Aunque el problema del abastecimiento de agua en la región y sur de Estados Unidos es añejo, en este puerto ha tomado tintes dramáticos, y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE) ya no tiene argumentos, sobre todo cuando desde hace dos meses suministra a la población el agua sucia. “No hay agua, y la que hay es dudosa, no se puede utilizar dentro de los establecimientos como centros de consumo.”, declaró Leonardo González Ramírez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC). Se calcula que las cuentas que tiene la paraestatal en Ensenada son 147 mil, de las cuales un 65 o 75 por ciento se ubican en las zonas norte y noreste, que se abastecen de los pozos del Cañón de Doña Petra, La Misión, además del sistema de flujo inverso que trae agua del tanque Morelos en Tijuana. La mayoría de los restaurantes, así como zona turística, dependen de ese abastecimiento. Si bien, ahora los recortes de suministro son “lo de menos” para miles de familias en el puerto, la queja es que deben lidiar con la tierra y suciedad que sale por las tuberías de agua. El restaurantero reprochó que esta situación los limita y al parecer, la Iniciativa Privada y la CESPE tienen realidades diferentes: “Hay irritación, y hay molestias por el costo adicional, la calidad del agua. Las pipas y los garrafones ya subieron de precio hasta un 20 por ciento, es un abuso y limita el progreso”. Según el empresario, entienden que hay menos agua, que la ciudad crece, pero por otro lado, saben que hay zonas de la ciudad donde nunca falta el agua y donde ésta siempre llega cristalina. La condición no es equitativa. “Si no se ponen de acuerdo CESPE y el Colegio de Ingenieros sobre la cantidad de agua que se requiere, y sobre todo, si no se tiene el problema resuelto, 2016 va a ser más difícil y más competitivo”, advirtió González Ramírez. El de Elena Cosío, madre de familia, es un caso más como la mayoría en las casas ensenadenses. La paraestatal le da el servicio a medias, no le sirve porque no puede mantener sus baños razonablemente limpios, puede regar plantas pero no lavar la ropa. Lo que le preocupa es que los recibos llegan puntuales y sin descuento por el deficiente servicio. Confesó que no se atreve a lavar los platos ni bañarse con el agua “café”, incluso “con tierra”, que sale de la llave de su casa. Para enjuagar los trastes de la comida y el baño de la familia utilizan agua de garrafón. Noé Ramos, residente de la colonia Lomitas Indeco, expresó su malestar porque tuvo que comprar dos tinacos el verano pasado, cuando pasaba hasta 10 o 12 días sin agua. Aquí los tambos están llenos de agua negra y sedimentos, desconocen cuándo se regularizó el servicio o si el agua tinta es solo de sus depósitos. Considera que el servicio que ofrece que la CESPE lo ha dañado, al menos antes recibía agua limpia cada ciertos días, pero ahora tiene problema porque almacena agua sucia y debe pagar para que le limpien sus tinacos: “Por ejemplo esta semana no ha habido nada de agua, a veces llega en las madrugadas, pero últimamente nada”. El sistema de quejas que maneja la paraestatal para medir la disconformidad de la gente ante el servicio es mediante llamadas telefónicas al número 073 que, por lo regular, se encuentra saturado. También existen siete trámites en proceso ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). De igual manera, se asientan demandas para exentar pagos de agua y, aseguró la paraestatal, existen trámites para verificar inconformidad del usuario y cada caso se revisa para determinar si efectivamente hay un mal cobro, y se procede al respectivo ajuste. RESTAURANTEROS SE LAS VEN NEGRAS El empresario Jean Carlo Covelli acepta que el agua está turbia en su restaurante de comida italiana, y lamenta que no pueda ofertar a sus clientes el líquido ni para lavar los alimentos y mucho menos para prepararlos, por lo que se ve forzado a contratar el servicio externo de pipas; adquiere una por día. Un establecimiento regular de comida gasta hasta 500 