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domingo, octubre 13, 2024
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El retorno de la heroína

Kilos y kilos de heroína han sido confiscados en la región durante las últimas semanas, sea en Tijuana, Mexicali, Tecate, Ensenada o en las diferentes garitas de cruce hacia California, o en los puntos de revisión de la Patrulla Fronteriza instalados en puntos estratégicos en el sur del vecino estado norteamericano. Junio y Julio parecen los meses con más tráfico de heroína en la región, la ola de decomisos es ilustrativa y apenas el martes 28 de julio la Secretaría de Seguridad Publica anunció la confiscación en un domicilio del fraccionamiento El Lago en Tijuana de 43 kilogramos de heroína –había también cristal y cocaína— aparentemente propiedad del Cártel de Sinaloa. Antes, el 25 de julio la Sedena informó sobre el decomiso de metanfetamina y heroína; el 21 una persona fue detenida en el aeropuerto de Tijuana con una maleta que tenía doble fondo, ahí le descubrieron 2.5 kilos de heroína. El 15 de julio en Punta Colonet –al sur de Ensenada— elementos del ejército localizaron una avioneta Cessna cargada con 261 kilos de cristal, 92 de cocaína y 38 kilogramos de heroína. El 6 de julio en Tecate la Sedena anunció el decomiso de 47 kilos de heroína y dos días antes también en Tecate, otros 10.5 kilos de heroína. La semana anterior a esa fecha –el 30 de junio— la Patrulla Fronteriza detuvo a un ciudadano mexicano en el punto de control sobre la carretera 86 en el Valle Imperial con 58 libras (cerca de 29 kilos) de heroína y el 6 de julio 7.38 libras de un tipo de heroína que le llaman black tar –alquitrán—, la heroína negra más barata pero más potente. De acuerdo a las cifras de la Sedena, tan solo en el mes de junio lograron confiscar 28 kilogramos de heroína en la región –cifra que al cerrar julio se dispara— y en contraparte la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en Estados Unidos anunció que en el pasado año fiscal –entre septiembre del 2013 y octubre del 14— interceptaron en las 5 garitas californianas que comparten con Baja California un total de mil 677 libras (más de 800 kilogramos) de heroína. “Por supuesto que el que exista más en el mercado es un factor de riesgo, considera Fernando Bravo, director del programa de Tratamiento de Adicciones del Instituto de Psiquiatría del Estado, quien considera que el uso de heroína en la región –de acuerdo a su cifras— había bajado durante los últimos 7 años, aunque ahora parece que hay un repunte. Pero además del riesgo del uso de esta droga surge un peligro anexo, dado que los “dealers” la están mezclando con metanfetamina, coctel que potencializa la adicción. En cuanto a cifras la doctora Haydee Vivo no se anda con rodeos y para dar una muestra de la dimensión del problema refiere que en la clínica de metadona donde participa –Clínica Integral de Tratamiento contra Adicciones, instalada desde hace años en Pueblo Nuevo— actualmente atienden a cerca de 300 adictos que diariamente acuden por su dosis de medicamento. Por eso la clínica funciona 24 horas los 365 días del año.   Revuelto   Los consumidores de dos décadas para acá son principalmente de metanfetamina –cristal, ice—, los consumidores de heroína intravenosa son las personas de dos décadas para atrás, explica Armando Burgoin Peralta, quien encabeza un centro de rehabilitación en Mexicali, el CEDA Hogar Cristina, ubicado en el kilómetro 15 de la carretera al aeropuerto. Ese espacio funciona desde hace 15 años y tiene capacidad para 230 personas –50 mujeres, 180 varones— regularmente casi al tope. Burgoin expone que los consumidores de heroína, ahora la están usando mezclada con anfetamina, “Quieren agarrar ese mercado, de los consumidores de heroína”, expone y considera que los usuarios de heroína son escasos, un 0.5 por ciento. “Es raro el usuario de heroína de 15 a veintitantos años”, dice el director del centro en alusión a que los adictos jóvenes lo que usan es metanfetamina. En el caso de la mezcla de metanfetamina con heroína considera que estas drogas cada una por su lado son altamente adictivas y menciona que “aquí han emigrado varios” en referencia a antiguos consumidores de heroína que ahora lo son de la meta. Armando Burgoin opina que cada sustancia tiene su mercado –pone el ejemplo de la cocaína, con un consumidor de nivel