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domingo, octubre 20, 2024
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En el limbo ciclistas de Ensenada

Una mujer a bordo de una bicicleta fue atropellada por un tráiler de productos agrícolas de la empresa Juanitos. Por una imprudencia del chofer, las ruedas traseras primero pegaron en la bicicleta y después pasaron por encima de la cabeza de la ciclista, cuyo cuerpo vestido con ropa deportiva quedó tendido sin vida sobre la calle Novena. El caso de Carmela Ruiz López, de 54 años de edad, sucedió el 26 de junio pasado. Parecido al de Israel Edgardo Xhalek, de 23, quien el 12 de febrero de 2012 se dirigía en bicicleta a su trabajo cuando en el cruce de Esmeralda y México lo arrolló un camión de carga de la empresa Calimax. El conductor se dio a la fuga, pero a los pocos minutos la Policía lo detuvo y declaró que ni siquiera se había dado cuenta que atropelló a alguien. Los peritos determinaron que el ciclista perdió el control, cayó y las llantas del segundo remolque le aplastaron la cabeza. Otros testimonios indican que el tráiler iba a exceso de velocidad. El 4 de marzo de 2014, un ciclista fue arrollado por un tráiler sobre la Avenida Reforma, a la altura del cuartel de El Ciprés, y así se suman casos como el de María Trinidad Núñez, de 45 años, quien sobre Pedro Loyola y Estancia fue arrollada a bordo de su bicicleta por un camión de la empresa Legaspi e Hijos; falleció después que el tráiler la arrastró once metros. Datos oficiales de Seguridad Pública refieren que durante 2014 se registraron 53 accidentes con ciclistas involucrados, mencionan solo a 23 de estos lesionados, y dos ciclistas muertos. Hasta el mes de julio de este año, de un total de 334 accidentes con vehículos de todo tipo, el dato oficial es de siete ciclistas lesionados y dos muertos. Distintas agrupaciones de aficionados al ciclismo, contabilizan de 80 a 100 ciclistas muertos en accidentes por lo menos en los últimos siete años.  “Constantemente ves moñitos negros…”, expresan. Las protestas de la comunidad ciclista se reavivan con cada accidente, por lo que el reclamo es constante, desde la demanda algo abstracta de una mayor cultura del uso de la bicicleta y respeto a los ciclistas, hasta la petición concreta de la construcción de una ciclovía. Entre accidente y accidente, la autodenominada representación de World Naked Bike Ride (WNBR) convocó el pasado 13 de junio a un paseo nudista a bordo de bicicletas que recorrerían el Bulevar Costero y varias calles del centro, pero desde el inicio el Ayuntamiento activó la tramitología para el permiso correspondiente, y las autoridades policíacas anunciaron que no tolerarían faltas a la moral u ofensas a terceros. Finalmente el ciclismo quedó en segundo término y el tema fueron los “encuerados” intimidados por los policías y la moralidad de algunos sectores de la sociedad. El fin de la protesta era erradicar la excusa de “no lo vi” que siempre dan los automovilistas cuando arrollan a algún ciclista, “entonces pensamos: desnudos sí nos vas a ver”, explicó Gerardo Soto Herrera, montado en bicicleta desde los 5 años -tiene 53- y representante de WNBR. “Porque parece que somos invisibles para los automovilistas”, y detalla una serie de afrentas de los del volante. El 17 de julio del presente año, la Dirección de Seguridad Pública Municipal realizó una campaña de volanteo para crear conciencia y sensibilizar a los automovilistas para que respeten a los ciclistas, mientras que una segunda jornada será orientada a los usuarios de bicicletas para que conozcan las reglas de tránsito. Paralelamente, las autoridades municipales advirtieron que ahora sí iban a sancionar a ciclistas que violen el Reglamento de Tránsito Municipal. La parte que fija reglas a los conductores de bicicletas ha sido letra muerta, hasta que la regidora Columba Domínguez, coordinadora de la Comisión de Seguridad Pública, Tránsito y Transporte, retomó el