Un entusiasta de la mecánica automovilística estrena unos potentes frenos en su carro. Deseoso de probarlos con alguien que alabe su eficacia, encuentra a un amigo al que dice: “Vente, que te voy a enseñar los potentes frenos que he instalado en mi carro”. El amigo accede, un poco expectante de la prueba. Están en el campo dentro del carro, y entusiasmado, el conductor le dice al amigo: “¿Ves aquel papel en el suelo? Pues verás”. Acelera de manera vertiginosa y cuando está cerca del papel, frena en seco a un palmo del mismo, a la vez que exclama: “¡Asombroso, ¿eh?!”. Seguidamente se encamina hacia un muro a toda velocidad, cuando casi se lo comían, frena bruscamente y se queda a centímetros de la pared. “¡Espectacular, ¿eh?! ¡Pues verás ahora!”, dice orgulloso. Acelera todo lo que el carro puede, van directo hacia un acantilado y cuando prácticamente solo ven el horizonte, frena violentamente y queda con las ruedas al borde del precipicio. El entusiasta pregunta a su amigo: — ¿Qué te ha parecido? “Vamos a volver donde estaba el papel”. — Te gustó, ¿eh? ¡Quieres repetir! “No, ¡es que ahora sí lo necesito!”. Autor: Taxista.