Si hay algo que Lex Ortega ha conseguido con su cine, es perturbar. Sin embargo, hasta este año solo lo había hecho a través de formatos de corta duración, con “Devourment” (2010), “T is for Tamales” (2011), “Frío” (2012), “Atroz” (2012), “Contra Natura” (2013), “Bendición de Madre” (2013), “Lo que Importa es lo de Adentro” (2014) y “The Dreamcatcher” (2015); historias que en apenas unos minutos llevaron al espectador a conocer los horrores que pueden esconder o acechar a sus protagonistas. Retomando la trama del cuarto cortometraje que hizo, pero llevándola a su límite máximo, el cineasta presenta su ópera prima bajo el mismo nombre. En entrevista con ZETA, Ortega habló de cómo creció el proyecto: “Antes de que ‘Atroz’ fuera un corto, yo sólo quería hacer un ejercicio de filmar la secuencia de una tortura. No iba a ponerle créditos ni nada, quería hacerlo viral como si fuera un video ‘snuff’. Al estar produciendo la idea, ahorrando para financiarla e involucrando a gente para hacerla, finalmente decido que valía la pena contar algo más, que por lo menos tuviera pies y cabeza. De ahí surgió el cortometraje en 2012 y la respuesta que obtuvimos del público, además de que la censuraran en cinco países, me dio hambre de seguir contando más sobre la historia”. Dos años después filmó una segunda parte y comenzó los preparativos de una tercera, pero, ya con treinta y cinco minutos de material, decidió que era más fácil seguir adelante y hacer un largometraje. Para lograrlo fue necesario hacer una campaña de crowdfunding, luego de no obtener financiamientos mediante pitchings en diferentes festivales tanto nacionales como internacionales. “Desafortunadamente nunca corrimos con suerte de que fuera seleccionado. Seguramente leían la primera hoja del guión y lo hacían a un lado por el alto contenido de violencia”, agregó Ortega, quien además actúa en la película donde dos asesinos seriales son detenidos por un accidente de tránsito, confiscándoles cintas de video con detalles de sus crímenes. “Todos los eventos, temáticas y parafilias que tocamos en la película son cosas que han pasado en la realidad, aunque no deja de ser una amalgama de varias eventualidades, por lo que los personajes no están basados en alguien en particular. Es el terror que a mí me da miedo, el que puede existir en un familiar, en el vecino del apartamento de al lado o quizá nosotros mismos. Yo lo llamo ‘Terror Terrenal’, es esa maldad que existe en la humanidad, en nosotros mismos, y que solo tiene una delgada línea que nos divide entre el ejercer esa maldad o no hacerlo”. Con un presupuesto meta de 100 mil pesos, que exitosamente se convirtió en más de 126 mil pesos, gracias a los fondeadores, el proyecto se concretó con siete días adicionales de filmación, en los que solamente hubo cuatro personas cubriendo puestos fijos en el rodaje: “El proceso fue complejo porque estábamos limitados en dinero. En muchos casos pedimos favores para las locaciones y nos cancelaron un día antes de rodar, entonces, era idear un nuevo plan para no perder el día y solucionar esa escena. Definitivamente tuvimos un gran trabajo de la productora Abigail Bonilla. En otras ocasiones era filmar totalmente de ilegal, con cámara oculta en la mochila o hacer dos tomas antes de llamar mucho la atención y correr antes de que llegara la Policía. La crema y nata del cine de guerrilla”. Si bien, “Atroz” no se basa en hechos reales en concreto, el perfil de los asesinos seriales que la protagonizan se inspiró en los casos de Leonard Lake y Charles Ng, Ottis Toole y Jerome Brudos, para mostrar un cine extremo “independiente, hecho con el alma, las vísceras y muchos huevos, que no le debe nada a ninguna institución, ni a ningún productor ‘major’”, por lo que la censura en cualquier nivel no fue ningún problema. Aunque esa libertad, puede que lo sea para su exhibición: “‘Atroz’ tendrá un camino difícil, no está hecha para toda la gente. Tiene una cubierta de mucha violencia y gore, pero debajo de todo eso hay un trasfondo, un subtexto, una fuerte crítica política y social que va de la familia, el primer círculo social en que nos desenvolvemos, hasta las prácticas inhumanas ocultas y hechas por los gobiernos”. En apenas un mes, “Atroz” ha estado en el Horror Film Fest (Puerto Rico), Mórbido Film Fest (México), Zinema Zombie Fest (Colombia) y Rojo Sangre (Buenos Aires), pero próximamente hará lo propio en Mórbido Mérida y Masacre en Xoco (Ciudad de México). Mientras que a principios de 2016 estará en Vancouver y Francia, y en el segundo semestre del año, Cinenauta se encargará de su distribución nacional. Por su parte, Lex Ortega contempla hacer una segunda fase de “México Bárbaro” con otros directores. “No quiero adelantarme mucho al tema porque será igual, cada director se financiará o será responsable de conseguir el financiamiento para su segmento, por lo que pueden surgir imprevistos que hagan cambiar tiempos, personas involucradas, etc.”, finalizó.