(EDICIÓN IMPRESA) A simple vista, la carencia de algunos servicios públicos y la falta de pavimentación en la totalidad de sus calles, hacen pensar en una colonia popular o incluso de “paracaidistas”. Sin embargo, sus viviendas y edificaciones, grandes y bien construidas, contrastan el entorno del Fraccionamiento Pedregal Playitas. A la entrada de Ensenada, pasando El Sauzal, entre colinas y frente al océano Pacífico, la colonia está poblada por una clase media de profesionistas, académicos, investigadores, estudiantes mexicanos y extranjeros, e incluso una comunidad denominada “hípster”, en una ubicación envidiable, aledaña a instituciones como la UABC, CICESE, UNAM, CETYS, y complejos comerciales como el Centro Comercial San Marino y el Hotel Coral & Marina, y diversos fraccionamientos privados. Pero ahora la comunidad ve amenazado su plácido entorno natural ante el tan anunciado fenómeno de “El Niño”, cuyo pronóstico de lluvias tienen en la zozobra a los residentes, quienes dan por hecho que quedarán atrapados con las inundaciones, pues no existen rutas de evacuación y las posibles vías de tránsito está saturadas o invadidas por particulares. No hay autoridad – de los tres órdenes de gobierno- que resuelva, porque de hecho son varias las que tendrían injerencia en distintos aspectos, pero la falta de coordinación entre éstas los mantienen en el clamor, sobre todo de un año para acá. El Comité de Vecinos de Pedregal Playitas demanda que se supervisen los derechos de vías, que desalojen a invasores, que limpien los arroyos, cauces y cuencas saturados de escombros y basura; en concreto, que regulen y pongan orden. “Nosotros como sociedad civil estamos dispuestos a hacer y a trabajar con las autoridades, pero necesitamos que ellos hagan su parte”, exclamó Arenka Camargo, representante de los vecinos. Un caso concreto que llevan un año gestionando ante la Dirección de Catastro y Control Urbano del Municipio es la invasión de un particular, un topógrafo perito, Jorge Sánchez Ochoa, que incluso trabaja a veces para el Ayuntamiento, quien “por sus pistolas” se posesionó de aproximadamente mil metros cuadrados de una vialidad que podría funcionar como paso de servicio y que ahora está bloqueada con un cerco y ocupada por una casa móvil, afectando tres calles: Playa María, Playa Angelitos y Playa Azul. Con el agravante que el mencionado topógrafo invasor realizó esa acción al contar con información privilegiada, consideran los colonos, al conocer que esa franja que delimita a Pedregal Playitas con el Fraccionamiento Vermar aparentemente no era de nadie: “Eso nos afecta directamente porque no vamos a tener cómo salir, vivimos cerca del arroyo y necesitamos que esa vialidad se libere, y se nos hace muy raro que el director de Catastro y Control Urbano no haya venido después de un año de haber presentado la denuncia”. El principal argumento de las autoridades municipales para no resolver los problemas es que el fraccionamiento no ha sido entregado al Municipio por parte del Gobierno del Estado, por lo que el Comité de Vecinos ha ido “del tingo al tango” buscando también concretar ese proceso. Acudieron ante el delegado de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en el Estado (SIDUE), César Cuevas, “quien nos dijo que iba a ver el tema, nos dijo que estaba dispuesto a colaborar con nosotros, pero no nos dijo cuándo”. Mas el funcionario aclaró a ZETA que el tema no está bajo el control de esa dependencia. La misma promesa la recibieron del director del INDIVI (Instituto para el Desarrollo Inmobiliario y de la Vivienda), Francisco Sánchez Corona, quien les dijo: “Fue un compromiso del gobernador Francisco Vega entregar este fraccionamiento, que teníamos que ir directamente con él, que ya estaba enterado”. Acudieron entonces ante el representante del gobernador en Ensenada, Pablo Alejo López Núñez, “pero nos ha dado puras ‘largas’”. Entre el confort y el desastre Información proporcionada por INDIVI y por el Comité de Vecinos, y corroborada ante el Registro Público de la Propiedad, establece que Pedregal Playitas quedó autorizado como fraccionamiento privado por parte del Ejecutivo del Estado el 10 de febrero de 1971. Los fraccionadores fueron Francisco Delgado Arreola y Graciela Swain de Delgado. El mantenimiento de vialidades en ese entonces correspondían a la SAHOPE (Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado), con las reformas de 1996 la responsabilidad pasó al departamento de Catastro y Control Urbano del Municipio, y en 2004 se concretó que vialidades y callejones eran responsabilidad municipal, mientras que los cauces de arroyos quedaba en la injerencia de la Comisión Nacional del Agua (CNA). Desde principios de los setentas se empezaron a vender los lotes producto de un terreno total de 70 mil 436 metros cuadrados, con un valor global de 352 mil 182 pesos. Una buena oportunidad que detonó sobre todo a partir del año 2000 y que en la actualidad arroja una población de alrededor de 700 personas. Algunos opinan que los residentes de Pedregal Playitas “en el pecado llevan la penitencia”, respecto al rezago que enfrenta el fraccionamiento a 40 años de su creación, pues el mismo se autorizó como una respuesta a la demanda de terrenos baratos para las clases populares, pero por su ubicación, sus inmejorables “vistas” y dimensiones de sus lotes, derivó en una zona de clase media y hasta alta. Lo rústico de sus condiciones ha sido el atractivo para sus pobladores, pero no cuando se trata de contingencias naturales que les complican la vida. Los residentes recuerdan los estragos causados por las tormentas a principios de los ochentas, en 1997 y 1998, y el mentado “Niño” en 