(EDICIÓN IMPRESA) La renuncia de Miguel Ángel Badiola, no solo se lee como una reconciliación del Comité de Turismo y Convenciones (COTUCO) con el ayuntamiento que encabeza Jorge Astiazarán Orcí; también se aprecia como un rompimiento con el grupo político de Jorge Hank Rhon. El alcalde de Tijuana no permitió que un organismo que subsiste con dineros del Ayuntamiento -9 millones de pesos al año- se independizara en sus decisiones centrales. Luego de la festiva actitud de Badiola al no renunciar cuando así lo había solicitado el presidente municipal, y en contraparte, placearse en una campaña de “no renuncio”, Astiazarán y sus asesores políticos cabildearon donde se toman las decisiones: en el Consejo del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana. Humberto Jaramillo, presidente del Consejo Coordinador Empresarial y miembro de dicho Consejo, fue pieza clave para lograr la renuncia de Miguel Ángel Badiola. Nombrado intermediario primero entre Badiola y Astiazarán, terminó comprendiendo al gobierno municipal y haciendo un llamado a la salida del también director de Relaciones Públicas del Hipódromo Aguacaliente, que recién había sido electo para otro periodo. Esa era la “salida digna”. La otra manera de renunciar a Badiola -que declaró en múltiples ocasiones que no renunciaría porque su Consejo lo avalaba- era iniciar una auditoría a COTUCO, o echar mano de un dictamen que da al alcalde de la ciudad facultades en las decisiones del Comité de Turismo y Convenciones en casos de excepción, como consideraban la actitud de Badiola después del desaguisado que protagonizó con presidente municipal y sociedad, ante la promoción del programa “Tijuana Coqueta”, proyecto de origen entre los dueños de bares y hoteles de la Zona Norte que, inicialmente el propio Badiola definió para “promover el turismo sexual”. Con la “renuncia” de Miguel Ángel Badiola, los temas de “Tijuana Coqueta” y el turismo sexual, quedaron fuera del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, por ser “lo más sano para COTUCO”, opinaron sus consejeros. LA RENUNCIA Ocho días después que el alcalde Jorge Astiazarán Orcí anunciara públicamente el haber requerido la renuncia de Badiola, éste dimitió al cargo al cual se aferraba arropado por la postura de los consejeros de COTUCO, de no aceptar lo que consideraron una imposición del presidente municipal, una intromisión al órgano que calificaron de “independiente”. “Fue más bien rechazo a la forma que al tema mismo de la renuncia”, algo que “Badiola no entendió bien”, explicó Humberto Jaramillo, presidente del CCE de Tijuana y nombrado mediador entre el Comité y la administración municipal, luego que Badiola se negara a atender la petición del alcalde. Para el director de Relaciones públicas del Hipódromo Aguacaliente no había más opción: o renunciaba voluntariamente a la presidencia de COTUCO, o era retirado mediante una auditoría, o un dictamen municipal sustentado en anomalías previamente detectadas en su administración al frente de un Comité que depende económicamente de la aportación municipal. De acuerdo con los estatutos del organismo descentralizado, el vicepresidente en turno asume en automático la presidencia, que en este caso recae en Francisco Villegas Peralta, representante del sector restaurantero de Tijuana. La postura de Villegas Peralta respecto a “Tijuana Coqueta” y el turismo sexual fue tajante: “El turismo sexual no es una opción de promoción para COTUCO, y en ese sentido los consejeros se tienen que alinear”. De esta forma, dijo, el Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana retoma la esencia para la que fue creado, fomentar el turismo, promoviendo la buena imagen de la ciudad, lo que deja al margen a “Tijuana Coqueta”. “INCONCEBIBLE QUE ALGUIEN SE AFERRE A UN PUESTO” Superado lo que consideraron un agravio a su “sentido independentista”, los consejeros del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana no entendían por qué Miguel Ángel Badiola se aferraba a la presidencia de COTUCO. “Es inconcebible que alguien se aferre a un puesto”, opinó Humberto Jaramillo, presidente del CCE, a la víspera de convocar a una reunión de consejo para discutir la separación de Badiola al frente del organismo descentralizado. En su calidad de mediador de COTUCO, Jaramillo Rodríguez se reunió con el alcalde. Después de ello, su posición fue a favor de la salida del publirrelacionista del Hipódromo: “El consejo tiene la responsabilidad de cumplir con su función de promover el turismo en Tijuana y resolver cualquier situación que se oponga a ese fin, en ese sentido sí se debe analizar si es conveniente que el licenciado