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lunes, octubre 14, 2024
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Venganza en balacera de la funeraria

Llegaron a la funeraria con la orden de asesinar. Los homicidas arribaron en dos autos, según los reportes ministeriales, el sicario principal tenía un objetivo específico, además de instrucciones de disparar sobre otros inocentes. La idea criminal era dejar claro que se trataba de una venganza. Antes de la medianoche del lunes 24 de agosto, la familia Velarde Angulo velaba a dos de sus jóvenes hijos, acompañados de amigos y parientes. Los cuerpos de Víctor e Iván estaban en el interior de Funeraria La Esperanza, ubicada en Calle Negrete casi esquina con Bulevar Agua Caliente. Afuera un grupo de personas, al costado derecho de la entrada a la funeraria (vista de frente), bebían cerveza y conversaban. Obstaculizando la entrada al estacionamiento del lugar, estaban una camioneta tipo Windstar y un automóvil sedán negro. Cuando llegó la camioneta blanca equipada como carroza y les pidieron moverse para que el auto de la empresa entrara en reversa, al estacionarse, prácticamente toda la carroza quedó sobre la banqueta, incluso parte del carro estaba en la calle. Los hombres que iban en la Windstar y el sedán, condujeron rumbo al norte unos metros hasta casi llegar a la esquina de Negrete con Calle 11. Ahí se estacionaron ambos, de uno de los autos descendió un hombre moreno, de estatura media, delgado. Caminó varios metros en la oscuridad, escondiendo un rifle R-15 pegado al cuerpo, como si fuera una extensión de su brazo. Llegó hasta la carroza tipo panel y se cubrió con ella, pasó muy pegado al vehículo hasta quedar frente a su grupo de víctimas: los que bebían cerveza. Entonces disparó. Los investigadores aseguran que no se trata de un tirador con experiencia, pues los indicios periciales indician que el rifle “le dio la patada” y, en lugar de disparar en abanico hacia el frente como se hace con esas armas, los disparos fueron de abajo para arriba. Realizó 25 descargas desordenadas, 12 hicieron blanco. Una persona cayó muerta. En la confusión del ataque, algunos de los heridos corrieron al interior de la funeraria que tampoco fue segura. Las balas alcanzaron a víctimas en el interior. El matón corrió hacia el norte, rumbo a Calle 11, subió al sedan negro y, junto a la camioneta, arrancaron con dirección a Zona Río. Sobre la banqueta quedó muerto el joven David Roberto Aguilar Landaverry, quien según la indagatoria, era el objetivo principal del ataque; las balas también hirieron a diez personas, incluidas mujeres, todos llevados a instalaciones médicas. Poco después, una de las víctimas, un hombre delgado aún no identificado de entre 25 y 30 años, murió en el hospital. Según declaraciones del secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Alejandro Lares Valladares, los homicidas estuvieron conversando con sus víctimas previo al ataque: “A mención de testigos, fueron a platicar, a hacer una acción, regresa una reacción de parte de las personas, y tenemos como consecuencia dos personas finadas; una en el interior, otra en el hospital y nueve personas lesionadas”. Agentes de Seguridad Pública Municipal acudieron una hora antes de la balacera a Funeraria La Esperanza, habían recibido una llamada de denuncia porque gente consumía alcohol fuera del negocio, no detuvieron a nadie y se retiraron. A pesar de la cercanía del patrullaje de la Policía Municipal, y los retenes y operativos implementados ese día en la Zona Centro, “fue nula la detención de las personas (atacantes)”, admitió el funcionario.   El pleito En las primeras reuniones de las áreas de Inteligencia de las corporaciones integradas al Consejo Estatal de Seguridad de Baja California, surgieron varios datos e hipótesis que después se compartieron y analizaron incluso con investigadores en San Diego, California. La investigación inició la noche del miércoles 19 de agosto, cuando alrededor de las nueve de la noche se reportó el asesinato de dos hombres en la Llantera Meza en Calle Allende de la colonia Independencia. Los muertos eran los hermanos Velarde Angulo, propietarios del comercio, quienes estaban en el interior viendo un auto con la cajuela abierta, en el que la Policía no encontró nada. Dos datos fueron revelados al respecto: 1. La llantera era parte de la red de comercios controlados por el grupo criminal del Cártel Arellano