En problemas de vida o muerte el humano aunque no quiera en creyente se convierte, en su sangre se configura. Dios existe entre nosotros y está dispuesto a salvarnos, quien en vida no lo acepta lo busca cuando sufre pena. Por los que un día fallecieron en un acto de tragedia, si ellos no se lo buscaron pidamos para ellos la gloria. Nadie ofende lo que desconoce aunque muera en accidente, si él no provocó su muerte tal vez pudiera salvarse. Oremos en este tiempo por este mundo que se nuestro, éste será nuestra casa y todos somos familia. Cuando en el mundo se sufre habrá esperanza de vida, al vivir como Dios manda el alma vivirá por siempre. La separación del tiempo no es posible ni un momento, separar vida e Iglesia es acabar con la ciencia. Vicente Martínez Méndez Tijuana, B. C.