Dicharachero, alegre y feliz de estar de nuevo en Baja California, para disfrutar de sus paisajes, de su gente, del buen vino y el fabuloso clima, Juan Gabriel regresó una vez más a la entidad, pero en esta ocasión, se presentó en el viñedo El Cielo, donde entregó su música, sus canciones y su voz a más de 8 mil personas que aplaudieron al “Divo de Juárez”. Con su gira “Bienvenidos al Noa Noa”, tema emblemático que marcó la carrera de quien es el cantautor contemporáneo más importante del país, éste se plantó en el escenario después de que un ballet folclórico abría el show bajo un tema alusivo a México, preámbulo de lo que sería un fiesta musical sin límites. Inmediatamente, Juan Gabriel se posicionó del entablado y con el tema “¿Por qué me Haces Llorar?” comenzaría su recital. “Muchísimas gracias por traerme, por eso vengo vestido de uva”, dijo al público bromeando, mientras que en su mano derecha cargaba una copa de vino que degustaba, al tiempo que cantaba. El público le festejó su hazaña y coreó con el artista la primera de muchas canciones: “Salud, por Ustedes, por México y por mí”. Luego vendría un combo de temas que sirvieron para que el ambiente se desbordara con “Mi Fracaso”, “Insensible”, “Ya No me Interesas”, “Tu Abandono” e “Inocente Pobre Amiga”, con las que calentó motores e invitaba a la gente a participar con él. “Gracias mis amores por cantar mis canciones”, decía feliz al ver la favorable respuesta a su petición. Dueño del escenario, bailó con ese estilo propio, se quitó el saco y entre coreografías, algunas ocasiones se hizo acompañar de sus músicos y su mariachi, mientras la gente las celebraba. Más de 30 músicos y un impecable mariachi, fueron el ensamble ideal para que arriba de un enorme escenario con luces robóticas, tres pantallas grandes que sirvieron de ventana para proyectar imágenes de Rocío Dúrcal, del mismo intérprete y hasta de Germán Valdés “Tin Tan”, Juan Gabriel hiciera un homenaje a quienes recuerda con cariño y son parte de la cultura popular de México. En El Cielo se escucharon “Costumbres”, “No Vale la Pena”, “Caray” y “Juntos”. Historias de romance, traición, amor, desamor y recuerdos. Cada una con un significado especial para las personas que esa noche disfrutaban del encuentro con su ídolo. Uno de los momentos más sublimes fue cuando interpretó “Amor Eterno”, la cual dedicó a todas las mamás que han fallecido. Después, volvió a interactuar con el público: “Cien años de Tin Tan, y en Juárez también empecé, igual que en Tijuana”, expresaba, “Tijuana, cuántos encuentros, y empecé así, diciendo la verdad, poquito a poquito la escribí. Dicen que recordar es vivir un poco, pero yo digo que recordar es volver a vivir”, entonando primera a capela el tema que creó en 1971, “No Tengo Dinero”, para rematar con el acompañamiento de su orquesta. Juan Gabriel no se olvida de Tijuana, la lleva tatuada en el alma, si bien su recital no lo estaba ofreciendo en la ciudad fronteriza, él siempre la puso en primer lugar por encima de Ensenada: “Tijuana, mi gente, Ensenada, Tecate, Mexicali y también debe haber gente de San Diego”, los gritos de aprobación le hacían sentir bien, se le veía en su rostro y lo disfrutaba. El clima fue benévolo, cálido, muy agradable, hecho que favoreció al “Divo”, a ese intérprete incansable que por momentos perdía su voz, en una que otra nota, pero que cumplió hasta la última canción. Regaló un ramillete de 27 temas a un público que lo arropó, cantó y disfrutó pasadas las dos horas y media de actuación, cerrando con broche de oro con “El Noa Noa”.