Félix encabezado por Luis Toscano “El Mono”, hasta su muerte en abril de este año. 2. Los muchachos atacados estuvieron involucrados con gente de un grupo delictivo que robó drogas. Previamente, las autoridades explicaron que este grupo inició en una pandilla de motociclistas llamada “Los Hooligans”, algunos de ellos se dedicaban al robo de motos en Estados Unidos y al tráfico de droga. Luego estos motociclistas se dividieron y empezaron a pelear entre sí. Por conversaciones con testigos, los primeros elementos en identificar la presencia de miembros de “Los Hooligans” en la funeraria, fueron los policías municipales que respondieron al llamado de emergencia.   La venganza   También fue la corporación municipal la que ofreció indicios del origen del ataque a la funeraria. De acuerdo a un llamada al 089, alrededor de las diez  de la noche, vecinos de la colonia Independencia llamaron para reportar una balacera que involucraba sujetos en motocicleta; los agentes locales llegaron al lugar, corretearon a uno de los protagonistas, pero no lo alcanzaron. No hubo detenidos, no encontraron balas ni persona herida, así que no hubo informe, más allá de la llamada al 089. Conforme a la hipótesis de los investigadores, en este ataque, gente del grupo de los hermanos Velarde intentó matar sin éxito a un miembro del grupo contrario, y dos horas después, en venganza, fueron a balear a sus excompañeros en la funeraria.   Víctimas sin antecedentes   Sin embargo, desde las primeras entrevistas, las familias de las tres víctimas identificadas en estos hechos delictivos negaron cualquier implicación en delitos o pleitos de pandillas, de los jóvenes asesinados. Incluso rechazaron la versión de que pertenecieran a un club de motociclistas, de los hermanos asesinados en la colonia Independencia, aseguraron ni siquiera tenían motos. Solo al que falleció afuera de la funeraria, lo ubicaron como trabajador de un restaurante de sushi, y las autoridades le encontraron una licencia de motociclista. ZETA buscó vía internet en el Departamento de Justicia de Estados Unidos y a ninguno de los fallecidos les surgieron antecedentes delictivos. De igual manera, se preguntó en la Procuraduría del Estado, donde no se les encontró delito alguno. Las Policías operativas tampoco reportaron haberlos detenido.     Homicidas “Los Erres”   Desde finales de 2014,  la célula delictiva encabezada por Alfonso Arzate “El Aquiles” está enfrentada con las células de CAF, particularmente con la que era encabezada por Luis Toscano, que controlaba la Zona Centro (incluye colonia Independencia),  Zona Norte y colindancias con la Garita de San Ysidro. Por ello, en el ataque de los jóvenes Velarde la primera hipótesis fue que era una acción delictiva de “Los Aquiles”. Sin embargo, tras las primeras indagatorias, la información compartida con  Estados Unidos  y los integrantes del Grupo Coordinación, determinó que después de la balacera en la funeraria encontraron elementos para abrir como línea de investigación un ataque de “Los Erres” de José Soto “El Tigre”. Está célula delictiva está detectada desde 2010, año en que fueron detenidos por el Ejército, tenían armas y un comerciante secuestrado; con apoyo de José Soto Gastélum fueron liberados y puestos al servicio de Javier Adrián Beltrán Cabrera “El R4” en 2013, cuando este sujeto tomó el lugar de su hermano asesinado. El Grupo Coordinación tiene identificados en esta célula a José Ángel Lozoya Verdugo, Mario Alberto González “El Chichi”, Daniel Iván Machado Gálvez “El Chico”, Arturo Odilón Juárez Ramírez “El Halcón”, Édgar Gabriel Miramontes Ordaz “El Flaco”, Juan César Ramírez “El Forrest”, Omar Martínez Salazar “El Omarcillo”, Sair (Said)  Aceves Lares “El Mojarra”, Armando Miramontes Ordaz “El Coco” y Santos Cháirez Velázquez. Antes de ser detenidos robaban, secuestraban y vendían droga en la Zona Norte, y sus expedientes acreditan tales antecedentes; en 2013, de acuerdo con las autoridades se unieron a “Los Aquiles” para combatir al grupo de Alfonso Lira “El Atlante”, detenido en septiembre de 2014. De su participación en los hechos del taller de la Independencia y la funeraria, los investigadores explicaron: “Esos ataques fueron de gente de ‘Los Erres’, por el robo de droga y para ampliar su territorio”. —- ¿Presentaron fotos de “Los Erres” conocidos a los testigos? “Sí, nadie los reconoció. Pero existen otros elementos para determinar su participación en el grupo delictivo atacante, no jalaron el gatillo, pero es un asunto de este grupo”.   