Raúl Padilla López es un hombre poderoso en Guadalajara, Jalisco. Ex rector y “líder moral” de la Universidad de Guadalajara, propietaria del equipo de futbol Leones Negros, ha puesto a todos los rectores desde que dejó esa posición en 1995. Y generalmente son sus parientes. Además, es presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Sus tentáculos llegan hasta la política. Sus familiares han sido candidatos y en muchos casos, diputados. Uno de sus primos, Leobardo Alcalá Padilla, llegará en cuestión de días a Baja California para ser designado delegado nacional del PRI para el proceso 2016. Llega en sustitución de Raúl Quintero. Alcalá dejó de ser diputado federal en septiembre de este año; médico pediatra, encabezó la Comisión de Salud de la Cámara y fue director de los dos hospitales civiles de Guadalajara. Quiso ser alcalde de la ciudad por su partido, el Revolucionario Institucional, pero perdió la elección y se convirtió en primer regidor (la legislación de Jalisco determina que el candidato perdedor a la alcaldía se integra en automático al Cabildo). Pero ahora los tentáculos de los Padilla, alcanzaron a Baja California. Acá les veremos… y tan lejos que parecían estar.