La cara de sorpresa parecía repetirse en cada persona. Sin previo aviso y apenas faltando nueve minutos para las diez de la noche, Café Tacvba ya estaba sobre el escenario. Tocaban “El Fin de la Infancia”, mientras lucían sombrero y un exótico traje compuesto por colores vibrantes, la representación de ojos y tiras de tela que se ondeaban por el aire en cada movimiento. La fiesta había dado inicio y proseguiría con “La Ingrata”. Brincos, coros, baile y canto se mezclaban entre sí, en el templete del Parque Morelos y debajo, donde miles se arremolinaron al ver salir a Meme, Quique, Joselo y Rubén Albarrán, quien al terminar la canción, dijo: “No coman ansias muchachos, ahorita llegamos. Muchachas, muchachos, muy buena noche. Qué chingón, muchas gracias. Una vez más estamos aquí en Tijuana. Para nosotros es un placer inconmensurable. ¡Ah, qué la chingada! Muchas gracias, está de poca madre. Esperemos que esta noche se la estén pasando de poca madre y que estén echando mucho desmadre. Que canten y bailen como hace mucho no lo hacían, para que saquen afuera todos sus problemas, todas sus preocupaciones, sus angustias. Que se olviden de ese chingado trabajo que no les trae nada bueno, igualmente de esa puta escuela que no les enseña nada. Puros pinches malos consejos”. Ya despojados de su exuberante atuendo, el concierto continuó con “Cómo te Extraño mi Amor”, dedicada a Octavio Hernández, su “amigo nunca olvidado”. Fue hasta ese momento de calma, que la gente comenzó a realizar comentarios sobre el por qué era Café Tacvba la banda abridora y no Zoé. De la euforia inicial, pasaban a la duda y luego al razonamiento de que, entonces, la participación de los Tacvbos sería breve. Y en cierta forma lo fue, porque a pesar de que tocaron trece canciones -incluido el encore de dos-, su presencia cantando apenas duró una hora con 20 minutos y tuvo al audio en contra. Solo “Las Flores” y “Olita del Altamar”, se antepusieron al instante que más evidenció la falla, cuando “Volver a Comenzar” dejó de escucharse tras unos segundos de haber iniciado. Sin embargo, la banda hizo lo posible por sacar adelante el momento, solicitándole a la gente su coro y aplausos al ritmo de la ausente letra. Pero al no tener respuesta de los encargados de sonido, que ya iban para dos minutos sin resolver el problema, Meme dejó su guitarra y, con notable molestia, fue directamente a averiguar con los cercanos qué pasaba. Mientras las reacciones del público evolucionaron del “dale, síguele”, a las rechiflas, los gritos de “¡Tacvba, Tacvba!” y finalmente los aplausos. Acto que dio pie a que los instrumentos restantes dejaran de sonar, para que Rubén hablara desde el micrófono que por fin funcionaba: “Cantan chingón, muchachos. Una disculpa por esta falla técnica. Quién sabe qué pasó, nos están pidiendo que no empujen la consola de sonido, porque es peor, se les desconecta. Bueno, muchachos, muchas gracias por su paciencia, cantan muy bonito. Ahorita vamos a volver a comenzar, por supuesto no desde el principio”, dijo bromista, con todo y que el mal rato se extendió por casi seis minutos, ya que en ese instante también habían tirado una valla que dividía la zona VIP de la general. Sobre ello, añadió: “Muchas gracias, muchachos, siempre con el deseo, con el gusto de compartir la música con ustedes, los conciertos son para que todo mundo la pasemos bien y la seguridad somos todos. Entre todos nos cuidamos, todos somos familia, todos nos cuidamos esta noche. A todos nos gusta la música, a todos nos gusta disfrutar y al parecer ahí en la valla, no empujen, todos tranquilos y en paz para poder seguir con la fiesta está noche, chingón. Y bueno, vamos a empezar la canción desde el principio”. Después de cantar sin errores “Volver a Comenzar”, y como ayuda oportuna por ser el éxito en que se muestran más lúdicos, siguió “Déjate Caer”, que contó con un pequeño llamado Lucas, para la tradicional coreografía. Tratando de emular cada paso de los artistas, éste subió al escenario portando el pasamontañas con cresta de gallo, que en una época fue el sello de Albarrán. Posteriormente sonó “Chilanga Banda” y “El Baile y el Salón”, que tuvo una introducción en la que el músico recordó a las víctimas de Ayotzinapa y los recientes atentados en París. “La Chica Banda” y “El Puñal y el Corazón” cerraron la racha de temas, antes de que Café Tacvba se fuera por un minuto del escenario. A su regreso, solamente cantaron “Eres” y “El Espacio”, despidiéndose con deseos de que el público tuviera sueños poderosos y siguieran disfrutando de la velada. Treinta y cinco minutos después, Zoé apareció para abrir su concierto con “2013”. Visuales en las dos pantallas laterales del escenario y la principal, colocada justo detrás de la banda, se convertirían en su apoyo, el sábado 14 de noviembre, ya que ante el característico semblante de desgano de León Larregui (vocalista) y su casi nula interacción -la mayoría de las veces solo emitió un “gracias” entre cada tema”- con el público, no quedaba mucho para pasar amenamente el rato. A ese contexto, se le debía sumar que las fallas de audio seguían y que poco a poco parte del público se retiraba del parque. No obstante, “10 AM”, “Fin de Semana” y “Últimos Días”, intentaban crear un puente con la gente, que hasta el turno de “Vía Láctea” le respondió con coros al quinteto. Cantando solamente dos canciones más que Café Tacvba, lo cierto es que pese a los veinte minutos de ventaja que tuvieron contra ellos, Zoé simplemente no logró animar del todo a los miles, pese a cantar éxitos como “Poli”, “Soñé”, “No Me Destruyas” y “Love”. La gira “CT+Z” comenzó un día antes en Mexicali –con turnos inversos en aparición-, pero su paso por Tijuana, para celebrar los 25 años de Bulldog Productions, se dio orgánicamente, ya que la empresa mantiene una relación de trabajo con Café Tacvba desde 1993 y con Zoé a partir de 2001; por lo que, además, entre ellos existe un lazo de amistad que lo une su pasión por la música.