Alejandro González Guilbot fue administrador de la Aduana de Tijuana. Del Centro del país, se matriculó abogado y desde joven le entró al servicio público a pesar de la fortuna familiar. Trabajó en la Oficina de la Presidencia de la República con Vicente Fox Quesada, en el SAT, el Servicio Exterior y recientemente en la Aduana. Primero la de Tijuana, donde hizo limpia y acabó con vicios, y después en la de Puebla. Pero desde hace unos días, despacha como jefe de la Oficina del director de la Comisión Nacional del Agua que encabeza Roberto Ramírez de la Parra, luego del affair de David Korenfeld con el helicóptero de la institución en raites aéreos personales. Ahí nomás pues, don Alejandro.