El individualismo político ha desintegrado a la sociedad supuestamente perfecta, capaz de satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas sociales, económicos y culturales sin la intervención de otras sociedades. Ya olvidaron que hace muchos años que dicha sociedad gubernamental fue creada, por los primeros pobladores, en cada tribu, por grupos regionales; ahora por cada país para su autogobierno. En México y en todo el mundo existe la clase más poderosa porque tiene el dinero y eso le da un poder superior a cualquier tipo de gobierno y sobre todo poder numérico de pobladores: el poder del dinero lo controlan los bancos y hay dos sistemas financieros según las doctrinas económicas, los que controlan el mercado mundial, uno es el capitalismo liberal y el otro se denomina supra capitalismo, el primero controla y dirige el capital de grandes empresas, el segundo es el Banco Mundial y ése controla la economía en todo el mundo. La tercera clase social en México es la más pobre y desprotegida, aunque representa el 60 por ciento de la población, no es protegida por el Gobierno, ni por algún sindicato, ni por alguna agrupación política porque no votan ni participan el programas de ayuda, pero sí los utilizan para plantones y protestas en donde ponen en riesgo su vida por una despensa o cualquier otra regalía según comentan entre sí. Copiando el individualismo, en forma personal para no comprometer a nadie más, sugiero al INE que si todos los partidos políticos con registro se acomodan en los dos partidos más fuertes, que les den las prerrogativas que les corresponden al PRI y a PAN, si los demás no desean participar solos, que no reciban prerrogativas; es bueno decirles a los próximos candidatos independientes, que busquen nuevos votantes. Para que sean ellos los que representen a 60 millones de mexicanos(as) que no ejercen su derecho de votar y ser votados; porque tanto partido político con registro no salen a motivarlos ni a ofrecerles ayuda. Vicente Martínez Méndez Tijuana, B. C.
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