Y viene el conocimiento,
todo, achacan al chiquillo,
al Niño que por morrillo
se mea sin consentimiento.
Ahí viene el Niño, señores,
este temporal vendrá,
es mi purita verdad,
voy a darles pormenores.
Soy de Protección Civil,
yo conozco de tragedias,
no de noticias a medias,
lloverá de enero a abril.
Y ahí tienen que desde ochenta
no cae ninguna gotera,
voy a ver si cuando muera
cae el agua aunque no la sienta.
Tijuana verá su suerte
porque no hay infraestructuras,
pero sí mucha basura
que tira el viejo de enfrente.
No existe civilidad
desde que murió civismo,
qué sociedad, qué cinismo,
mi entorno es la suciedad.
Mi hábitat es la basura,
de mil calles citadinas
qué pasó, mis pueblerinas,
demuéstrenme su cultura.
No tiren a los cañones
los desechos de tu casa,
que también el que te abraza
es desecho con pantalones.
A barrer todos los días,
que también se come diario,
aunque aquél sea tu calvario
por barrer no morirás.
Y en el cielo los platillos
como locos avisando,
lloverá no sé ni cuándo,
no creo les esté fallando.
La radio sigue alertando
mañana va a lloviznar,
la llave deben cerrar
del Niño que se está menado.
Y falla la predicción,
no lloverá ni en la orilla
de Tijuana, pobrecilla,
volvió a fallarle a Rosquilla.
Alberto Torres Barragán
Tijuana, B. C.