En 2013, Carlos tenía 20 años, era un joven deportista que jugaba basquetbol. Dedicado a sus estudios, cursaba la Licenciatura en Derecho. Fue en las últimas semanas de ese año cuando Adriana, su mamá, se dio cuenta que la salud de Carlos no era la misma; el color de su piel comenzó a cambiar, se agitaba fácilmente y tenía un dolor de cabeza que se hacía más frecuente. Al principio creyeron que se debía al estrés de la escuela, pero en el transcurso de las semanas, los síntomas fueron empeorando. Si Carlos subía un piso, su cuerpo se cansaba como si hubiera subido diez. Adriana sabía que algo no andaba bien, “tenía el pendiente de que fuera hepatitis”. El 6 de diciembre de 2013, los síntomas llevaron a Carlos al doctor. No era hepatitis, Carlos tenía las plaquetas bajas. Después de una trasfusión de sangre, diversos estudios y una biopsia, se le diagnosticó anemia aplásica, trastorno sanguíneo donde la médula ósea -encargada de producir los componentes de la sangre- no produce suficientes células nuevas. Carlos fue sometido inmediatamente a un tratamiento que ayudara a activar su médula para que esta volviera a producir de manera normal. No funcionó. El proceso fue muy agresivo sin mostrar resultados. Volver a aplicar la dosis no era una opción. “Empezamos a ver todo, vimos otras opciones, hasta herbolaria, varios amigos, familiares y otras personas nos daban opiniones, así llegamos a Comparte Vida”, relata Adriana. Fundada en el Distrito Federal desde hace 17 años, Fundación Comparte Vida, A.C. se ha dedicado a la lucha contra el cáncer y otras enfermedades hematológicas o de origen genético. Busca impulsar el crecimiento del Registro Mexicano de Donadores No Relacionados de Médula Ósea (Donormo) y aumentar la conservación de células progenitoras de cordón umbilical en su banco altruista, Bacecu, con la intención de brindar una alternativa de vida a pacientes que requieren de un trasplante de médula ósea y no tienen un familiar donador compatible. Clara Gorodezky, doctora fundadora, señala que la finalidad de la asociación es promover la cultura de donación en México, a través del Donormo y Bacecu. El primero, ofrece una posibilidad de vida a pacientes con leucemia u otras enfermedades de la sangre. Mientras que el Banco Altruista Mexicano de Células Progenitoras de Cordón Umbilical (Bacecu) fomenta la donación de células provenientes de este órgano después del parto, ya que contienen glóbulos rojos, blancos y plaquetas. Actualmente, el Donormo cuenta con un registro de 16 mil 500 datos de voluntarios donantes. Cada año se suman entre 800 y mil personas, pero la probabilidad de encontrar un donador compatible depende totalmente de la genética del paciente. Hasta ahora, se han realizado un millón de trasplantes en todo el mundo. Para registrarse como donador en la institución, se debe cumplir con cuatro requisitos: tener entre 18 y 65 años de edad, firmar una carta de aceptación, proporcionar datos de contacto, además de una evaluación médica y ofrecer una muestra de sangre. Después de esto, se identifican los genes HLA (Antígenos Leucocitarios Humanos) en un laboratorio especializado, se ingresan al registro -el cual se conecta con registros internacionales- y se da inicio a la búsqueda preliminar de donadores compatibles para cada paciente. La doctora Gorodezky explica que existen dos formas de donación. La primera no requiere anestesia ni hospitalización, pues se lleva a cabo por medio de un procedimiento llamado aféresis, donde se toma sangre proveniente del brazo y se separan los diferentes componentes de la misma. La segunda, a partir de la cavidad del hueso donde se encuentra la médula ósea. En este método el donador es anestesiado y se toma menos del cinco por ciento del contenido total de células madre del organismo, que enseguida comienza a recuperar. En 2014, Carlos llegó a Comparte Vida. Lo primero que hicieron fue tomarle una muestra de sangre y transferirlo al Departamento de Nutrición para corroborar que fuera un paciente apto a realizarse un trasplante de médula ósea. En abril de ese año quedó registrado. En octubre ya tenía un donante, que en su caso, fue extranjero. Los gastos generados en el transcurso del procedimiento corren por cuenta del paciente, la fundación ayuda a la familia asesorándola para conseguir los fondos necesarios por medio de diversas actividades. Cada año se realiza un concierto en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, donde el tenor Fernando de la Mora, asociado benefactor, apoya promoviendo la cultura de donación y cede lo recaudado. En esta ocasión, el concierto se realizará en el mes de noviembre. A través de patrocinadores, campañas y jornadas continuas, la fundación genera fondos para seguir cumpliendo su objetivo. Aguascalientes, Chihuahua, Torreón, Durango, Monterrey, Puebla, Hermosillo; existen más de 40 Centros de Captación de Donadores en toda la República Mexicana donde se puede llevar a cabo la inscripción al Donormo. La lista completa, así como información necesaria, se puede encontrar en la página www.fundacioncompartevida.org A casi un año del trasplante, sin ninguna complicación ni contratiempo, la recuperación de Carlos va por buen camino. Lo que sigue es “promover que la gente se registre aquí en México”, afirma Adriana, su madre. “Es triste saber que aquí tenemos un porcentaje muy bajo de personas registradas para donar médula ósea, reconozco que esto es por ignorancia, todos se imaginan que los tienen que destazar, pero no saben que es por medio de la sangre, te toman una muestra y ese es el registro”, concluye.