Justo cuando los últimos rayos del sol irradiaban sobre el Valle de Guadalupe y sus viñedos, empezaron a sonar los acordes de los 65 instrumentos de la Orquesta de Cámara de Ensenada, lo que anunció la ya cercana presencia del tenor Plácido Domingo. Inundaban el ambiente las notas de la Obertura del “El Barbero de Sevilla” cuando los asistentes que antes gozaban de los vinos y platillos de la gastronomía bajacaliforniana ofrecida en el Rancho San Gabriel de Vinos Santo Tomás, se dirigían a tomar sus asientos, prestos a vivir una jornada inolvidable. Antes el maestro de ceremonias había anunciado lo ya sabido: “Estaremos deleitándonos con una de las mejores voces del mundo”, y anunciaba el nuevo Anfiteatro de Santo Tomás, escenario al aire libre que aún sin concluir, “ya estará mejorado en el próximo concierto de Chayanne”, lo que suscitó ovación del público en general y suspiros de las mujeres. Con precios que oscilaron entre los 80 y 450 dólares, alrededor de 4 mil asistentes en su mayoría de edad madura, aunque también muchos jóvenes y parejas, llegaron para deleitarse con el bel canto del famoso tenor español. La presencia de la estrella internacional suscitó el interés, en esta ocasión, de público muy selecto, entre los que se encontraban gobernadores de diferentes entidades, secretarios de Estado, diputados y empresarios, unos y otros venidos de todo el país, pero en plan de pasar desapercibidos y entregarse únicamente a tan memorable atardecer. Entre los funcionarios locales se encontraban el gobernador Francisco Vega de Lamadrid, los presidentes municipales de Tecate y Ensenada, César Moreno y Gilberto Hirata Chico, respectivamente; el diputado local Marco Antonio Novelo, el delegado de Economía, David Saúl Guakil, además del delegado de la SAGARPA, Guillermo Aldrete Haas. Pero el entusiasmo abarcó a todos, aun para aquellos que no pudieron estar en primera fila, lo cual no les impidió disfrutar minuto a minuto el concierto en el último rincón hasta donde llegaba el potente canto de Plácido Domingo: “Un concierto maravilloso, compramos el boleto más barato, de 2 mil pesos, pero lo disfrutamos igual, un evento inolvidable”, expresó un matrimonio de maestros jubilados que llegados de Mexicali disfrutaron doblemente, el repertorio musical y el calor ensenadense, nada comparado con el de la capital del Estado. Elegante y más delgado, el pelo completamente cano, vestido con camisa blanca y traje negro, sobre el escenario Plácido Domingo se deslizó lentamente, la delicadeza de su movimiento contrastó apenas al emitir sus primeros cantos. La primer parte del recital se enfocó en la ópera, en la que Plácido Domingo administró su voz, alternándola con la presencia de la soprano boricua Ana María Martínez, que igualmente cautivó a la concurrencia y le puso mayor distinción al encuentro, sobre todo cuando cantaban juntos, muy juntos. Desfilaron obras clásicas de la ópera como “Nemico della Patria”, “Surta Ernami, involami!”, “Poeta y Aldeana”, “Dein ist mein ganzes Herz”, “Heia in den Bergen”, y zarzuelas como “La Calle donde vives” y “Calle del labio”, que mantuvo muy serio al público, más en plan meramente contemplativo por la misma naturaleza del género, apreciado por los menos. Hasta entonces la orquesta dirigida por el maestro Eugene Kohn cambió a la batuta del ensenadense Álvaro Díaz, quien como por arte de magia amalgamó los acordes del “Huapango” de Moncayo, precisamente cuando en el cielo ya oscurecido aún se teñía de los colores naranjas del sol oculto, dándole el momento más majestuoso al espectáculo y sentimiento de mexicanidad a la audiencia. Luego vendría el episodio romántico con boleros y baladas: “Vida de mi Vida”, “I Could Have Dance All Night”, “Some Echanted Evening”, “I Feel Pretty”, “Tonight”, pero ningún momento más sublime como el de “Bésame Mucho”, que hizo que todas las personas de pusieran de pie y grabaran con sus teléfonos toda la pieza. Entonces sí el público se integró del todo. Después de ello, Plácido pretendió despedirse: “Muchas gracias por su cariño tan grande… Espero que no les haya parecido muy largo el programa. ¡Hasta pronto!”