Cuando el jueves 9 de octubre la Procuradora General de la República, Arely Gómez González, compareció en el Senado de la República para explicar y justificar las acciones de la dependencia que preside por obra y encargo del Presidente Enrique Peña Nieto, prometió que en esta semana nos sorprendería a todos. Como si se tratase de un capítulo de serie de televisión o telenovela de Televisa, la Procuradora dio avances, tantito nada más para dejar en ascuas a los Senadores, y con ellos, a los mexicanos enterados o que gustan de seguir este tipo de información. Aun cuando su comparecencia abarcaba todas las acciones de la PGR, los temas de mayor interés para los Senadores de la República fueron básicamente dos: la segunda fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, el caso de los 43 desaparecidos de Iguala, Guerrero. En una tercera posición y de manera muy sutil –porque de alguna forma tiene que ver con el origen de los dos casos- se abordó el tema de la corrupción al interior de la Procuraduría. Sobre el caso de Ayotzinapa la Procuradora habló de la creación de una Fiscalía para investigación de desaparecidos. Otro ente dentro del ente mayor, que se ha comprobado en el pasado con las muchas fiscalías creadas para salir avante de las presiones públicas, servirá para dar empleo a más personas en la burocracia pegeriana, y largas a las soluciones de los casos de desaparecidos, que en México estamos hablando de miles. Pero cuando le preguntaron sobre la segunda fuga del narcotraficante –otra vez- más buscado del mundo, la Procuradora Arely aprovechó la información que de primera mano tiene para sorprender y prometer más en esta semana. No mucho, pero sí adelantó números, que contrastan con las filtraciones a periodistas y a través de las cuáles nos hemos enterado que detrás de la segunda fuga de “El Chapo” hay más corrupción de la que se piensa. Por ejemplo, sabemos por Carlos Loret de Mola, que en su columna Historias de Reportero, nos ha develado las declaraciones de los internos del penal de máxima seguridad El Altiplano en Almoloya de Juárez, que “El Chapo” tenía privilegios en la cárcel. Aparte de no tener que cortarse el pelo –nimiedad podría pensar Usted, pero la impunidad así es, se ejerce hasta en el más mínimo detalle-, además de salir a reuniones con sus abogados de manera frecuente, permitírsele por lo tanto mantener una comunicación con el exterior –evidentemente para la planeación de la fuga-, poca vigilancia sobre su persona y más importante, los dichos de los presos –uno ya fallecido, otros extraditados- sobre el entorno en el que debían vivir dentro de la prisión, escuchando el ensordecedor ruido de las máquinas de construcción que día y noche en esa área de El Altiplano trabajaban sin descanso –el pretexto oficial son obras del Gobierno del Estado de México- y que asumen se trataba de los ingenieros y albañiles, que siguiendo órdenes del cártel de Sinaloa, excavaban para llegar hasta el baño del capo. Esas historias, las declaraciones de los testigos y compañeros de prisión de Guzmán se saben porque han sido otorgadas, aun a cuenta gotas, a periodistas como Loret. Lo que sí dijo la Procuradora a los Senadores en exclusiva, fue que resultado de la investigación que inició la noche del sábado 11 de julio, a tres meses de distancia, se ha consignado y obtenido órdenes de aprehensión contra 24 personas. 23 de ellos funcionarios del Gobierno Mexicano, y un particular. El piloto que esa noche trasladó a Joaquín Guzmán de una pista clandestina a otra, hasta Querétaro. A excepción del piloto, el resto de los aprehendidos son parte del personal que de una u otra manera tenían que ver con la supervisión carcelaria de “El Chapo” Guzmán para mantenerlo, precisamente tras las rejas. Adelantó entusiasmada la Procuradora Arely a los Senadores: “La otra línea de investigación es lo que aconteció afuera del penal. Estamos por consignar, probablemente la semana que viene, –esto lo dijo el 9 de octubre- porque ya tenemos todo el mapeo de quiénes participaron. Será interesante que ustedes lo conozcan. Es algo verdaderamente asombroso”. ¡Asombroso! Después de la sorpresa colectiva el día de la fuga de “El Chapo” –incluso el Presidente Peña había dicho que no se fugaría nuevamente y que de hacerlo sería imperdonable- y de ver detenidos a funcionarios de menor nivel con relación a la huida del capo, y de estar a la expectativa de cuándo la PGR irá por los “peces grandes”, la Procuradora Arely nos adelanta que nos sorprenderá en estos días con más detalles y detenciones –suponemos- de compinches de Guzmán Loera. De suyo ya es asombroso que en el Estado de México, en las inmediaciones del penal, se haya construido el túnel, asombroso que los guardias no hayan puesto atención a los presos que denunciaron el ruido en la celda del capo, asombroso que quienes estaban encargados de vigilar al líder del cártel de Sinaloa, no hayan avistado la fuga a tiempo como para evitar el escape, y asombroso también que en medio de un despliegue de seguridad que debió ser impresionante, el capo se fuera tranquilamente en un avioneta a Querétaro y de ahí a quién sabe dónde. Dijo la asombrosa Arely a los Senadores que hay más. Que está investigando la conexión de personas de fuera del penal con personas dentro del penal, y que juntos crearon el clima de impunidad para la huida de “El Chapo”. Que ha rastreado llamadas telefónicas de aparatos públicos, de privados, que han tomado 243 declaraciones, enviado 522 oficios a otras autoridades, que los peritos recolectaron 191 indicios del túnel, que se ha consultado a 150 forenses expertos en diversas áreas y ello ha resultado en la elaboración de 151 dictámenes. De la corrupción al interior de la PGR poco se supo más allá de un aceptar de la Procuradora Arely, que la corrupción persiste “por temas” en algunas áreas de la dependencia que ella dirige. El tema de fondo es precisamente la corrupción. Si la Procuradora quiere seguir sorprendiendo a los mexicanos –en caso que efectivamente lo haga dentro de unos días- podría iniciar por una real limpia en todas las áreas de la Procuraduría, y llegar a los altos niveles y a los altos mandos, que por complicidad o por omisión, contribuyeron de alguna manera a la fuga de “El Chapo”. Que la segunda escapada de Guzmán Loera no se quede, pues, en la consignación de ex funcionarios de bajo nivel. De la primera fuga fueron procesadas 62 personas, contra las 24 que dijo Gómez están aprehendidas de la segunda fuga. Ojalá Arely Gómez cumpla su palabra y no reduzca el trabajo que debe hacer la PGR a un mal espectáculo digno para la pantalla chica. Su deber, como Procuradora, es aportar una conclusión –finalmente- a una investigación crucial para el País como es la de la segunda fuga de “El Chapo”, suceso imperdonable y a la fecha impune para los funcionarios más cercanos a Peña Nieto.