Diputados aferrados

En la elección de Magistrado para el Tribunal Superior de Justicia de Baja California, la labor de los diputados del Congreso del Estado es muy sencilla de acuerdo a la Constitución, y consiste en simplemente: revisar los perfiles de los aspirantes, la idoneidad de los mismos para ocupar el cargo y votar en consecuencia. Es todo. El proceso de selección de quienes lleguen a la mira de los diputados, le corresponde, exclusivamente al Poder Judicial. Esclarecido lo anterior, llama la atención que los diputados René Mendívil del PRI, Cuauhtémoc Cardona y Gustavo Sánchez del PAN y Juan Manuel Molina de MC, insisten en “tumbar” el proceso de selección del Poder Judicial para que se realice de nuevo y no votar por quienes hoy integran la lista enviada desde el Tribunal, y que incluye a la única en aprobar todos los exámenes en el primer intento, la Jueza Lourdes Molina, y los cuatro varones que fueron aprobados al flexibilizar el examen en una segunda ocasión, Marcelino Zepeda, Ignacio Flores, Víctor Fernández y Alejandro Fragoso. El punto, dicen los cercanos de los diputados, es que no les parece a los caballeros del PAN, el PRI y el MC, que la única mujer haya sido la mejor calificada, que los candidatos que ellos habían acordado impulsar –por cierto ligados a Enrique Acosta Fregoso– no tuvieron ni buenas primeras calificaciones, ni mejor desempeño en la comparecencia ante los legisladores. Por eso incluyeron en el dictamen 68, que de no lograr 17 votos a favor de cualquiera de esa lista, se restituya en el Poder Judicial el procedimiento de selección, o sea, que empiecen otra vez y la aprobada inicial y los cuatro segundos, queden eliminados. Tomar esa decisión podría no ser lo mejor, pues no solo se violentarían leyes, sino se enfrentaría al Poder Legislativo –por la actitud de cuatro de 25 diputados– con el Poder Judicial, que ya hizo su procedimiento para determinar la lista. Pero los diputados Mendívil, Cardona, Molina y Sánchez, siguen necios. Parece que más que confirmar un Magistrados, quieren seleccionar un cómplice, y acabar con la autonomía del Poder Judicial. Por lo pronto Mendívil planea que en la sesión del 5 de noviembre donde se votará por el nuevo magistrado, no haya quórum para que ningún aspirante tenga los 17 votos y “reponer el proceso”.