Desde que llegaron de San Quintín a Tijuana hace dos meses, cuando su hija Maribel fue hospitalizada por su avanzada leucemia en el Hospital General, temen que la sangre tipo O positivo que necesita a diario, se termine. Les informan los directivos del hospital que aunque la sangre que necesita es la más común, también es la que más falta por la ausencia de donadores voluntarios. Además, Reyna, la madre de Maribel, comenta que ninguno de sus conocidos quiere trasladarse de San Quintín a Ensenada o Tijuana para donar, y así poder ayudar a su niña de cuatro años, quien ya cumplió dos años de tratamiento. Yolanda Ibarra Hernández, jefa del Banco de Sangre en el Hospital General, explica que el déficit no solo afecta a la pequeña Maribel y los otros 50 niños con tratamiento activo en el área de Oncología Pediátrica del Hospital General, sino también a los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas u otros que eventualmente necesiten, por ejemplo, al haber sufrido un accidente. Hay sangre tipo A, B, AB y O negativo. Pero cuando son necesarios para un funcionamiento “holgado” del hospital 200 unidades (de sangre) de O positivo, solo cuentan con 2, más otra pequeña reserva. “Estamos necesitando muchos donadores de sangre O positivo, porque el 72 y 76 por ciento de las personas, más o menos, son O positivo. Si nos están llegando donadores, pero son familiares y la sangre que ellos donan ya está comprometida para otros pacientes, necesitamos donadores voluntarios”. Además, ese tipo puede transfundirse a los de sangre B o A en caso de emergencia, comenta Yolanda Ibarra. “Estamos dejando atrás a nuestros enfermos. Como sociedad creo que también ellos dependen de nosotros. Ya brindaron su parte al país, ya trabajaron, sacaron adelante a su familia y ahora necesitan de nosotros como sociedad”, reflexiona. La necesidades de sangre es tal, que familiares de enfermos han optado por poner letreros en la clínica e incluso recurrir al ofrecimiento de dinero, agrega. “No se ha logrado que la población en general establezca empatía con la gente, que realmente sienta que ese paciente que conoce es su paciente. Falta a nivel nacional una política diferente para hacer llegar a la gente, para arraigar la necesidad y el compromiso de donar, como un hábito. No podemos dejar solos a los enfermos, tampoco a los padres de los enfermos”. Las personas con interés de donar sangre pueden acudir al Hospital General de lunes a viernes de 7 a 2 de la tarde; deben tener entre 18 y 65 años, y pesar más de 50 kilos. No son aptos para donar quienes al momento tengan moretones o sangrados, si padecen de alergias o si ingirieron bebidas alcohólicas en las 48 horas anteriores a la visita.
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