Esta es la historia de un pescador que todos los sábados, a las seis de la mañana, acudía a pescar a San Carlos de la Rapita. Ahí preparaba los aparejos y el anzuelo, y los echaba al agua. Al rato un tipo se le paró al lado. Sábado, ocho de la mañana. El pescador con la caña y el tipo al lado. Sábado, una de la tarde. El pescador con la caña y el hombre al lado. Sábado, siete de la tarde. El pescador con la caña y el tipo al lado. Domingo, seis de la mañana. El pescador con la caña y el sujeto al lado. Domingo, una de la tarde. El pescador con la caña no puede más y dice: — A usted también le gusta la pesca, ¿no? “¡¿A mí?! Claro que no, ¡yo no tendría paciencia, oiga!”. Autor: Un golfista.