documento y planteó “ajustarlo un poquito” de acuerdo a la realidad actual. En el Artículo Séptimo se fija que el actual reglamento aplica para automóviles, camiones,  autobuses, bicicletas, motocicletas, vehículos de tracción animal, remolques y de equipo especial. Los artículos 21 y 22 se concentran en las bicicletas que se limitan a “contar con el equipo y accesorios que garanticen la seguridad del conductor”, y reparte en ocho puntos las obligaciones de los ciclistas. “Yo creo que es una buena advertencia, necesitamos una cultura de más cuidado al ciclista, pero que el ciclista también se cuide”, considera Enrique Villarreal Montemayor, director de Seguridad Pública Municipal.   Malqueridos   Aunque dispersas, hay varias agrupaciones de ciclistas en Ensenada, entre otras, Pro Ciclo Va, Pitufos, Uabici, Cochilocos. Calcula el representante de  WNBR  que ciclistas como tales debe haber unos mil 500 en la ciudad, pero si se cuenta a las personas en general -niños, señoras, jóvenes, adultos- que utilizan la bicicleta para diferentes tareas o meramente  por recreación, la suma puede llegar a 20 mil usuarios. La mayoría de ellos queda en la ilegalidad de aplicarse a pie puntillas el reglamento, opina Soto Herrera. Aprecia ambiguos puntos como el de “hacer señales correspondientes al dar vuelta o parar”, pues no se especifica qué clase de señal, por lo que “el ciclista debe ser previsible, el automovilista tiene que saber la maniobra que va a hacer el ciclista”. La Ley establece “no llevar pasajeros, salvo en las bicicletas de doble plaza”. Refiere Gerardo Soto Herrera: “Yo llevé a mis hijos a la primaria en bicicleta, con esta Ley, entonces todos los padres que queremos llevar a nuestros hijos a la escuela en la bicicleta pasamos a ser ilegales”. Otras obligaciones cuestionables por los ciclistas, son las de ponerse ropa visible por la noche: “Ya tenemos la tecnología LED, que nos permite tener buena visibilidad sin tener que llevar un chaleco de protección, además, cuando vas en bicicleta te da mucho calor, lo que menos quieres es llevar menos ropa”. También consideran como medida nada práctica llevar registro de cada bicicleta y asignarle una placa: “Es muy problemático administrativamente. Yo tengo diez bicicletas, y unas están hechas de pedazos de varias más, habría que registrar a los ciclistas, no las bicicletas; 19 mil ciclistas se quedan en la ilegalidad”, expone el representante de World Naked Bike Ride. Aunado al Reglamento de Tránsito Municipal, actualmente el Congreso local impulsa la Ley de Fomento para el Uso de la Bicicleta y Protección al Ciclista en el Estado, que ambiciosamente pretende dictar medidas de protección para los usuarios, llevar un registro estatal de bicicletas, impulsar ciclovías y estacionamientos especiales, así como promover nuevos modelos de movilidad.  La iniciativa, que es un hecho que se aprobará, fue impulsada por los diputados Juan Manuel Molina y Alcibíades García, de Movimiento Ciudadano, quienes resaltaron las bondades que tendrá la ley a partir de 22 artículos que también contemplan que el transporte público reserve un espacio en sus unidades para las bicicletas, así como “zonas de espera” para el ciclista en los cruceros. La respuesta a la inminente reglamentación suscita opiniones encontradas. Para el representante de WNBR, hay que afinar la Ley “porque hay reglas que no fomentan el uso de la bicicleta, lo inhiben; es un retroceso”. Alude el caso en que un ciclista fue atropellado, y como iba en sentido contrario, él tuvo que pagar sus propias lesiones, los daños de la bicicleta y los raspones del automóvil que lo embistió, con la cuestión de las compañías aseguradoras y deslinde de responsabilidades adelante, que el ciclista siempre llevará las de perder. “Siempre será mejor que te multen a la pérdida de una vida”, opina por su parte Beatriz Watanabe, presidenta de la agrupación Pro Ciclo Va, A. C. Villarreal Montemayor, director de la Policía, considera que habrá que ser flexibles con los ciclistas al principio, “pero después de un tiempo empezar a infraccionar, para que sepan que también ellos tienen no solo derechos, también obligaciones, y deben cumplir con el Reglamento de Tránsito, pero poco a poco… no queremos llegar guillotinando a nadie”.   ¿Y la ciclovía, ‘apá?   El presidente municipal Gilberto Hirata Chico ha prometido varias ciclovías para Ensenada, en el Bulevar Costero, Valle Dorado y El Sauzal. Pero ha sido un proyecto que por enésima vez se ha planteado y que, por lo menos en tres ocasiones, se ha frustrado -incluso teniendo el recurso-  por apatía, negligencia o desinterés de las autoridades y algunos sectores. Los ciclistas parecen cargar con mal karma cuando el Ayuntamiento de Ensenada perdió 13 millones de parte del Subsidio para la Seguridad en los Municipios (SUBSEMUN), correspondientes al ejercicio 2014, de los cuales un millón 70 mil pesos iban etiquetados precisamente para el proyecto de una ciclovía. De por sí amonestados y llamados a comparecer los titulares de Seguridad Pública y Oficialía Mayor por la omisión administrativa en la que incurrieron al no haber ejercido el recurso -por lo que se tuvo que regresar a la Federación-, los funcionarios implicados habían mantenido muy “calladito” lo de la ciclovía como uno de los proyectos que no se ejercieron con tal recurso. Ni los ciclistas, ni los propios miembros de Cabildo lo sabían.  “No sabíamos de ese proyecto, ni siquiera sabemos si es el proyecto que nosotros propusimos”, dice Beatriz Watanabe, presidenta de Pro Ciclo Va, pues apareció con el nombre de Proyecto de Movilidad Segura. El regidor perredista Arturo Serratos informó que se está llevando a cabo una  investigación ante las contradicciones en que han caído las dependencias involucradas: “Lo último que nos dijeron es que la Federación les canceló el recurso, yo la verdad no les creo, porque si te asignan una partida, esta ya viene etiquetada y no cambia”. Y si en 2014 llegó el dinero y se regresó por no usarlo, en 2013 el recurso sí se usó, pero se gastó en otras cosas. El dinero proveniente de la Comisión Nacional de la Cultura Física y Deporte (CONADE) destinó 3 millones de pesos dentro del impulso de espacios recreativos, que la administración municipal decidió invertir en otros rubros deportivos, sin mayor explicación. Otro intento frustrado fue cuando en el programa de rehabilitación del Bulevar Costero, que junto con la extensión de tal vialidad contemplaba una ciclovía paralela, no hubo consenso ni entre los mismos ciclistas, y finalmente, la abulia del gobierno municipal también llevó a la pérdida -por omisión- de la mitad del recurso destinado para la obra, que ascendía a 80 millones de pesos.  Del millón 70 mil pesos del SUBSEMUN que se perdieron para la ciclovía, el director de Seguridad Pública afirmó: “El mismo subsidio no nos permitió incluir la ciclovía, sí quedó un poquito pendiente, esperando que cambie, pero el subsidio ya viene etiquetado”. Pero incluso la ciclovía tampoco es la gran solución para algunos aficionados, como aprecia Gerardo Soto Herrera. Considera que una ciclovía está bien para la gente y familias que el fin de semana desean ir a pasear en bicicleta a la orilla de la playa, pero que no resuelve el problema de raíz. “Tendría que ser una red de ciclovías bastante extensa. Una ciclovía es una solución muy pequeña, pero dónde queda la gente común que la usa como medio de transporte, el albañil, el empleado, el vigilante; al menos que le hagan una ciclovía de su casa al trabajo”, aseveró. Al margen de campañas y leyes intimidatorias, los ciclistas ven como única solución el que las autoridades promuevan y acepten el tráfico de las bicicletas en todas las calles de la ciudad, “hay que quitarle espacios  a los carros para dárselos a las bicicletas”, consignan.                    

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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