El hechizo de Chayanne

A sus 47 años, Elmer Figueroa Arce, mejor conocido como Chayanne, sigue arrancando suspiros, provocando con sus bailes y enamorando con su sonrisa. Mantiene la vitalidad de un adolescente y se entrega sin medida cuando pisa el escenario. Baila, canta, se mueve con ritmos sensuales, se ríe y coquetea con el público. Mantiene una constante cercanía con éstos, provocando un romance mutuo. Los gritos de la mayoría de las mujeres son ensordecedores, en las pantallas de última tecnología se proyecta la imagen del boricua para beneplácito de aquellos que les tocó estar muy lejos, mientras que los que pagaron por lugares privilegiados, no dejan de grabar y tomar fotografías con sus teléfonos celulares. Chayanne llegó puntual a su cita, la que tenía con el público bajacaliforniano, pisando por primera vez un escenario rodeado de vid. Feliz de estar en Rancho San Gabriel, el puertorriqueño prometió  una fiesta para recordar. “En Todo Estaré”, es el título de su más reciente disco, motivo que lo ha llevado a recorrer con su gira varias ciudades de América Latina y Estados Unidos. Su presentación del 30 de octubre en Ensenada fue la única que ofreció en la entidad, y con ese sabor latino que corre por sus venas, el intérprete se dispuso a robar más corazones. Acompañado por ocho bailarines, nueve músicos y tres coristas que también fueron apoyo con instrumentos, el boricua comenzó el festín en una cálida noche de octubre iniciando con “Bailar Contigo” y “Salomé”, poniendo a danzar a los más de 8 mil fanáticos. Complementó su espectáculo con un gigantesco escenario con tecnología de punta y luces multicolor, algunas sostenidas con un brazo especial que descendía casi a nivel del artista cuando se trataba de darle un toque nostálgico a temas como “Un Siglo sin Ti”, “Amándonos” y “Atado a tu Amor”, que dieron al público un deleite visual. “¡Quiero ver esa energía!”, gritaba Chayanne mientras pedía a las fanáticas que le regalaran su hechizo de mujer… al ritmo de “Salomé”. Luego haría su primera pausa para dirigirse al público: “Buenas noches, mi gente bonita, muchas gracias por este calorcito tan rico que estamos recibiendo. Por recibirnos por primera vez en esta tierra. Se agradece en el alma, estamos aquí súper a gusto, me estaban enseñando las tierras bellas que tienen aquí y ese líquido maravilloso (vino), pero ya ven que estamos con un gusto y todo esto se hace con amor, con cariño para Ustedes. Así que, como siempre digo, esta noche Ustedes mandan y yo obedezco”. El show se caracterizó por incluir canciones del ayer con lo más nuevo de su último material discográfico, combinación perfecta para que los ánimos de la gente no cesaran. Así se escucharon en el viñedo “Guajira”, “Humanos a Marte”, “Bailando Dos corazones”, “Cuidarte el Alma” y “Lola”. “¡Qué rico! Yo quiero que sepan que nada de esto se ha dado por hecho, esto se agradece muchísimo. Todo lo que estoy recibiendo aquí, yo espero que ustedes lo estén recibiendo allá también. Es pura energía bonita, yo lo que siento es que esta gente ama a su tierra, y yo con su permiso, también la quiero mucho”, expresó con sentimiento el cantante. “Me han visto crecer. Empecé a los 10 años, y llevo en la carrera unos 15 o 16 (ríe) en la primera etapa, pero siempre hemos recorrido México. En Puerto Rico hay un comercial de televisión que se marcó mucho en la isla, que decía ‘México Lindo y Querido’. Y se quedó siempre en el corazón; a través de mi madre lo conocí todo y de mi papá también, y después tuve la oportunidad de venir y eso es lo que es la música, la música de todos mis compañeros artistas, mi música, como la que viene a continuación, la ilusión que había, la incertidumbre de no saber hasta dónde uno va a llegar, el éxito que puede tener, el apoyo que puede tener, pero la que viene, Ustedes la pusieron en primer lugar; así que gracias”. Fue así que se escucharon los acordes de “Lo Dejaría Todo”, e inmediatamente un coro de 8 mil gargantas le acompañaron. Vendrían luego: “Tu Boca”, “Ay Mamá”, “Fiesta en América” y “Baila, Baila”, en una combinación de ritmo, picardía y romance. Pasada la hora y media de actuación, y con el público de pie, eufórico y feliz, Chayanne cerraría su presentación con “Torero” y “Provócame”, no sin antes decir: “¡Qué rico hacen sentir a uno, qué rico! Todos Ustedes aquí son una pieza más del rompecabezas”, de las historias que contó esa noche, en un escenario que pisaba por primera vez, en el Valle de Guadalupe, en Ensenada.