Badiola continúe o no al frente”, informó el presidente del CCE el martes 3 de noviembre, un día antes de la renuncia, cuando ya preveía: “El Consejo se reunirá para considerar su permanencia, este asunto tendrá que quedar resuelto en el transcurso de la semana”. No obstante, Humberto Jaramillo consideró una opción la renuncia “voluntaria” de Badiola: “Es una forma decorosa de salir cuando tu permanencia en un lugar o cargo no es lo más conveniente para los intereses que representas”. Añadió: “Puede ser por varios motivos -la dimisión-, no necesariamente porque no estés haciendo bien tu trabajo, el no ser apreciado en un lugar es uno de ellos, puede renunciar agradeciendo el apoyo que el mismo consejo te dio”. Un día después, Miguel Ángel Badiola presentó su renuncia “voluntaria”. “NO AGUANTÓ LA PRESIÓN” “No está a discusión la permanencia de Badiola”, dijo categórico el propio Miguel Ángel, en respuesta a la petición que el alcalde Jorge Astiazarán le hiciera de separarse de la presidencia de COTUCO, ocho días después reculó. A las 12:09 horas del miércoles 4 de noviembre de 2015, Miguel Ángel Badiola presentó por escrito su renuncia al alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán Orcí. Parco, en dos escuetos párrafos argumentó motivos personales para su dimisión “con carácter irrevocable”. Expuso: “Por medio del presente antepongo un saludo y mediante este documento me permito presentar mi renuncia a partir de este momento con carácter de irrevocable por motivos personales”, y concluyó: “Sin más que agregar, agradezco de antemano las atenciones prestadas a este documento y quedo a sus órdenes”. El mismo texto fue presentado tanto a los miembros del Consejo, como a los miembros del Consejo Consultivo de ex presidentes del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana. En el mismo tenor, cuando ya la noticia había sido difundida, se emitió un comunicado de prensa por parte de COTUCO, destacando que el retiro de Badiola obedecía a “motivos personales ajenos al organismo”. No refirieron, ni una ni otra parte, que hace unas semanas había sido reelecto, ni los conflictos sociales que tuvo por la promoción de “Tijuana Coqueta” para promover el turismo sexual en la Zona Norte de la ciudad, primero al turismo nacional, luego al internacional y al local, habría dicho. Ni las diferencias, evidentemente irreconciliables con el alcalde de Tijuana por ese tema, fueron incluidas en el documento de la dimisión. Del cambio de postura del publirrelacionista de Jorge Hank opinó Francisco Villegas, quien asumió la presidencia de COTUCO: “A lo mejor no aguantó la presión y tomó la decisión de renunciar”. Y fue precisamente a Francisco Villegas a quien Badiola hizo saber de su dimisión antes de presentarla de manera oficial al presidente municipal y al Consejo del COTUCO. CONSEJEROS CELEBRAN RENUNCIA DE BADIOLA “Lo celebramos”, fue la primera expresión de Humberto Jaramillo al ser requerida la opinión de los consejeros de COTUCO sobre la renuncia de Miguel Ángel Badiola. El presidente del CCE de Tijuana consideró que con el desencuentro entre el alcalde Jorge Astiazarán y Badiola, “el poder de gestión -de Badiola Montaño- se agotó”. Y es precisamente el ser gestor e interlocutor del organismo ante el gobierno, el “propósito de ser el dirigente del organismo”, y anotó que por omisión, Badiola había dejado de ser un buen interlocutor”, con todo y que había “un reconocimiento general de los consejeros hacia el trabajo desempeñado por Badiola”. Por ello, dijo, “la renuncia de Badiola ha sido lo más sano para el COTUCO”. EL RELEVO, FRANCISCO VILLEGAS De acuerdo con los estatutos de COTUCO, a la renuncia del presidente o ausencias temporales, la representación del organismo recae en el vicepresidente en turno, en este caso, en Francisco Villegas Peralta, quien tomó posesión en el cago el jueves 5 de noviembre. José Avelar, ex presidente del organismo, recordó que solo en una ocasión había ocurrido que un presidente renunciara, en el caso de Julián Palombo, “cuando tuvo que renunciar al ser detenido, aunque luego se comprobó que su aprehensión fue ilegal, él se separó del cargo”. En este caso la presidencia la asumió Angélica Beltrán, entonces vicepresidenta, a quien el Consejo apoyo para que culminara el periodo”, acotó. TURISMO SEXUAL Y PROMOTORES, FUERA DE COTUCO “El turismo sexual no debe ser la divisa de cambio para el turismo”, advirtió Francisco Villegas al asumir la presidencia del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana. Fijó: “’Tijuana Coqueta’ y el turismo sexual quedan fueran de la promoción de COTUCO”. Considerado éste el error de su ex