Los miembros del gabinete de Francisco Vega de Lamadrid andan perdidos. Primero porque hacen muy poco -su jefe resumió sus acciones en un folletín, por ejemplo-, o porque presumen o comprometen obras u acciones que están fuera de su alcance y administración. Ahí está el reciente caso del secretario de Turismo, Óscar Escobedo, quien aparte de inflar las cifras de ingresos por turista que visita esta frontera, ahora, para justificar su gira por Washington, fue a la capital de los Estados Unidos a prometer lo que no está ni en su fuero, ni en su gobierno: la agilización del trámite de revisión en la garita de México hacia los Estados Unidos, cuestión que corresponde exclusivamente al Gobierno Federal, particularmente al Servicio de Administración Tributaria (SAT) y a la Administración de la Aduana, ambas instituciones en el mandato de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que titula Luis Videgaray Caso. Pero así, pasando por encima del Gobierno Federal, Escobedo se reunió para hablar del tema de garitas -en las dos vías- con el subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento de Seguridad de Estados Unidos, Alan Bersin, a quien explicó su plan para “implementar carriles reversibles en el nuevo proyecto de la Garita Otay 2, a fin de desahogar el tráfico en horas pico en ambos sentidos”. Escobedo abundó: “Propusimos de primera instancia ampliar por lo menos dos horas más en la mañana y dos más en la noche, de manera que el horario de operación sea casi permanente; éste ha sido el proceso natural que han vivido otras garitas como la de Otay y Mexicali 2, que originalmente solo estaban habilitados en horarios específicos, pero por la gran demanda eventualmente se ampliaron las horas de operación”. Quién sabe cómo recibiría Bersin -que conoce muy bien la estructura del gobierno mexicano y las facultades de cada orden-, pero de que se lució el secretario de Turismo, se lució.