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lunes, abril 8, 2024
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Narcomenudista abatido; familia acusa ejecución

La mañana del lunes 30 de noviembre, un par de agentes de la Dirección de Seguridad Publica de Mexicali se toparon en la zona del ejido Oviedo Mota a un hombre al que buscaban desde dos semanas atrás.  Caminaba acompañado de una mujer y, al ver a los policías, emprendió la fuga y buscó resguardarse en una casa cercana. Una vez que los oficiales arribaron, fueron recibidos a balazos y de inmediato respondieron la agresión. Ahí quedó muerto Antonio Cervantes Muñoz alias “El Toñín”. Esa es la versión de las autoridades policiacas. “Al muchacho lo masacraron”, sostiene el señor Félix Vidauri, padrastro del joven muerto que, asegura, un mes atrás, elementos municipales allanaron la casa donde el occiso vivía con su esposa. “Él no estaba, pero a ella le dijeron que lo iban a matar”, comenta. De acuerdo con el Servicio Médico Forense, Antonio recibió cuatro disparos, uno mortal en la cabeza que penetró por el lado derecho del cráneo y con salida en la parte izquierda; otro impacto le pegó de rozón en el codo izquierdo y otro más en el antebrazo .La cuarta bala le pegó por la espalda y salió por la región axilar, afectando riñón  y tórax. Tenía trayectoria de abajo hacia arriba, lo que implica es que pudo recibirla cuando ya estaba caído. El titular de Seguridad Pública Municipal en Mexicali, Alejandro Monreal, informó que  Cervantes Muñoz tenía una orden de aprehensión por narcomenudeo. También expuso que el sujeto había participado en un incidente violento el 15 de octubre en el poblado Kilometro 43, cuando lesionó de un balazo a una persona. Posteriormente, el 20 de noviembre disparó contra una patrulla de la delegación Carranza, pero no se le pudo capturar. Del día de los hechos, el jefe policiaco explicó que solicitaron apoyo a otras instituciones de seguridad mientras el sujeto se dio a la fuga a pie y se parapetó en un domicilio. “Se hizo la intervención de los elementos, se agotaron los comandos verbales para no llegar al cuarto nivel de uso de la fuerza, que es la fuerza letal, hizo caso omiso y pues se tuvo que utilizar ese nivel”, expuso Monreal. A Cervantes Muñoz se le encontró un arma calibre 9 milímetros y un cargador abastecido. Dijo que fueron cuatro agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal los que intervinieron de manera directa en el informe policial, aunque en el operativo en general participaron alrededor de siete unidades de esa instancia, aparte de otras de las policías Estatal Preventiva, Ministerial y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Al preguntar sobre la versión de algunos testigos en el sentido de que el hombre abatido había intentado entregarse, el funcionario aclaró: “Había varias versiones, una es que esta persona no se iba a dejar capturar, ya había atentado contra un ciudadano, contra la autoridad días antes. En su conducta demostró que no se quería entregar desde el inicio”.   La versión familiar   En contraposición, Félix Vidauri,  padrastro del fallecido, relata que ese lunes por la mañana Cervantes Muñoz caminaba por el poblado con su esposa y un niño, cuando pasó una patrulla y empezaron a disparar, por lo que dejó al infante en brazos de la mujer. “Es cierto que andaba armado y que tenía cuentas pendientes con la justicia, es cierto que era un cabrón”, refiere. El “Toñín” corrió hacia unas parcelas y, atravesando lotes y cercos, se metió en la casa de un tío, en el camino se le cayó el cargador de la pistola. “Él se iba a entregar, ya no traía tiros”. Según Vidauri, uno de los agentes entró al domicilio pero no lo encontraron, luego entraron otros dos y se toparon con otro muchacho que les dijo dónde estaba Cervantes, quien salió con las manos en alto para entregarse, “… fue cuando lo balearon”. 


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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