más alto—, mientras que los usuarios de heroína regularmente limpian vidrios fuera de un Oxxo, mientras los que aparecen deambulando de madrugada “que no paran”, son consumidores de metanfetamina, andan robando, “andan bien pa’arriba, son los que no duermen y andan viendo cómo roban, cómo poder hacer algo más, totalmente hiperactivos, despiertos, alterados”. En el caso de la metadona, Burgoin considera que ha sido un negocio redondo aunque piensa que ahora pudiera estar en quiebra. “La heroína invadió las fronteras, antes tenías que ir a Caléxico a comprarla, tres décadas atrás. Muchos para poder dejarla se fueron por la metadona, supuestamente te la iban dosificando, pero desafortunadamente el consumidor usaba metadona y heroína, muchos murieron dañados del hígado, quedaron en el panteón”. Desde su punto de vista el uso de la metadona no es la alternativa, dado que el adicto hace fila por la metadona pero en contra esquina están vendiendo heroína. “A lo mejor agarra “el jugo” porque ya está ahí, haciendo cola, pero si se le prende el foco también se mete la heroína”. Dice que quizá sea un buen método si se lleva bien administrado, dosificado, pero dado que la persona adicta “anda suelta” –no hay internamiento— puede significar que vuelva a consumir heroína. En el caso de los usuarios de heroína que llegan a ese Centro, Burgoin explica que el síndrome de abstinencia –los malestares como ansiedad, escalofríos, dolor de huesos, diarrea— dura de tres a cinco días. Aparte algunos llegan muy mal físicamente, deshidratados, desnutridos, malpasados. Después de ese lapso los adictos empiezan a estabilizarse. “Lo que hay que tener muy claro es que no hay un tratamiento efectivo para cualquier tipo de adicción. Influye mucho nuestra cultura, el sistema, el entorno, es multifactorial. La persona que quiere dejar de consumir, que tiene un proyecto, un plan de vida, que quiere cambiar su estilo de vida. Pero desafortunadamente vuelven al mismo núcleo, y en ocasiones no tienen el deseo sincero de dejar de consumir, los del nivel más bajo son los que más batallan”. Armando Burgoin explica que en su experiencia personal ha visto pasar más de 7 mil personas por el establecimiento y calcula que de este universo entre el 15 al 20 por ciento se han rehabilitado. “Las personas no saben resolver sus problemas y cuando la persona quiere y empieza a resolver los problemas más pequeños termina resolviendo su problemas de adicción”, considera Burgoin.   Muchos centros   En Baja California existen 197 centros de rehabilitación de adictos a alcohol y drogas donde con una población –fluctuante- de 7 mil 500 internos, según lo explica el Director de Tratamientos para Adicciones del Instituto de Psiquiatría, Fernando Bravo. Considera que la adicción a la heroína ha disminuido del 1.3 por ciento de consumidores –en función de la población total del estado— que había en el 2008 han bajado al .07, esto de acuerdo a datos registrados que arrojó la encuesta del Observatorio Estatal. Sobre el tema de la heroína explica que han implementado un tratamiento en los Ceresos que le llaman de Reconstrucción Personal –es voluntario— con una primera intervención con los usuarios desde que llegan a la Sala de Términos. Si detectan que alguien trae Síndrome de Abstinencia por heroína se les suministra un protocolo de desintoxicación a base de Naltrexona y Clonidina en los primeros cinco días. Explica que en cada uno de los Ceresos del Estado –a excepción del de El Hongo— atienden un promedio de 8 a 12 personas de los ingreso por mes, a comparación de años atrás cuando atendían a 20, 30 personas. Su tesis es que el uso de heroína ha disminuido mucho en los últimos años y pone el ejemplo del Instituto de Psiquiatría y el programa de desintoxicación, donde dice haber atendido en todo el 2014 un total de 11 personas que acudieron para un tratamiento externo. Un año antes la cifra era de alrededor de 20. Seis años antes, en el 2008 atendieron a cerca de 40 personas. Bravo calcula que cerca del 80 por ciento de los adictos en recuperación llegan por consumo de metanfetamina, otros por alcohol –o ambos—, aunque refiere que “el alcohol, como es socialmente aceptado, es más fácil tener acceso a él y es mucho más fácil perder el control del consumo”. En su registro como drogas de impacto tienen en secuencia alcohol, tabaco, mariguana y metanfetamina. Regresando a