“Generalmente se acepta o se supone que Juan Rulfo era mejor que Arreola, pero no, no lo era, digamos que son grandes figuras literarias, diferentes; pero así como te digo que a lo mejor podría yo conceder que la obra de Rulfo es más importante que la de Arreola, te podría decir que de los dos el genio era Arreola”, expresó a ZETA Hernán Lara Zavala a propósito de su visita a la frontera norte de México. El narrador, ensayista y editor, ofreció una conferencia sobre Juan José Arreola (1918-2001) el miércoles 29 de julio, en la Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana (CECUT), como parte del ciclo “México a través de la cultura”. También como para ir calentando motores para cuando en 2018 se celebre el centenario del natalicio del afamado escritor jalisciense. “Arreola es una figura capital de la segunda parte del Siglo XX de la literatura mexicana, no solo como autor, como gran coordinador de talleres literarios, editor; pero ahí te va lo mejor, que ésa es mi gran tesis: Juan José Arreola es el único escritor que yo he conocido en toda mi vida, entre nacionales y extranjeros, que tenía eso que se suele llamar genio”, refirió Lara Zavala a este Semanario. Y enseguida aclaró: “Cuando digo genio no creas que estoy diciendo como los gringos que dicen que ‘Tarantino es un genio’, ¡no, no, no!; estoy pensando en Mozart, estoy pensando en Beethoven, Shakespeare, Cervantes. Esas mentes privilegiadas que nacieron con una serie de cualidades que les permitieron desarrollarse casi al margen de ellos mismos”. El ensayista literario destacó la genialidad del jalisciense plasmada en “Confabulario”, compuesta por diversos libros que publicó a lo largo de su vida: “‘Confabulario’ de lo que te da muestra es de su riqueza verbal, imaginativa, rítmica, prosas poéticas donde sientes inmediatamente la capacidad de la inspiración, ves su enorme vocabulario, su ritmo, sus angustias, sus obsesiones”. Obviamente, además de “Confabulario”, Lara Zavala clasificó como obra maestra la novela fragmentaria “La feria”: “‘La feria’ es la hermana de ‘Pedro Páramo’, hermana en el sentido de que Arreola era de Zapotlán El Grande y Rulfo era de San Gabriel, dos modalidades del espíritu”. En todo caso, el ensayista destacó sobre el legado literario de Arreola: “Arreola no es un escritor fácil, como es un poquito alegórico, simbólico, o sea que habla en términos figurativos siempre, sí necesitas malicia para entender de qué está hablando. En la medida en que uno se va adentrando a su literatura y se va haciendo más experimentado vas viendo que en esencia todo eso es poesía pura, como él dijo, ‘poesía prosaica’, o ‘prosa poética’, como quieras llamarle”. Lara Zavala no dudó en comparar a Arreola con Borges y Cortázar: “Hay un gran parecido entre la literatura de Borges y la de él, y aunque no lo creas, entre la literatura de Cortázar y la de él; y Cortázar fue el que saludó a Arreola cuando leyó un libro muy importante dentro de ‘Confabulario’ que se llama ‘Bestiario’”. Alumno de Arreola, el autor de “Península, península” (Alfaguara, 2008), título ganador del Premio de la Real Academia Española 2010, trajo a la memoria: “Si no lo hubiera conocido, no hubiera podido pensar lo que pienso, fui su alumno en la Facultad, me sorprendió antes de que estuviera yo en la Facultad de Filosofía y Letras; un día fue a dar una conferencia y dije: ‘¿Quién es ese señor? ¿De qué atributos goza que puede hablar durante una hora citando y nunca cometía ninguna vulgaridad?’. Como él mismo decía: ‘Casi hablaba como escribía’; hasta Octavio Paz le reconoció ese genio que te digo”. No obstante a su ingenio, el autor de “De Zitilchén” recordó lo que finalmente fue la “perdición” de Arreola: “Lo que pasa es que también fue disperso; fue un poco, vamos a decirlo así, flojo en el sentido de que no se concentró en su obra; él decía que la vida lo había distraído, es decir, sus amores, era un gran seductor, mujeriego, pecador, ése era Arreola. “Su problema fue que su obra fue parca, tan parca como la de Rulfo, pero ¿sabes qué? Esos libros que tienen ellos están justificados para toda la vida y para toda la eternidad”, sentenció Hernán Lara Zavala. Su nueva novela Durante su visita a Tijuana, Lara Zavala también compartió con ZETA algunos avances sobre su próxima novela, titulada “Macho viejo”, que acaba de proponer a Ediciones Era: “‘Macho viejo’ habla de un hombre que es macho, pero no creas que macho mexicano, porque eso más bien es una novela anti-macho, es decir, en qué consiste ser de veras un hombre, virilmente; y como es un hombre que tiene como 65 años, es viejo pero todavía no tan viejo, entonces ése es el juego, las reflexiones de un hombre que tiene 65 años, viudo, que tiene todavía anhelo de vivir y empieza a reflexionar sobre la vida, sobre qué es amar a una mujer, la relación con los seres del mundo, los animales, el mar, el cielo. Es un poquito eso”. Argumentó por qué “Macho viejo” la entregará a Era y no a otra editorial: “Mira, yo estoy en Alfaguara, pero como es una novela breve, unas 120 páginas, yo quiero entrar a lo que le llamaban la ‘Biblioteca Era’, o la ‘Colección Alacena’, donde están José Emilio Pacheco, García Ponce, José Revueltas, Carlos Fuentes, es esa coleccioncita cuadradita, muy bonita, digamos que específicamente para novela corta; es un capricho, como cuando quise publicar mi primer libro (‘De Zitilchén’, en 1981) en Joaquín Mortiz y me tuve que esperar cinco años, dije ‘yo quiero publicar en Joaquín Mortiz’; igual ahora, me gustaría entrar en esa colección (Alacena)”. Eso sí, aclaró de una vez sobre “Macho viejo”: “No es nada autobiográfica, salvo las reflexiones, porque como digo, el personaje ni se considera macho ni se considera viejo, pensé que era un buen título porque hace un arquetipo de una persona mayor que todavía es hombre virilmente pero que no es macho, o sea, no es un ni un seductor ni un madreador, ni un asesino ni un cabrón, pero que por otro lado tiene una muy clara percepción de cómo es el mundo, y al mismo tiempo lo de viejo: estás en la tablita, o sea, en unos cuantos años pues ya dejas de funcionar como hombre, pero lo que no pierdes es el ánimo del hombre”. El narrador comparó el arquetipo del “macho viejo” de su novela con el personaje de “Lolita” de Vladimir Nabokov, publicada en 1955: “Me pareció que era un buen arquetipo de ‘macho viejo’; es decir, para que la gente diga ‘mira, ahí va un macho viejo’, así como dice uno ‘una Lolita’, o sea, no necesitas haber leído a Nabokov para que tú digas ‘mira, esa chava es una Lolita’, y si ves una chica de 13 años que dices que tiene todos los encantos de una mujer aunque todavía es una jovencita, pues así ‘macho viejo’”. El narrador espera que “Macho viejo” se publique este año para presentarla en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Finalmente, hay que recordar que en 2016 cumplirá 70 años (28 de febrero de 1946), por lo que obviamente recibirá diversos homenajes, aunque advirtió: “¡Mi aniversario de ‘macho viejo’!; mira, no he querido manejar nada de eso porque descreo un poco de los homenajes, pero bueno, también hay que apapacharse un poco; pero no, hasta ahorita no tengo nada confirmado”.