Los muchachos ya tenían todo preparado. Rentados los uniformes, alquilado un dron, carros similares, una Explorer de idénticas características, medidas las calles y recabados los testimonios de vecinos. También el permiso del XXI Ayuntamiento de Tijuana y la colaboración total y solidaria de quienes trabajamos en ZETA y les compartimos experiencias y material fotográfico y hemerográfico. Total, un grupo de comprometidos estudiantes de la Licenciatura en Criminología y Seguridad Pública tenía todo listo para presentar como trabajo de final de cuatrimestre, la recreación de la escena del crimen del atentado al periodista J.Jesús Blancornelas. Veinteañeros, habían investigado la vida política, social y de inseguridad en el Estado, y la del codirector de ZETA les interesó. Su línea de investigación independiente que lo llevó a enfrentar enemigos unilaterales, silenciosos y fatales: los grupos de sicarios y mafiosos del Cártel Arellano Félix que el 27 de noviembre de 1997, intentaron acabar con su vida. De la mano de su maestro, un experto y profesional forense, los jóvenes realizaron los estudios de la escena, aplicaron tecnologías de 2015 para investigar los hechos materiales ocurridos en 1997. Antes de llegar a la recreación de los hechos, los muchachos llegaron a conclusiones que a la Procuraduría General de Justicia del Estado de aquel año le tomó meses llegar, aun teniendo todos los elementos a su disposición para la investigación. Todo iba bien. El entusiasmo de los futuros criminólogos movía al conocimiento y la práctica que algún día será su profesión con compromiso. La cita era el viernes 31 de julio a las 9:30 am, misma hora en que ocurrió el atentado y en las mismas calles. Convocados medios de comunicación, líderes sociales, políticos, vecinos e interesados todos en los hechos que rodearon la vida de don Jesús Blancornelas, revividos por la necesidad de conocimiento de los estudiantes. Dos días antes de la fecha, el miércoles 29 de julio, de la Dirección del Centro Universitario de Baja California, que es donde estudian, les informaron que la recreación de los hechos del atentado a Blancornelas debía posponerse y cambiar de lugar. Lo harían en las instalaciones del Centro Universitario y aún no fijan fecha, pero deberá ser antes del 19 de agosto, cuando finaliza el cuatrimestre. De hecho una representante, en ausencia del director, doctor Reynaldo Rueda Robles -dijo se encontraba fuera de la ciudad-, informó a DICHOZ que no había nada detrás de la cancelación del acto en las calles de Tijuana donde sucedieron los hechos del 97. Que no era el primer caso, que pedían a los estudiantes, siendo su trabajo académico, se limitaran a las instalaciones de la Universidad. Ello contaría en su calificación y tendrían el respaldo de la institución, pero de lo invertido en los elementos reales para hacer más precisa la recreación de los hechos, no habría manera de recuperarlo. La realidad, refirieron en el Centro Universitario de Baja California, es que el mismo miércoles otros interesados -que piden se omita su nombre-, voces ajenas y evidentemente interesadas en el trabajo de los muchachos, llamaron en tres ocasiones a la institución para amenazar a directivos: “Detengan lo que están haciendo porque se meterán en problemas”. Tres veces lo advirtieron hasta que la cúpula del Centro Universitario decidió modificar el lugar, la hora, el día y el modo de la presentación del examen final de los muchachos. Ni hablar, lo harán de otra forma y en otras condiciones. No como en la práctica de la ciencia de la criminología se hace, sino en las condiciones que la escuela exige. En un espacio limitado, donde deberán montar escenografía para asimilar las condiciones en que ocurrió el atentado. Los estudiantes no se detendrán. Harán lo suyo de la mejor manera para obtener una alta calificación, finalmente, la investigación ya la realizaron, era cuestión de recrear los hechos para probar sus hipótesis. A casi 18 años de sucedido, con los criminales en prisión -por otros delitos-, los funcionarios de la época en el retiro, el exilio o la muerte, el caso del atentado al periodista sigue despertando pasiones.