Luego de la revocación de la licitación a empresas chinas para el proyecto de una vía férrea de alta velocidad el año pasado, los empresarios dudan en invertir en México pues el hecho sigue generando desconfianza; y el sistema de visado nacional, son los principales inconvenientes para la inyección de capital oriental en el país, señaló Wang Jian, cónsul general de la República Popular China en Tijuana. El fracaso de la construcción del ferrocarril que viajaría desde la Ciudad de México hasta el estado de Querétaro, “es algo que tomará tiempo dejar atrás”, ya que los involucrados invirtieron y perdieron mucho dinero sin haber tenido culpa alguna de la cancelación, efectuada días previos a la investigación periodística sobre la casa del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, y Grupo Higa, empresa participante también en el proyecto férreo. Lo anterior, generó precaución e inseguridad en el círculo empresarial de China, indicó el diplomático. Por otra parte, el sistema de visado que se lleva a cabo en México ha afectado tanto el flujo de inversiones como el de turistas, pues la complejidad y tardanza del proceso perjudica a aquellos chinos que tienen un negocio establecido en este país, al verse obligados a trasladarse de una nación a otra. Precisó Wang Jian que en ocasiones la espera de aprobación o negación se prolonga hasta un mes, “lo cual retrasa y desalienta la inversión”. Sin embargo, acepta que las relaciones entre ambos países han mejorado desde la administración de Enrique Peña Nieto, quien ha visitado Oriente en dos ocasiones desde que inició su mandato; en el año 2014, China fue el segundo socio comercial de México. El gobierno chino tiene definida una nueva era de inversión en Latinoamérica, que consiste en crear un modelo nuevo de cooperación en la capacidad productiva de esta región. A través de esto, se espera construir tres vías centrales; la vía logística, energética e informática. Por otro lado, el cónsul recordó que la principal actividad económica de la población china en Tijuana es la industria restaurantera, habiendo alrededor de 400 negocios en toda la ciudad. A meses de que se descubriera que restaurantes de este giro preparaban carne de perro, las afectaciones económicas continúan, dijo Jian. Según lo reportado, se cerraron alrededor de 50 establecimientos en el municipio, mientras que los que siguen funcionando han recuperado el 70 por ciento en ventas.