pesos diarios en compra de agua filtrada, lo que al mes representa una inversión de hasta 10 mil pesos. Dinero que pueden pagar en esta temporada. “La mayoría de los clientes de Ensenada saben que hay un problema con el agua de la ciudad, sin embargo, el problema es con el turismo, personas de Tijuana, Tecate, Mexicali, Rosarito y hasta San Diego, que se quejan porque el baño está sucio, por ejemplo”, expuso Covelli. La Zona Centro de la ciudad no entró en los tandeos que realizó la CESPE durante 2015, pero a partir de agosto y septiembre, los negocios de la zona turística empezaron a sufrir de cortes de agua esporádicos, antes de que saliera el agua “amarillosa”. En las últimas semanas los empresarios se quejan de haberse quedado días enteros sin el servicio. “Se tuvieron que adquirir tanques de agua en garrafones y la pipa, agua limpia todo el día, todos los días, esto por la demanda, la clientela lo busca, estamos en una zona turística y muchas veces la gente no sabe del problema, pero se percata de la condición del agua”. POBLACIÓN HARTA, CESPE SIN ARGUMENTOS Miembros del Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada (CICE) se reunieron con el director de CESPE, Arturo Alvarado, quienes durante la sesión del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE) le pidieron que no “maquille” la información. Destacaron que ya no hay confianza entre la Comisión y la Iniciativa Privada, por lo cual demandan “sinceridad”. Ante la discrepancia de datos sobre la cantidad de litros necesaria para normalizar la situación en toda la zona urbana, el dato que CESPE maneja es de 700 litros por segundo, que se lograrían con la puesta en marcha de la desaladora y el pleno funcionamiento del flujo inverso. Según estudios realizados por el CICE, al ritmo del crecimiento actual la ciudad requiere mil 450 litros por segundo para la operar a un óptimo nivel. Arturo Alvarado González, director de la CESPE, habló sobre las diversas acciones que la paraestatal ha emprendido para mitigar la demanda del recurso. Remarcó que en octubre el servicio se normalizó, ya que una parte del volumen de agua proveniente de Tijuana por medio del flujo inverso elevó el abasto de 90 a 120 litros por segundo, aunado a que con la entrada del otoño disminuyó la demanda por parte de la población. Agregó que el nivel de quejas disminuyó significativamente. A mediados de noviembre, el sistema comenzó a fallar y se empezaron a realizar trabajos de planta de bombeo de La Misión, para reponer una línea de cinco kilómetros se tuvieron que hacer paros, la obra duró nueve días pero se extendió a tres semanas. El abasto se complicó, hubo menos agua y, por consiguiente, incrementaron las quejas. “Se concluyeron los trabajos, se envió normalidad de 200 litros por segundo, que cubren la demanda que hay en la ciudad”, afirmó Alvarado. Adelantó que para la próxima temporada de calor, que es cuando aumenta la demanda del líquido en la zona urbana, se está trabajando en obras complementarias que requieren de una inversión de 300 millones de pesos. Los 300 litros por segundo que dará el flujo inverso estarán listos hasta finales de febrero de 2016, aseguró el titular de CESPE, además de calcular que el rendimiento de la paraestatal está en el 80% de eficiencia, pero que del total que abastecen se desperdicia el 20%, ya sea en fugas, tomas clandestinas y medidores defectuosos. De igual forma, planteó que la CESPE es uno de los organismos con menor pérdida de agua en el país, y que la media anda arriba del 40% de desperdicio. Aunque expresó que no es un consuelo, ya que para el interior de la República abunda el agua. LA CANTIDAD DE AGUA NECESARIA El uso de agua resulta fundamental para el desarrollo en todos los sentidos. Día a día cada persona requiere acceso al agua para beber, cocinar, así como para higiene personal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una cantidad mínima de100 litros diarios por habitante para cubrir las necesidades básicas de higiene y alimentos.