Con la huida del 9 de octubre cuando se encontraba en unas hechizas cabañas en la sierra del Triángulo Dorado, Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, lleva por lo menos cinco escapadas de la justicia. En dos ocasiones se ha fugado de prisiones de máxima seguridad. La primera vez en 2001 cuando en contubernio con custodios y funcionarios del penal de Puente Grande, Jalisco, salió en un carro de ropa para lavar. La segunda cuando, justifica la Procuradora Arely Gómez, orquestado el plan por su abogado Óscar Manuel Gómez Núñez, el capo escapó por un boquete en el subsuelo de su regadera y atravesó un narcotúnel hasta encontrar la libertad en una casa del Estado de México en julio de 2015. En por lo menos otras dos ocasiones “El Chapo” escapó del operativo para detenerlo. La primera ocasión cuando la Policía Federal “llegó tarde” a la residencia que en Los Cabos tenía el narcotraficante y donde se había dado cita con una prostituta en el año 2012, según una cocinera localizada en la casa. Nueve días antes que le aprehendieran por segunda ocasión en febrero de 2014, en Culiacán, Sinaloa pudo escapar de los oficiales utilizando una red de pasadizos subterráneos que conectaban más de cinco casas que dispuso para evadir a la justicia. La quinta escapada de “El Chapo” sucedió el 9 de octubre en las inmediaciones de Durango y Sinaloa, cuando aprovechando la geografía y la flora de la Sierra, pudo avistar el operativo aéreo que iba por él, y huir con sus secuaces –todos vivían en las cabañas hechizas donde se ocultaban– aun herido por una caída según relataron las cocineras que le atendían. LAS CONFIRMACIONES DE PGR La consignación de más personas vinculadas con su escapatoria; cateos en ranchos y caseríos en la sierra del Triángulo Dorado; una incesante persecución por montañas, barrancas y cuevas; y un nuevo juicio de amparo promovido por sus abogados son las novedades que mantienen a Joaquín “El Chapo” Guzmán en las primeras planas de los diarios y titulares de los medios electrónicos. Las filtraciones de la Procuraduría General de la República le allanan el camino al área de comunicación social de la propia dependencia, que de esa manera socializa la noticia a través de sus dos o tres voceros voluntarios –cuyo premio es la primicia– y más tarde la confirma a través de sus principales funcionarios. Las novedades sobre el caso del líder del Cártel de Sinaloa llegan por dos vías. Las relacionadas con la búsqueda y persecución en la zona serrana son proporcionadas por medios de comunicación extranjeros que están muy bien enterados, y las noticias de la investigación de la fuga por un columnista y conductor de televisión, que se da el lujo de informar hasta en tres entregas para que simplemente la procuradora Arely Gómez confirme las versiones. El aparatoso operativo de recaptura de “El Chapo” Guzmán, lo lleva a cabo en el campo la Marina, misma institución que en el pasado y con la información de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) ya ha participado en la aprehensión o la ejecución –en presumibles enfrentamientos– de otros narcotraficantes como Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, en Morelos. LESIONES DE “EL CHAPO” De acuerdo con la cadena CNN en español, las lesiones que sufrió el narcotraficante Joaquín Archivaldo Guzmán en el rostro y en una pierna, fueron producto de una caída en un pequeño acantilado durante la persecución de que fue objeto por parte de elementos de la Marina. Presuntamente el delincuente fue rescatado del sitio en que cayó por sus escoltas antes de que las fuerzas especiales llegaran hasta él. Los hechos habrían ocurrido el 9 de octubre cuando “El Chapo” fue ubicado en las inmediaciones de Cosalá, Sinaloa, en la sierra limítrofe con Tamazula, Durango. Presuntamente el originario de La Tuna estaba en compañía de una niña, lo que obligó a los oficiales a actuar con cautela. Cuando Guzmán Loera fue visto de nuevo, sin la niña, empezó una persecución vía tierra. En su desesperación, Joaquín cayó en el acantilado, donde se cree que se rompió una pierna y se causó heridas en la cara. Sus esbirros descendieron al fondo del lugar y se lo llevaron oculto entre la tupida vegetación de la zona. Los perseguidores no contaban en ese momento con apoyo aéreo o terrestre para seguirle. Tras este incidente y con el arribo de un mayor número de tropas de la Marina, diversos ranchos y residencias han sido cateados, tanto en la zona serrana, como en la misma capital sinaloense. Una de las viviendas inspeccionadas fue la de la familia de Miguel Ángel Guzmán Loera “El Mudo”, actualmente preso en el penal de máxima seguridad número 13, en Oaxaca. Las autoridades ubican a “El Chapo” Guzmán en la región desde mediados de agosto cuando fueron detenidos y arraigados cuatro pilotos que participaron en el traslado del fugado, desde el estado de Querétaro a la sierra del Triángulo Dorado, donde presuntamente se construyeron varias cabañas para ocultar al fugitivo, su mujer, sus hijas y sus guardaespaldas. También la localización y arraigo –por esas mismas fechas– de Édgar Coronel Aispuro, cuñado del capo, fue una de las piezas claves para dar con el paradero de éste. VERSIÓN OFICIAL En tanto los defensores de Joaquín Guzmán presentaron en el Juzgado Decimotercero de Distrito de Amparo en Materia Penal del D.F. una nueva demanda de amparo contra la orden de detención provisional con fines de extradición, la procuradora de la nación, Arely Gómez González, dio a conocer la consignación de quienes –desde el exterior– operaron la fuga del penal del Altiplano.