Dos presuntos responsables, identificados   Entrevistado al respecto, el licenciado José María González,  titular de la Unidad de Casos Especiales, antes Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada fue parco al confirmar que los datos de otras corporaciones revelan la participación de gente de Javier Beltrán Cabrera en ambos ataques, y un robo de droga. También señaló que están identificados, de manera previa -razón por la que no los dan a conocer-, dos presuntos responsables sobre quienes se están solicitando órdenes de aprehensión, pero no informó que ya se las hubieran concedido. Solo declaró que no son homicidas anteriormente identificados en otros casos. Y reiteró el tema expuesto por Alejandro Lares, del pleito entre motociclistas, algunos de los cuales estaban dedicados a delinquir.   Lesionados   Durante el ataque fueron heridos de bala, Efraín, de 16 años de edad y Kevin, de 17 (murió la noche del 28 de agosto en el hospital);  además de Jovani Hanton García, Jesús Guillermo Ornelas, Paola García Haro, Juan Omar García Reyes, Tania Lizeth Campos Torres, Óscar Campos y Emilio de Jesús Sánchez. Respecto a los lesionados, el titular de la SSPM precisó que posiblemente uno de ellos pierda la extremidad inferior, pero de ninguno “corre peligro su vida”. Y subrayó: “En el tema de  los homicidios no voy a hablar, ya que son temas que le compete a la propia Procuraduría General del Estado, ellos puede mostrar esta información”. Lares Valladares fue entrevistado al término de su comparecencia ante la Comisión de Régimen Interno del Cabildo de Tijuana, donde fue cuestionado sobre la ola de inseguridad que deriva ejecuciones en lugares públicos. El funcionario intentó evadir su responsabilidad, al afirmar que han sido ataques en lugares cerrados -así pretende el secretario de Seguridad identificar estos comercios donde se reúnen clientes, ubicados en plazas comerciales- y desplazó la responsabilidad a empresas privadas que deben vigilar estos negocios. Sin aceptar responsabilidad, tampoco en el hecho de que los homicidas huyen tranquila e impunemente por las vialidades que la Policía Municipal vigila, incluso en áreas supuestamente “blindadas” como la Zona Centro de Tijuana. Luego cerró los ojos ante la violencia en ascenso de la ciudad, y dijo sentirse satisfecho con sus números en materia de seguridad, en los que “la incidencia (de delitos) es hacia la baja”, por lo que por su cabeza no ha pasado renunciar al cargo de titular de Seguridad Pública Municipal de Tijuana.   Más de 400 asesinatos violentos     Del 1 de enero hasta  miércoles 26 de agosto de 2015, 416 homicidios se han cometido en Tijuana, 65 de ellos solo en agosto. En todo Baja California las personas asesinadas suman 555. Esta semana, la unidad forense trabajó varias escenas con múltiples víctimas,  solo el martes 25 de agosto las unidades de homicidios atendieron siete escenas. Una pareja fue asesinada a balazos en el interior de una casa en la colonia Las Cruces, el 20 de agosto; el día 22, acribillaron a María y Alfredo Madrid Castro en el interior de una casa del Ejido Francisco Villa. En la semana también le quitaron la vida a  José María Urbina Ávila, Armando Luna Guerrero, Antonio Luna Álvarez y Adán Gabriel Gómez. Asimismo, ultimaron a ocho individuos etiquetados como desconocidos, incluidos los siete abatidos el martes 25 de agosto. Uno localizado en el fraccionamiento Santa Fe de la delegación San Antonio de Los Buenos; otro en un tambo en Callejón González Ortega de la Zona Norte; uno más en el barranco de Calle Isla en la delegación Playas; sobre la Avenida Murúa Martínez de delegación La Mesa otro cadáver;  en un bote de basura, encobijado, el cadáver de un hombre en Delegación Cerro Colorado; y “Carlos Alberto Felipe apareció baleado en la delegación Los Pinos.            