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sábado, febrero 1, 2025
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Matrimonios gay

Cada día que pasa, son nuevas las ciudades o lugares donde nacen nuevas solicitudes para otorgar el permiso social para matrimonios del mismo sexo (gay). Y a veces se ven parejas (in-parejas, debía ser) tomados de la mano o tomadas de la mano, caminar a pie tan natural, como cuando sale el sol. Si Dios creó al hombre, luego dijo, no es bueno que esté solo, y creó  la mujer para evitar la soledad del hombre. Los niños ven, miran y ven cosas raras y preguntan, qué lo natural ya no es hombre-mujer y observan juntas a dos personas del mismo sexo y dicen por qué. La sociedad adulta somos los culpables de tener leyes flexibles, jueces que ignoran la ley de Dios, protestar contra la distorsión del registro civil debía ser. Otorgar un sí por voz y rúbrica de un juez, a la unión matrimonial-cópula, es agigantar el desorden de sexos que hoy vive la sociedad, ya en muchas ciudades del país y de otros continentes. Si la ley católica es la que aún domina el mundo, debía existir un clérigo, junto a la ley que gobierna cada pueblo-Estado, para evitar y rechazar tales solicitudes que distorsionan el nacimiento del humano y atentan contra la naturaleza-natura-hombre y mujer, no engrandecer dando el sí a matrimonios del mismo género, aunque no debían llamarse matrimonios, mejor distorsiones del ser humano. Creo que no es discriminación rechazar las solicitudes de matrimonios gay. En matrimonios gay, allí se termina la reproducción natural de hombre y mujer. La diversidad sexual rompe con el esquema natural del hombre y mujer solamente, y es amplia, gay, tras-género, homosexuales, bisexuales, etcétera. Aquí en Tijuana han sido ya rechazadas varias solicitudes de unión entre personas del mismo sexo, los regidores postergan tal ley, para evitar de ya la unión gay, en esta Tijuana con una notable diversidad sexual que crece todos los días.  Otorgar el sí a una dula de personas del mismo género, al matrimonio, es atentar contra la verdadera sexualidad y hacer otro mundo raro de placeres que se generan en personas del mismo sexo. Es hacer generar nuevas sensaciones hacia la sociedad auténtica que tiene su sexualidad bien puesta y dar camino al aumento homosexual terrenal y condenar al humano de cualquier género al lugar que tanto habla la Escritura sagrada y es lo opuesto al paraíso. Opinando civilmente, rechazo todas las “uniones”, sin ley con ley; es algo que la ley de Dios no generó y no deben darse. Pero las hay clandestinamente y se ven ante los ojos de todos, sin permiso la homosexualidad crece y no hay quien la detenga. La ofensa hacia el Creador sigue libremente. Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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