la heroína, el especialista considera que es complicado el deshabituarse, debido a las características propias del Síndrome de Abstinencia tan fuerte, tan escandaloso. “Si le persona no tiene un adecuado soporte, una familia que lo apoye, con medicamento a sus horas, con la alimentación que necesita. Es muy difícil que una persona de manera ambulatoria, sola, curse la desintoxicación ante la heroína. No es imposible, pero es mucho muy difícil”. En cuanto a los tiempos, explica que la primera fase es de cinco días, si es un tratamiento sintomático, sin bloqueador, se tarda entre 10 a 15 días. Después entran en un periodo de recuperación temprana –basada ya en el nivel de conciencia— que puede durar dos a tres meses. “Son personas que tienen que reaprender a hacer sus relaciones sociales, hay personas que el 99 de su entorno social tiene que ver con el consumo de drogas, con ese estilo de vida, a veces cosas tan simples como en la música, tienen que desarrollar ciertos gustos musicales, que sean más adaptativos, que no les despierten el deseo de consumir”. Bravo refiere que la adicción es una enfermedad crónica, con implicaciones fisiológicas y metabólicas, las recaídas pueden resultar normales –pone el ejemplo de un diabético—, por lo que las metas más realistas tienen que ver con el disminuir la incidencia y el impacto de las recaídas. “Como en toda adicción, la disponibilidad es el primer factor de riesgo para una dependencia”, sintetiza Bravo.   Desde temprano   “En los últimos diez años ha habido un aumento en el abuso de heroína, precisamente porque disminuyó su costo en el mercado”, expone por su parte la doctora y psiquiatra Haydee Vivo, de la Clínica Integral de Tratamiento contra Adicciones. Y es que de 400, 500 pesos por gramo llegó a bajar a 250, 300 pesos, todavía más barata que la cocaína. Un gramo de heroína lo pueden “administrar” en cinco, seis dosis, los “cincuentas” que le llaman. De acuerdo a la doctora Vivo la mayoría de los usuarios utilizan más de un gramo diario, lo que implica la aplicación de ocho, nueve dosis diarias y menciona que la gran mayoría de adictos de esa zona son trabajadores agrícolas que diariamente cruzan a laborar a los campos del Valle Imperial. Explica que estos usuarios de heroína “acostumbran” utilizar dos dosis por la mañana y una por la noche para poder dormir, el resto son cuatro, cinco veces al día. “Eso los que saben dividir bien sus dosis diarias, porque hay quien se “´pica” un “cincuenta” y a las dos horas otro, y a las dos horas otro más. Comenta que estos usuarios se drogan y pueden seguir su jornada laboral, además añade que “Es muy raro el que usa solamente heroína, generalmente el paciente la está usando con cristal, inyectada” refiere en relación a lo que caracteriza como un “efecto estabilizador para seguir funcionando”. La doctora Vivo considera que el cristal es altamente más rápidamente adictivo, además de que el efecto de la droga dura menos tiempo, lo que implica que tengan que usarlo más seguido. “El ice ha estado más caro que la heroína, por eso es que los están enganchando a que usen las dos cosas”. La Clínica Integral de Tratamiento contra Adicciones –una de las cuatro que hay en Mexicali— se ubica en la colonia Pueblo Nuevo, cerca del centro de Mexicali y de acuerdo a la doctora Vivo el perfil de los consumidores de heroína una buena parte son trabajadores agrícolas que laboran en el Valle Imperial, otros son personas con trabajo fluctuante, inestable. “Hay muchos guardias de seguridad, limpiaparabrisas, cuidadores de estacionamiento”. La especialista explica que de eso se encarga la metadona, de que se mantengan estables en un trabajo. “La metadona lo que hace es que no se están picando cada rato, no andan en la calle, no usan jeringas, evitan riesgos con la patrulla, con la policía”. La doctora Vivo comenta que esa clínica tiene más de 20 años funcionando en la zona, abren los 365 días del año las 24 horas y atienden diariamente un promedio de 300 usuarios. “Ha estado muy flojo, es que no hay tanto trabajo aquí en el campo, en Estados Unidos”. Dice que en otras fechas han llegado a atender hasta 475 pacientes diarios. Entre los requisitos los usuarios deben llegar con una identificación, venir acompañados de una persona –una suerte de “aval”— y sin haber consumido heroína en al menos las últimas 8 horas. A raíz de eso se abre un expediente