcionario de Enrique Peña Nieto no pudo contestar a ZETA si son serias sus aspiraciones políticas: “Gracias, gracias pero ya contesté preguntas”, reviró a quien escribe luego de insistirle sobre el proceso electoral de 2018.   De pierna cruzada Desde temprano helicópteros estadounidenses sobrevolaron la frontera. Se trató de la inauguración de una pre inspección conjunta entre agentes de mexicanos y norteamericanos para la exportación de productos agrícolas. En tierra, militares mexicanos y rifles de asalto, firmes y con el dedo en el gatillo frente a la entrada del edificio del SAT. A propósito del tema de importaciones y aduanas, el senador Marco Antonio Blásquez llegó al evento -donde se convocó también a parte de la clase política- en una camioneta Lincoln Navigator con placas americanas. En la larga espera (citaron a las 9:30 am y el acto inició dos horas después), los panistas Enrique Méndez Juárez, subsecretario del Estado y la diputada Gina Cruz, se entretuvieron platicando. A la prensa se le reservó un área enjaulada con vallas metálicas detrás. Gilberto Leyva, presidente de la CANACO deambulaba por los pasillos del escenario. Por ahí mismo pasaron Rodulfo Figueroa, del Instituto Nacional de Migración; Gustavo Fernández, de la COPARMEX; y René Romandía, de CANACINTRA. Antes de la llegada del secretario y de su acompañante el gobernador, agentes del Estado Mayor vagaban por los lugares en los que minutos después pisaría Luis Videgaray. Nueve bocinas, una cabina de audio, una pantalla gigante y decenas de cámaras binacionales armaron el acto donde por primera vez un tráiler de fresas mexicanas -por cierto, de una de las empresas de San Quintín acusada de explotación laboral- fueron inspeccionadas por agentes de Aduanas y Protección Fronteriza en territorio mexicano para su exportación. Las edecanes en faldas cortas o trajes entallados le dieron el toque al acto oficial. Agentes del CBP, del Ejército Mexicano y del Servicio de Administración Tributaria convivieron bajo el mismo techo.  Nueve sillas blancas para los invitados de honor: al centro, Luis Videgaray, el único de pierna cruzada. El comisionado de Aduanas y Protección Fronterizas (CBP) de Estados Unidos de América, Gil Kerlikowske y, flanqueando, el gobernador Kiko Vega. Le acompañaron Aristóteles Núñez Sánchez, jefe del SAT; el cónsul general de Estados Unidos en Tijuana, William Ostick; el subsecretario para América del Norte de la SRE, Carlos Pérez. Y al extremo, el director regional de CBP en California, Pete Flores; el alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán Orcí; y Enrique Sánchez Cruz, encargado de Sanidad. El gobernador llamó secretaria a Videgaray y luego corrigió. Aseguró “estar construyendo un Estado cada vez más competitivo”. Sobre todo, por medio de la infraestructura. Para ello mencionó el puente binacional, “pero también estamos trabajando en otros proyectos que son de orden internacional”. Por ejemplo, el aeropuerto en Ensenada, la modernización del puerto en El Sauzal y un tren que conectará a Tecate y la vía corta con Tijuana. El grato gobernador remató: “Hemos trabajado de la mano con el Gobierno Federal que encabeza el Presidente Peña Nieto, y muy importante, con la participación decisiva del señor secretario de Hacienda, por lo cual le estoy muy agradecido, secretario…”, y le dedicó la mirada. Videgaray regresaría la flor en agradecer “el ánimo siempre genuino de colaboración constructiva del gobernador… Gracias Kiko por tu respaldo y por tu colaboración, y por la oportunidad de hacer equipo por Baja California y por México”. Ningún reclamo, ninguna petición pública. Al contrario, ambos funcionarios hablando de crecimiento económico. Luis Videgaray presumiendo tasas de crecimiento, de competitividad, de generación de empleos. “Estamos aprovechando la oportunidad norteamericana”, dijo. Cuando la prensa le confrontó la situación económica y sobre todo la depreciación del peso frente al dólar, el titular de Hacienda se defendió: “Es una realidad que estamos viviendo no solamente en México; es una realidad global”. Y luego otro dato invisible para luego dirigirse a la comida con Bustamante: “Estamos creciendo particularmente en economía doméstica, las ventas al menudeo están creciendo, es decir, las ventas mexicanas están creciendo en la zona fronteriza, particularmente en Baja California. Se está creando empleo, tenemos la inflación más baja de la que se tenga registro, esto es gracias a las fortalezas macroeconómicas que tiene la economía mexicana, en actuar con responsabilidad, implementando los cambios estructurales”. Verdades de secretario que no se ven -ni se sienten- en el bolsillo de los mexicanos.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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