Ultimátum para Lares Jorge Astiazarán dijo que vienen más cambios en el curso de los próximos días, pero en Seguridad Pública, “por lo pronto no”. La declaración la hizo un día después de que el secretario de Seguridad Pública, Alejandro Lares Valladares compareciera ante la Comisión de Régimen Interno. Lo hizo sin convencer a los representantes de las nueve fracciones que integran del Cabildo del XXI Ayuntamiento. La comisión lo convocó luego de que no acudiera al llamado de la Comisión de Seguridad pública del Cabildo, la cual preside la regidora Martha Rubio. El incremento en los delitos de alto impacto y la falta de definición de una estrategia, hizo que la Comisión de Régimen Interno lo citara, “para exponer la situación actual de la inseguridad que aqueja a nuestra ciudad y los mecanismos o planes de la secretaría a su cargo para combatirlo”, se lee en el documento despachado y recibido el viernes 21 de agosto de 2015. La cita se programó para el martes 25 de agosto. Pero Lares no llegó preparado, en su exposición divagó en los hechos de alto impacto en los que personas relacionadas con el tráfico de drogas han sido ejecutadas. Mostró imágenes y videos de los últimos hechos de violencia harto documentados en medios de comunicación, como las ejecuciones en restaurantes, lugares de los que justificó la falta de vigilancia policiaca por tratarse de lugares cerrados, con seguridad privada. “No aportó nada nuevo, se le había pedido que llevara información del caso del joven asesinado por elementos de Seguridad Pública, sobre el manejo del presupuesto a Seguridad Pública, particularmente SUBSEMUN (Subsidio para la Seguridad en los Municipios) y no aportó nada”, señaló María del Refugio Lugo Jiménez, representante de la fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD). También se le cuestionó sobre los resultados, pero no dio cifras de nada, “menos de detenidos, porque no detiene a nadie, no se ven resultados”, expuso el regidor Luis García. Ante los regidores, el funcionario mostró estadísticas, pero de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en la que, comparado con el mismo periodo de 2014, en este año se registra una ligera disminución en incidencia delictiva como robo de vehículo, casa habitación, a comercio y en la vía pública. El incremento de violencia se observa en el indicador de homicidios, en el que las delegaciones de Centenario  y Sánchez Taboada tienen semáforos en rojo con repuntes de 178 y 131 por ciento, respectivamente, pero de eso el funcionario no expuso. Cuestionado al respecto, se limitó a justificar que, por tratarse de delitos de alto impacto, compete a otras instancias contenerlos. Al no presentar una estrategia, la Comisión de Régimen Interno emplazó a Alejandro Lares Valladares a presentarla y solventar todas las dudas pendientes para la primera semana de septiembre, pero el secretario de Seguridad Pública pidió más tiempo, comprometiéndose a proporcionar un informe completo para mediados del mismo mes. “Si para entonces no presenta una estrategia o esquema de seguridad la fracción del Partido Acción Nacional le retirará el voto de confianza”, advirtió el Síndico Social y representante del PAN en el Cabildo, Bernabé Esquer Peraza. No obstante, los integrantes de la comisión reconocieron que compete al alcalde Jorge Astiazarán el decidir su permanencia en el cargo. En la comparecencia, el secretario de Seguridad Pública, Alejandro Lares, fue cuestionado sobre el porqué de que el helicóptero de la dependencia se encontrara sin funcionar desde hace varios meses, a lo que el funcionario respondió que está descompuesto. Apenas en marzo de 2015 el Cabildo autorizó una partida de un millón 200 mil pesos para la reparación de la aeronave, lo que se le recordó a Lares, quien a su vez precisó que la unidad no opera por tener una nueva avería. Pero para su rehabilitación no ha requerido un nuevo presupuesto ante la Comisión de Hacienda, “el cabildo no sabe de estas necesidades, ni de si se ocupan más elementos policiacos, porque el titular simplemente no informa”, indicó Esquer Peraza. Uno de los puntos a tratar en la reunión era el de SUBSEMUN, pero de ello el funcionario nada mencionó, dejándolo pendiente para la siguiente reunión, en la que se comprometió a solventar todas las dudas que en esta primera comparecencia no logró satisfacer. No obstante la ríspida reunión con los regidores de la Comisión de Régimen Interno, al preguntársele si se sentía satisfecho con sus resultados en materia de seguridad, Alejandro Lares Valladares enfático respondió: “Definitivamente, los índices ahí están”. Anotó que por su cabeza no ha pasado renunciar al cargo de secretario de Seguridad Pública Municipal. Mientras, en torno a su estrategia para proteger la seguridad de los tijuanenses, se limitó a responder que ésta “se renueva cada día”.  

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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