médico, pasa con el médico general, con el psiquiatra, con el psicólogo, luego le aplican un antidoping –dado que no les pueden dar metadona si está en abstinencia— y de ahí inicia el tratamiento. “Le llamamos tratamiento de mantenimiento, hay tratamiento de desintoxicación que dura 21 días, pero yo lo manejo por tres meses, que es el tipo que he visto que el paciente si se puede desintoxicar de la heroína y de la metadona”. El costo de la dosis de metadona es de 70 pesos y puede ser administrada en tabletas o en forma líquida. Quienes usan metadona lo tienen que hacer diariamente –calculan que dura 36 horas en el organismo— y la dosis se ajusta a la cantidad de heroína que han estado consumiendo. “Cada 15 días se disminuye la dosis de metadona”, expone la doctora Vivo. En términos del resultado del tratamiento la especialista calcula que quienes logran completamente rehabilitarse, deshabituarse al uso de estas drogas son apenas 2 por ciento, ya que el tratamiento –además del suministro— implica el apoyo psicológico y muchas veces el tener que cambiar de medio, de entorno. “Tenemos familias que todos la usan”, refiere la especialista y en cuanto al otro 98 por ciento explica que una parte se van porque no hay trabajo, son muy inestables y ante cualquier situación problemática regresan al uso de heroína y metadona, o metadona con cristal, o metadona con mariguana o metadona con alcohol. “Es una situación muy complicada”, asume la doctora Vivo, pero con todo y eso la especialista refiere que la persona se mantiene, no se gasta 400 pesos en heroína diarios, no hay jeringas, se disminuye el riesgo de enfermedades, baja el riesgo de ser detenidos por la policía y mejora su entorno familiar y laboral. “Sigue habiendo la adicción toda la vida, eso no se cura, se controla, cualquier tipo de adicción”, considera la doctora mencionando casos de pacientes que han estado en abstinencia por cuatro años “y de repente vienen con unas ganas de usar heroína, dicen que la están soñando, es la “malilla seca”, sueñan que se están picando, sienten el rush, sienten rico, es lo que los hace caer. Dicen que solo una, pero aquí una no es ninguna, una es mucho”. Por eso considera que estos adictos tienen que estar en terapia toda la vida. Comenta además que los usuarios a la heroína arrastran todo tipo de enfermedades como hepatitis C, sida, tuberculosis donde se entremezclan situaciones desde falta de información hasta la desnutrición y falta de defensas. En cuanto a los efectos del uso de heroína, la doctora y psiquiatra comenta: “Al principio es placentero, cuando ya se vuelve una adición ya no lo es, la utilizan para no sentir todos los síntomas que da una malilla, son los más fuertes que cualquier otra droga”, dice en relación a la larga lista que incluye ansiedad, dolor de huesos, diarreas, nauseas, vómitos, sudoración extrema, insomnio. “Cuando estaba en el psiquiátrico me tocó ver a varios que se querían colgar, que se golpeaban contra la pared, es la peor ansiedad que se puede tener. Los pacientes dicen que ya no es rico, es solo para mantenerse sin los síntomas y estar funcional”. La doctora Vivo comenta que ahora tienen un problema debido a que ya salió la metadona producida en México, pero con un precio “ridículamente alto”, comenta en función de una caja de cien tabletas de cuarenta miligramos que cuesta cerca de mil 900 pesos, mientras que en Estados Unidos vale cerca de 22 dólares. Aparte últimamente les tienen detenido el cruce en la aduana mexicana por casi seis meses e igual les retrasan los sellos oficiales de SSA como medicamento de primer nivel solicitados desde enero y hasta la fecha no entregados. Por eso consideran que es una estrategia gubernamental para obligarlos a comprar en el lado mexicano. “El uso de la heroína es como un tabú, es un inframundo que para muchos no existe, a los adictos les tienen miedo, les cierran las puertas, no entienden que esto es una enfermedad”, sintetiza la especialista.     Decomisos realizados en garitas del sector San Diego   Droga Peso Marihuana 64.09 toneladas Cocaína 2.5 toneladas Heroína 733.46 kilogramos Metanfetaminas 5.9 toneladas Periodo del 1 de octubre de 2014 al 30 de junio de 2015 Fuente: Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de San Diego      

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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