Un doctor que había estado viendo a una viejecita de 80 años por casi toda su vida, finalmente se retira. En su siguiente revisión, el nuevo doctor le pidió que llevara una lista de todas las medicinas que le habían recetado. Cuando el joven doctor revisaba la lista, sus ojos casi se desorbitaron cuando vio que le habían recetado píldoras anticonceptivas. — Doña Carmelita, ¿usted sabe que éstas son PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS? “Sí, doctor, me ayudan a dormir por la noche”. — Doña Carmelita, le aseguro que no hay ABSOLUTAMENTE NADA en estas píldoras que le ayuden a dormir. La viejita se acercó al joven doctor y le dio una palmadita en su brazo: “Sí, mi querido doctor, eso ya lo sé, pero todas las mañanas disuelvo una en el jugo de naranja de mi nieta de 16 años ¡y viera qué bien duermo todas las noches!”. Autor: Abuelita feliz.