Hace unos días, cuando Yeidckol Polevnsky Gurwitz fue electa Secretaria General del Movimiento de Regeneración Nacional, se completaron las duplas que encabezarán los partidos políticos hacia el proceso electoral federal de 2016, pero de manera particular hacia el 2018. Tres dirigentes nacionales se hicieron acompañar de mujeres: Manlio Fabio Beltrones Rivera en el PRI, llevó como Secretaria General a Carolina Monroy. Él sonorense, ella del Estado de México. Agustín Basave Benítez llegó a sustituir a Carlos Navarrete en el PRD, y lo hizo de la mano de Beatriz Mojica Morga, él de Nuevo León, con permanencia en el Distrito Federal, ella, guerrerense de tiempo completo, ex funcionaria y ex candidata. Finalmente, un día después que fue electo, Andrés Manuel López Obrador, propuso y fue seleccionada por mayoría, Yeidckol Polevnsky Gurwitz. El único dirigente nacional de partido -de los que cuentan con mayorías (obviando al Verde por su calidad de comparsa)- que no se hizo acompañar de una mujer en la fórmula política cupular, fue el joven Ricardo Anaya Cortés, quien seleccionó para acompañarlo en la Secretaria General a otro joven como él, al sonorense Damián Zepeda Vidales. Dos de estas dirigencias, la del PAN y la del PRI, protocolizadas en agosto, la del PAN por elección y la del PRI por designación. Las otras dos en noviembre, la del PRD por acuerdo de las corrientes, la de Morena por elección entre comisionados. Alineadas las escuadras políticas, inicia la justa… No la electoral de propuestas y proyectos de nación, sino la de las descalificaciones e injurias, y de agresiones. Que si Manlio es un mafioso y Andrés un mesías, mientras Ricardo un vendido, y Agustín un inexperto. Pero de entre todos y para todos, el blanco de las próximas campañas hasta llegar al 2018, serán Andrés Manuel López Obrador y Yeidckol Polevnsky Gurwitz. Vaya que El Peje despierta esa animadversión política entre sus pares y un buen resto, a partir de su personalidad y conducto y siguiendo con sus “ideas radicales” (algunas la verdad no lo son). Tanto Beltrones como Anaya tienen claro que no “deben” dejarlo llegar limpio o entero a la elección de 2018, y les preocupa el 8.37 por ciento con el que Morena debutó el 7 de junio de 2015 en las elecciones intermedias federales, lo mismo los 14 Distritos electorales que ganó y el hecho que su partido gobierne a mas de la mitad de la población del Distrito Federal, siempre tan determinante en elecciones nacionales. Además, en una estrategia política bastante interesante, López Obrador se hizo acompañar en la dirigencia nacional, precisamente de una mujer y de nada menos que Yeidckol Polevnsky, de izquierda sí, pero con un pasado algo inmediato, en una importante representación empresarial; ha estado pues, en el centro de donde se han gestado -de la mano de gobiernos panistas- las principales campañas oscuras contra el tabasqueño. Yeidckol ha sido candidata -aun perdedora- en el Estado de México, donde en 2005 con más gracia que recursos, enfrentó a Enrique Peña Nieto, que si bien le dobló la votación, 1 millón 801 mil 530 votos del priista contra 918 mil 347 de la entonces aliancista del PRD-PT, la hizo recorrer y ganar ciertas demarcaciones de la tierra prometida del PRI, ahí se hacen negocios y se producen políticos. Y ahí, Polevnsky igualó la votación del Partido Acción Nacional, y se puede decir que conservó cierto bastión para la izquierda mexicana que ahora representa con López Obrador. La mujer conoce a Enrique Peña Nieto porque contra él orquestó una campaña ya se midió con el Presidente, y ha sido importante aliada de la clase empresarial mexicana, donde 2000 a 2004, dirigió los destinos de la CANACINTRA (Cámara Nacional de la Industria de la Transformación), ocupó un espacio en el Consejo Coordinador Empresarial y ha sido, a la fecha, la única mujer en dirigir un organismo empresarial en esa cúpula que integra a las diez principales asociaciones del País, las cuales a su vez están integradas por empresas, compañías y hombres y mujeres de negocios y de dinero. El acercamiento de López Obrador a la clase empresarial mexicana, y una ligera pero perceptible nota baja en la partitura que lleva su discurso, y el acompañamiento de Yeidckol dan cuenta, que ahora el enfrentamiento será en otra cancha. Ciertamente este país requiere que los libres políticos tengan adversarios dignos, Manlio Fabio ya no está solo, Anaya sigue estigmatizado por su juventud, y don Agustin va por reformas internas en el PRD para rescatarlo del marasmo político en el que se metió cuando decidieron acompañar al Presidente Peña en sus reformas, y dejar de lado sus ideales y sus diferencias políticas… Y probablemente, solo probablemente, en un futuro hacer una alianza con Morena para intentar llegar adónde no lo han hecho, la Presidencia de la República. El debate inicia con la inclusión de Yeidckol en la alineación política. En sus marcas y a ver qué pasa…