. Contrario a su exclamación, el concierto había sido muy corto. Todo fue una mala broma. Vendría lo mejor. Mientras tanto, le dejó el escenario al Ballet Folclórico y Mariachi del Municipio de Ensenada, que convirtió aquello en una fiesta mexicana en plenos viñedos de Santo Tomás. Romántico y galán, Plácido Domingo reapareció enfundado en traje de charro negro para interpretar con garra y sentimiento “Paloma Querida”. Luego la soprano Ana María cantaría “Estrellita”, y más con Plácido homenajeando a José Alfredo Jiménez, canciones con las que más de uno deseó cambiar sus Merlot, Cabernet o Tempranillo por un buen “caballito” de tequila. Ofreció “Ella”, “la primera canción ranchera que escuché en mi vida”, y así cantaba… “Me cansé de rogarle, me cansé de decirle que yo sin ella de pena muero…”; “El Rey”, con la que se exacerbó en comunión con su público y hasta jugó con la letra: “Rodar y rodar… rodar y rodar… de Pekín a Ensenada… de Ensenada a Los Ángeles…”, en alusión a sus recientes presentaciones. “¡María, te hablan!”, Plácido no dejaba ir a su dama. Llamó a la soprano Martínez en algún momento del show cuando aquella se iba a retirar entre canción y canción que alternaban. Lo mismo hizo cuando los músicos se iban a retirar : “Que no se vaya el mariachi”. Violines y guitarrones acompañaron a la pareja con “El Día que me Quieras”, que cantaron muy cerca de sí Ana María y Plácido; él, enérgico como “charro gaucho”, ella, femenina y elegante, y con esa música relucía más su vestido azul. Una opereta ranchera. Fue un momento muy romántico para Plácido Domingo y su pareja en el escenario, que las últimas estrofas fueron cantadas muy de cerca entre sí, con sus bocas casi juntas. “¡Por ahí viene el caporal… cayéndose de borracho…!”, cantaba el vocalista del Mariachi del Municipio de Ensenada, que apareció tras retirarse tras bambalinas Plácido Domingo y Ana María Martínez. Y se siguieron otras con el mariachi nada más: “El Alazán” y “El Cachanilla”. “¡Otra! ¡Otra!”, le gritaban a Plácido, “¡Granada! ¡Granada!”, exclamaban otros. La fiesta siguió por un rato con música disco ambientando la despedida. Foro Santo Tomás mejorará con Chayanne Aunque diferente a como se anunció en julio pasado, con el espectáculo de Plácido Domingo se inauguró el Foro Santo Tomás, enmarcado entre los viñedos del Rancho San Gabriel en San Antonio de las Minas. Más de cuatro mil asistentes llegaron al concierto del famoso tenor, pero el nuevo espacio tendrá capacidad hasta para más de 10 mil espectadores, con buena visibilidad desde todos los ángulos. El anfiteatro, aún inconcluso, que lo estará por completo para el próximo concierto con la presencia de Chayanne el 30 de octubre, según se anunció durante la presentación de Plácido Domingo, cuenta con todo el montaje de luces, pantallas y sistemas digitales de sonido y video propio de producción de primer nivel; pero lo que es la parte del auditorio lució con sillas y mesas removibles, distribuidas y colocadas en forma de redondel y en diferentes niveles, enclavadas sobre el mismo terreno, dando la forma de un anfiteatro al aire libre, lo que implicó un fuerte trabajo de modificación del terreno. “Porque las necesidades de los artistas que traemos cada vez son mayores”, anunciaron voceros de Santo Tomás y APM Producciones en julio pasado, a propósito de los espectáculos que han traído en conjunto a los viñedos, tales como Miguel Bosé, Emmanuel, Margarita la Diosa de la Cumbia, entre otros. En el mes de agosto, la Secretaría de Turismo del Estado (SECTURE) también festejó y manifestó su apoyo al proyecto, pues convierte a la entidad “en un destino de ‘elite’ para los espectáculos, con todas las características de logística y acústica que se requieren”. No se informó del costo de la inversión y el porcentaje de la obra, pero del Foro Santo Tomás resalta su entorno y posibilidades, posicionándolo como una opción única en el Valle de Guadalupe, al estar enclavado en una pendiente natural y acondicionado con terrazas que permiten una clara visibilidad de los espectáculos, “respetando la armonía del contexto físico y siendo una intervención completamente amigable con el ambiente”, resaltaron representantes de la vinícola bajacaliforniana que con este proyecto festejan su 127 Aniversario.