El novelista Xavier Velasco acudió puntualmente a Tijuana para ofrecer la conferencia “Extraños en el backstage. Mis años en el rock”, para recaudar fondos a beneficio de Rosalba Velasco, esposa de Octavio Hernández, el melenudo y estimado cronista que falleció el 25 de mayo de 2015. Aunque en el mes de julio el Centro Cultural Tijuana (CECUT) anunció que la conferencia de Velasco tendría un costo de 100 pesos, días antes tanto el organismo federal como el autor y Rosalba Velasco llegaron a un acuerdo para que no se cobrara la entrada sino que la aportación fuera voluntaria. De manera tal que llegado el día, viernes 7 de agosto a eso de las 7:00 de la tarde, poco más de cien personas, entre ellas amigos de Octavio y Rosalba así como lectores de Xavier, respondieron a la convocatoria por la noble causa; llegando a la mesa de registro los organizadores les informaban que en la urna, ahí visible, podían realizar las aportaciones pertinentes. Después del asedio de los fotógrafos que le tomaban cientos de imágenes mientras posaba junto a la estatua de Rubén Vizcaíno, Xavier Velasco se dirigió al Vestíbulo de El Cubo donde lo esperaba el centenar de asistentes, en tanto el escritor inmediatamente explicó los motivos de su visita, e incluso empezó su conferencia leyendo fragmentos de una conmovedora carta que le envió Octavio Hernández en los primeros días de mayo de 2015 solicitándole su apoyo, cuya misiva se reproduce en su parte medular: “Querido Xavier, espero te encuentres de maravilla y que todo vaya bien allá por tus rumbos. Da gusto verte por todas partes, que tus textos aparezcan en Milenio cada semana y tus libros estén en manos de la gente; sabía yo bien que tu verbo, ése que te brotaba tiempo atrás en nuestras charlas, un día te daría para comer y soñar. “En cuanto a mí, estoy viviendo una verdadera tragedia: Mi dama, mi cómplice, mi amante, socia y compañera incondicional durante 22 años se me puso muy mal; su enfermedad empezó en diciembre de 2013 con dolores en las piernas, tuvo que usar bastón, luego lo tuvimos que cambiar por otro con cuatro patas porque se caía por toda la casa contra el refrigerador o estufa, después tuvo que usar andadera y finalmente, para agosto de 2014, terminó en silla de ruedas. “No se puede creer que una mujer que bailaba salsa, hacía gimnasia todos los días, andaba en bicicleta, etc., terminara así. Vimos en Tijuana a diez médicos, nos gastamos una lana y ninguno acertó; en agosto de 2014 ya necesitaba una enfermera para ayudarla en casi todo, pero prefirió irse a La Paz con su familia para que la atendieran su madre, su hermana, sobrina y primas; allá vio cuatro médicos más, gracias a Dios el número 13, un neurólogo, y el 14, una reumatóloga, acertaron; es un extraño caso de Síndrome de Guillain-Barré, con vasculitis, neuropatía muscular singular, que no cualquier médico puede curar. “La tienen con un tratamiento estricto de medicinas que se alternan con unas pastillas muy fuertes con la finalidad de reactivar las cadenas nerviosas, y cada dos meses le aplican un tratamiento de sueros con catete y una combinación de medicamentos para darle fuerza a los músculos. Los gastos mensuales fluctúan entre los 8 y 10 mil pesos, y la terapia en 15. Los médicos son muy optimistas, pero dicen que su recuperación será extremadamente lenta, que puede llevar un año al menos o más, y eso me aterra por los gastos mensuales en estos tiempos de crisis. “La familia y yo estamos muy positivos, pero ya llevo nueve meses sin ella y me duele en el alma perderla por más tiempo, pero la salud es primero y ella está mejor (en La Paz) que aquí (Tijuana), aunque siga yo más solo que un perro y con nuestros sueños en pausa. Me he partido el alma para hacer eventos a beneficio cada mes en Tijuana, pero marzo, por el Festival Vive Latino, distrajo a mucha gente, y muchos músicos se fueron al DF a tocar y abril nos mató con la Semana Santa. Por lo cual, yo estoy armando eventos de jazz, rock y blues para los siguientes meses, porque si no peligrarán sus gastos médicos, ya que vivimos entre la Cultura con nuestra revista TijuaNeo Digital (http://tijuaneo.com/) y ya sabes cómo es esto. “Por lo cual, se me ocurrió pedirte un gran favor, yo sé bien que me estimas y valoras mi trabajo: Que me concedieras una conferencia tuya en Tijuana a beneficio de Rosalba, yo me movería como pudiera para pagarte el avión, el hotel y las comidas; sería en un restaurante o tal vez una institución cultural, habrá que ver dónde, porque con esa lana podría asegurar varios meses de gastos médicos y terapias, y bajar el estrés que ya me trae de un ala. Como la Feria del Libro de Tijuana es a fines de mayo y principios de junio, tendríamos que hacerla en juliio, talvez en la primera quincena o a principios de agosto; tú dime cómo está tu agenda y vemos, ok, mil gracias y un abrazo fuerte”, hasta ahí la carta de Octavio a Xavier. Durante su participación, el autor de “Diablo Guardían” (Premio Alfaguara de Novela, 2003), expresó consternado que Octavio Hernández “murió de amor” y que su visita era precisamente para cumplir la voluntad de “Octarock” apoyando a Rosalba Velasco. Obviamente, entre carcajadas y aplausos, los asistentes disfrutaron la conferencia de Xavier Velasco que les reveló algunos secretos vividos en aquellos “años de sobrevivencia” entre 1989 y 1996 cuando fungía como el biógrafo de los Caifanes. El CECUT también anució durante el evento que el 50% de la venta del libro “Cornucopia. Periodismo sonoro y anexas” (CECUT, 2012) de Octavio Hernández sería para beneficio de Rosalba Velasco. Finalmente, aunque Rosalba Velasco no pudo estar presente en la conferencia de Xavier, expresó a los lectores que para recibir apoyo en estos momentos difíciles está disponoble la siguientes información: Banco: Bancomer; a nombre de nombre de Carlos Enrique Velasco González; número de cuenta: 01 96 68 61 76; Clabe interbancaria: 012 040 0019 66 86 1767.