2004-2005. Escenarios de barro lodoso que les llega hasta las rodillas y carros atascados, que no han vuelto a vivir y que ahora temen padecer de nuevo. Desde el 2002 no se limpian las cuencas de los arroyos. ZETA realizó un recorrido por el fraccionamiento, donde el Comité de Vecinos y el geólogo Luis Delgado mostraron y explicaron las repercusiones eminentes que se vendrán si las lluvias se producen como se prevé. Explicó el especialista que el fraccionamiento presenta lagunas muy grandes aún con pocas lluvias pues confluye un arroyo en las calles Playa María, Playa Alta y en la principal y única entrada a la zona, Paseo Pedregal. Enfrente de la colonia está un supermercado Soriana que terminaría en medio de un lago “e incluso la carretera se puede romper”. Por las calles Cobre y Diorita convergen dos cañones, con represas de puro escombro, “no van aguantar”. A la entrada de la colonia hay una refaccionaria y maderería que le ganaron terreno al arroyo y cuyos propietarios ya se pueden ir despidiendo de sus negocios, “se los va llevar el agua”. Cuarenta casas y las lujosas Torres San Marino también quedarán en una gran laguna, ya en el 2014 con lluvias ligeras quedó bloqueado el acceso. Abundó el geólogo: “Es una zona de muchas fallitas, son estructuras débiles, si se pueden socavar”. Como consuelo y gracias a que el terreno se conforma de rocas firmes acotó: “Más que deslizamientos de tierra, lo que sí es seguro son las inundaciones”. En la parte alta del fraccionamiento no hay rutas y la única salida posible, hacia la colonia Lomita o a las instalaciones del CETYS también se va obstruir. Ranchos vecinos han metido piedras y escombros en lo que es el arroyo Pedregal “y 20 mm. de agua durante una hora ya es un chorro de agua”. Visto así, la colonia es un caos. Y en nada ayudan particulares como el topógrafo invasor o el Capitán Amador Loya, ex comandante de la Policía Estatal en Ensenada, por ejemplo que según denunció un comerciante de la zona “hasta un campo de tiro tiene en su rancho y además cobra para que gente externa a la colonia echen vueltas y vueltas en vehículos para ir a tirar basura y escombros en sus cañones”. Pareciera Pedregal Playitas la tierra de nadie. INDIVI nada más tiene injerencia en catorce predios, Servicios Públicos Municipales “no ha atendido nuestras demandas”, Protección Civil “vino a hacer recorridos pero no ha puesto sellos de advertencia”, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) “debería hacer presencia”, Catastro y Control Urbano “no ha venido a supervisar”, el subsecretario del Gobierno Estatal, “sólo nos dijo ‘estamos viendo eso, todo está bien’”. “No podemos hacer mucho” Gabriel Humberto Morales, director de Catastro y Protección Civil, ratificó que recién tuvo reunión con el comité de vecinos y precisó que fuera del tema de las inundaciones y escurrimientos que corresponden a Servicios Públicos, CONAGUA y Protección Civil, ellos ya están viendo el caso del topógrafo invasor Jorge Sánchez Ochoa. “Existe un espacio de terreno entre dos fraccionamientos, físicamente, no en documento. Y eso es lo que estamos tratando de confirmar, para poder determinar a quién pertenecen esos predios y poder definir si la vialidad debe continuar ahí”. Dijo que ya han hecho una análisis documental pero falta el trabajo de campo: “Y te estoy hablando que esto tiene que pasar en estos días, no en semanas, ver a quién pertenece realmente ese predio, o ver si realmente se trata de una posesión, si ésta se genera después de años y si no hay conflicto y si fue de manera pacífica. Pero ahorita la ocupación se está dando muy reciente y sí hay una denuncia -que data de septiembre del 2014- y esto impediría…”. Respecto a la alevosía del invasor, refirió: “Sí hay una posibilidad que tengan información privilegiada porque es topógrafo que se dedica a hacer levantamientos en todo el Municipio y que probablemente él haya detectado el problema de la delimitación y quiere posesionarse, o a lo mejor detectó quién es el real propietario y generó algún convenio transacción, no lo sabemos”. En lo que atañe al bloqueo de arroyos y cuencas, el funcionario municipal remitió a CONAGUA, como también lo ha hecho el director de Servicios Públicos del Municipio, José de la Luz Valdez, mismo que ha reportado limpieza de arroyos por toda la ciudad y zona rural, a manera de colaboración, pues también reprochó que la obligación es de la instancia federal, aunque “el alcalde hizo una solicitud pero ellos contestaron que no es su responsabilidad”. Narró que el gran problema es la delimitación de los arroyos, pues ni la autoridad municipal ni los propietarios saben si están dentro de ellos, por lo que tampoco se les puede pedir desalojar porque los propietarios alegan que en el momento de comprar no les advirtieron nada: “CONAGUA debe ponerse a trabajar en ese tema, porque ni Catastro ni Protección Civil podemos demostrarle a la gente por medio de un documento que está dentro de un arroyo. Sí traen un gran problema de rezago y yo no los he visto trabajar en ninguna parte y la verdad si es preocupante”. Pareciera que es el “cuento de nunca acabar”: “El alcalde está preocupado pero ahorita lo que nos queda es que ojalá no vaya a llover tanto, tratar de prevenir y que las afectaciones sean lo menos posibles”. Aunque en los últimos días CONAGUA hizo presencia en Pedregal Playitas sin especificar qué acción se tomará, un empleado de esa dependencia consultado por este medio fue tajante: “Olvídate, no podemos hacer más, sólo son dos personas asignadas para todo el Municipio”. Mientras que para el Comité de Vecinos de Pedregal Playitas todo se resume en una frase: “Es pura falta de voluntad política”.