titular, el organismo se desmarcó del proyecto que pretendía sustituir por escaparates las fachadas de los hoteles y negocios de giro negro, para exhibir a las sexoservidoras “como en Holanda”. Fue ese “programa de regeneración”, el cual Miguel Ángel Badiola impulsaba en alianza con los propietarios de bares, cantinas y hoteles de la Zona Norte, lo que derivó en el desaguisado entre el publirrelacionista de Jorge Hank y Jorge Astiazarán, al comprobar el alcalde que las gestiones del entonces presidente de COTUCO, iban encaminadas a allanar el camino para la entrada del turismo sexual como un nicho de mercado. Esta gestión de Badiola no era algo fortuito, de hecho fue él mismo quien promovió a principios de 2015 el ingreso de la Asociación de Bares y Cantinas de Tijuana -ABACAT- al consejo de COTUCO, cuyo presidente César Sánchez Espericueta se dice artífice de “Tijuana Coqueta”. Sobre la integración al Comité de este sector, Francisco Villegas reconoció que no puede disponer o quitar a un consejero, pero ante la decisión del Comité de no apoyar ninguna actividad relacionada con el turismo sexual, consideró que el Consejo de COTUCO “tendrá que revisar quién se queda y quién se va”. SÍ A AUDITORÍA: CONSEJEROS La auditoría a la administración del COTUCO es una obligación del Ayuntamiento de Tijuana como administrador de los recursos públicos, “no es algo que se haga al calor de una disputa, eso se hace por Ley, la transparencia no está condicionada”, planteó Humberto Jaramillo. José Avelar, representante del Consejo Consultivo de ex presidentes del Comité, consideró sano el que el Municipio cumpla con lo que es su facultad. El presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Turismo (CANACO) Tijuana, opinó que la revisión de la administración de los recursos que maneja el organismo no debe ser una condicionante, sino una obligación que el gobierno debe cumplir. Los consejeros defendieron lo que consideran su “independencia económica”, independientemente de la aportación económica que reciben del Municipio y que sostiene al COTUCO, al considerar que ésta “no es una concesión del presidente municipal, el Ayuntamiento cobra un impuesto que se tiene que destinar a la actividad turística, recursos que son para el organismo”, anotaron. Para 2015, el Comité de Turismo y Convenciones dispone de un presupuesto de 9 millones 456 mil pesos, de los cuales solo 210 mil pesos provienen de recursos propios; el resto, 9 millones 246 mil, es aportación municipal. Alcaldes que pretendieron impulsar la zona de tolerancia de Tijuana Héctor Osuna Jaime. En 1994 su gobierno proyectó una regeneración a través del Departamento de Planeación y Desarrollo Urbano. La intención era reestablecer la imagen de los establecimientos ubicados de la calle Primera y Revolución, hasta la Avenida Internacional. Nombró el plan “Puerta Norte”, pero quedó en un proyecto de papel. Jesús González Reyes. En 2004 invirtió 94.1 millones de pesos en señalización urbana y turística, pero su esfuerzo lo concentró en la regeneración de la Plaza Santa Cecilia y la Avenida Revolución, de la calle Primera a la Tercera. Francisco Vega de Lamadrid. Su paso por la alcaldía de Tijuana es recordado por el arco que sirve de sostén para un reloj monumental que instaló en la Avenida Revolución, en la entrada de la zona de tolerancia de Tijuana, lo que le valió a los tijuanenses una erogación de 6.4 millones de pesos. Con esa acción, “Kiko” Vega pretendió “dignificar el Centro Histórico de la ciudad”. Jorge Hank Rhon. Como alcalde de Tijuana, en 2006 habló de impulsar la regeneración de la zona de tolerancia de la ciudad, en un proyecto similar al de “Tijuana Coqueta”. Pretendía remozar las fachadas de los bares, hoteles y demás establecimientos en el área. Lo denominó Programa de Diseño y Rehabilitación de Fachadas y Mejoramiento de la Imagen de la Zona Norte. La administración hankista aseguraba que iba a mejorar la imagen urbana para una mayor atracción del turismo, particularmente estadounidense. Los planes se quedaron en anuncio. Antes de Hank, otros gobiernos ya habían pretendido renovar la Zona Norte de la ciudad, y aunque se trazaron proyectos e implementaron algunas acciones urbanísticas, a la fecha, ningún alcalde ha concretado. Carlos Bustamante Anchondo. Dijo impulsar “el corazón de la ciudad”, con un proyecto denominado Programa Parcial de Mejoramiento para la Zona Centro de la Ciudad de Tijuana, con el cual impulsaría siete zonas de vocación turística, entre ellas enumeró la zona de tolerancia. Pero salvo la rehabilitación de las calles, donde el empresario ubica sus inmuebles, no se avanzó en la mejoras.