Qué bonitas son las aves, ¡son hermosas!, él lo dice, yo lo escucho y tú lo sabes, nos alegran con sus cantos y nos hacen ver los días diferentes a otros tantos. El canario hace sentir con sus notas el candor de la melodía que induce a descubrir el amor. Hay otro pájaro hermoso que de los cielos llegó vestido de fina estampa, con aires de gran señor y que nos quita la angustia porque él es el ruiseñor. Pero ¡ah!, qué divino toca con sus trinos celestiales la gran orquesta de voces de pájaros cardenales. Y aquel cenzontle volando que grita y llama a la aurora y en su despertar añora lo que opina el ruiseñor. Que un ave por la mañana entregue a todos el alba y le pongamos por nombre ¡pájaro madrugador! José Miguel Ángel Hernández Villanueva Tijuana, B.C. Correo: jomian1958@hotmail.com