En México, el género de la comedia rige las salas cinematográficas, con el 65 por ciento de los estrenos, según las cifras de Rentrak, a través del último anuario del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), cuyos datos registraron que el 4% de los asistentes anuales son para las películas de terror. Si bien, el panorama es poco alentador en cifras oficiales, los proyectos no cesan aunque se tengan que hacer de forma independiente y busquen su exhibición en circuitos alternos. “Por primera vez en muchos años hay una escena, es pequeña pero es escena, y es sólida. Hay unión y hay comunidad, y lo que yo creo que más sorprende de esto que está pasando con el cine de terror en México, es que lo más sólido se encuentra en el extranjero. Hay como una casa muy importante en el extranjero, yo no creo que sea malo porque hasta ahora el cine de terror se ha gestado en el extranjero. Que México le atine a ese tipo de fans es muy bueno, pero al mismo tiempo, yo creo que es maravilloso que ahora hay cincuenta por ciento hombres en México y cincuenta por ciento hombres y mujeres que se acercan al cine de terror nacional. Para mí eso es una maravilla”, apuntó en entrevista con ZETA Aarón Soto, tijuanense que en “México Bárbaro” participó con el cortometraje “Drena”, historia de una joven que debe extraer la menstruación de su hermana, para evitar ser poseída por un ente misterioso, cuestión que causó controversia cuando la antología de terror se presentó en la Sala Carlos Monsiváis, evidenciando otro de los puntos en contra que enfrenta el género. “Hay un estigma muy grande, no solamente contra el cine de terror, en general a todo cine que contiene violencia, sobre todo cine que contiene violencia gráfica, pero creo que en 2015 eso tenemos que dejarlo atrás, porque cuando se trata de una película de Hollywood, una película de la industria, nunca veremos esta clase de quejas. Hollywood hace cosas violentas y gráficas, y tenemos un buen ejemplo en alguien como (Quentin) Tarantino. Es importante que figure el cine de la violencia, tan importante como el de comedia, o musical, es parte de lo que somos y sobre todo hasta ahora se empieza a entender que la cultura de cine de terror es una manera de vida. Somos millones de personas las que hemos encontrado dentro del cine de género, del terror y el miedo, una forma de vida, porque tal vez una de las primeras emociones que tuvo el ser humano fue el miedo”, apuntó quien además es coordinador de la versión para México de Rue Morgue, revista enfocada a la cultura del terror. De “El Vampiro” (Fernando Méndez/1957) a “Alucarda: La Hija de las Tinieblas” (Juan López Moctezuma/1978) y la filmografía de Carlos Enrique Taboada, que pasa por “Hasta el Viento Tiene Miedo”, “El Libro de Piedra”, “Más Negro que la Noche” y “Veneno para las Hadas”, por citar las más populares, el cine de terror mexicano es muy marcado en tiempos en lo que refiere a producciones clásicas, pero en los últimos años se ha dispersado fuera del foco de las masas, que no lo ven como la primera opción de consulta. “Hubo un hueco muy grande de la escena de terror en México, aunque siempre se siguen haciendo cosas, pero como que era difícil darlas a conocer. Ahora la tecnología está muy a la mano, y tanto la gente se entera de lo que pasa aquí en México, como nos enteramos de lo que pasa en Perú y otros países de Latinoamérica o del mundo con los que no teníamos ese acercamiento. La traba gigante yo creo que en general es que somos muy fuertes a la hora de criticar nuestro propio cine, y eso afecta a incluso llegar a salas comerciales. Por no llamarle malinchismo, de cierta forma, creo que es algo real que pasa, pero hay muchas personas que valen la pena, que merecen que alguien las conozca; y hay muchos directores con mucho talento, queriendo y muriendo por contar sus historias”, compartió con ZETA Lex Ortega, cineasta que tuvo la idea de reunir a ocho directores para contar leyendas y mitos de nuestro país, en la antología que finalmente ha llegado a lugares como Corea del Sur, España, Bélgica, Colombia, Grecia y Estados Unidos. Mientras que en territorio nacional sigue su recorrido en festivales, como es el caso de Macabro, Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México, que se llevará a cabo del 20 al 30 de agosto próximos y que, junto con Mórbido y Feratum, son los tres eventos nacionales que se especializan en la promoción de películas de terror. “Eso ha hecho que haya esencia del terror en México, claro que aquí no nacieron los zombis y los vampiros, pero sí nació La Llorona, por ejemplo, yo sé que eso es algo trillado y una salida fácil, pero sí hay una esencia en el país y creo que tiene mucho que ver con nuestro pasado y como los mexicanos hemos usado la imaginación. No hay ningún arte que demuestre más la imaginación dentro del cine que el terror”, complementó Soto, para finalizar que incluso figuras como Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón se han permitido hacer cine de género, ciencia ficción, fantasía y terror, demostrando que cada realizador se pone sus límites; lo mismo que el público que asiste a salas, o busca opciones alternas.