Una de las primeras metas para los Toros de Tijuana era lograr la postemporada y ésta ya se logró. A pesar de los altibajos en el rol regular, con el vertiginoso inicio, el bajón a finales de abril e inicio de mayo, el cambio de manejador (Juan Castro por Eddie Díaz) y de varios jugadores, sobre todo de extranjeros, el equipo se enrachó en el mejor momento y dio buenos dividendos: llegar a postemporada y quedar cerca de disputar su primera “Serie del Rey”. En su segunda campaña en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), los Toros pueden presumir de ser uno de los grandes protagonistas del circuito. Fueron cuarto lugar de la Zona Norte, con marca de 54 triunfos por 53 derrotas. En casa lograron 33 triunfos por 24 derrotas y en la carretera batallaron, con 21 victorias por 29 descalabros. En cuanto a la afición, según el sitio www.milb.com, totalizaron 418 mil 673 asistentes al Estadio Gasmart, siendo la tercera mejor cantidad, por debajo de Yucatán y Monterrey. Una vez en postemporada, todos los juegos fueron llenos. Por el sistema de competencia del circuito veraniego, los Toros debieron jugar un partido eliminatorio ante los Vaqueros de La Laguna, quinto sitio del standing, a quienes derrotaron sin problema. Entonces, llegó el primer playoff, donde enfrentaron a los Diablos Rojos del México, los mejores del standing general, pero que luego de siete trepidantes partidos los vencieron jugando en el Estadio Fray Nano. Y la final de la Zona Norte, donde perdieron los dos en Monclova, ganaron dos en el Estadio Gasmart y se fueron con desventaja a tierras coahuilenses; pero cuando les quedaba un solo strike de vida en esta temporada y el juego estaba cuesta arriba, sacaron toda su casta y bravura para armar un poderosa embestida de seis carreras que concretó una épica voltereta en la novena entrada, que los enfiló a una vibrante victoria de 8-4. El equipo tijuanense no había podido ganar en toda la temporada en el Estadio Monclova, sumando tres derrotas en temporada regular y dos en esta instancia, pero, en un juego no apto para cardiacos, vinieron de atrás en forma increíble para forzar a un séptimo encuentro, que a la postre resultó el más reñido, y cayeron por apretado marcador de 2-1. De esta forma, se dio la despedida de la campaña 2015, con la promesa de volver por todo el año entrante. “Mi equipo Toros mostró corazón, coraje y más que todo mucha clase. Los felicito y me siento orgulloso de todos. Puro Toros, ánimo”, expresó el manejador Juan Gabriel Castro. “Y no podía faltar mi afición tijuanense. Muchas, pero muchas gracias por todo su apoyo. Es un honor ser parte de una afición como ustedes”, recalcó. Un equipo armado con tiempo Desde que terminó la campaña de regreso, la de 2014, la directiva encabezada por la familia Uribe, comenzó con los movimientos: el primero de ellos fue dar el control de operación a Carlos Orozco como gerente general, junto a Jorge Campillo como director deportivo y despedir a Álvaro Blancarte. Al entonces manejador Eddie Díaz lo presentaron en noviembre, y ya habían adquirido a Óscar Robles. Luego a Luis Mauricio Suárez lo tomaron durante la reunión invernal en San Diego, California. Después consiguieron a Román Peña Zonta, Greg Golson, Noé Muñoz, Rafael Díaz, C.J. Retherford, Mario Mendoza Jr., Fernando Valenzuela Jr. y Ramón Ramírez. A finales de febrero y durante marzo de 2015, la pretemporada se efectuó en el complejo Kino Sports de Tucson, Arizona, donde los bureles obtuvieron la Copa Tucson, que se disputó ante Tigres, Piratas y Rojos del Águila, así como ante filiales de Grandes Ligas. Seguramente en los próximos días se tendrán noticias de los pasos a seguir para la temporada entrante.