Christopher Flores asegura haber sido detenido de manera arbitraría y golpeado junto a su padre por elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), quienes justificaron la aprehensión por una supuesta relación consanguínea con el narcotraficante Ignacio “Nacho” Coronel. El sábado 11 de julio, alrededor de las dos de la tarde, Christopher fue detenido junto con su amigo Humberto Espinoza por cuatro elementos de la PEP por “tener cara de malandro” sobre la calle Paseo Reforma, en la colonia El Tecolote. El denunciante cree que esto pudo deberse a que maneja una camioneta BMW X5 modelo 2011. Flores sostiene que cuando los oficiales revisaron los documentos del vehículo y vieron que el segundo apellido de su padre es Coronel, los subieron a una de las patrullas –marcadas con los números 702 y 883- y lo llevaron a su casa. Le dijeron que revisarían el domicilio y que de encontrar armas y droga, les iba a “cargar la chingada”. Al llegar, a Humberto Espinoza lo dejaron en la patrulla. Lamberto López Coronel fue quien abrió la puerta de la casa -ubicada en la misma zona de la detención- y, de acuerdo con el relato, fue sorprendido con golpes. Se le exigía entregar “dinero, drogas o lo que tuvieran”, mientras lo acusaban de ser primo de “Nacho” Coronel. Christopher fue llevado al segundo piso, donde lo golpearon y se le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza. Narra que lo obligaron a abrir una caja fuerte que contenía una pistola calibre 9 milímetros de su propiedad. Posteriormente llegaron otros cuatro policías estatales para sumarse al cateo, a bordo de las patrullas 886 y 072, obedeciendo las instrucciones de un elemento que responde al apellido Osuna. A ZETA se presentarían fotos en las que se demuestra la presencia de patrullas de la PEP afuera del que Flores señala como su domicilio, del cual los agentes extrajeron consolas de videojuegos, tabletas electrónicas, laptops, teléfonos inteligentes e incluso perfumes, así como el arma antes mencionada. Pero en la información oficial de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), lo que figura es que los tres involucrados fueron sorprendidos a bordo de la camioneta BMW, y que ahí mismo se encontró el arma con la que habían amenazado a un denunciante anónimo. La información se utilizó para un boletín de prensa que se reprodujo en distintos medios de comunicación. Los detenidos fueron presentados a la Procuraduría General de la República (PGR), donde a Flores se le inició la averiguación previa 1499/2015 por la posesión del arma y 47 cartuchos útiles, para luego consignar el asunto al Juzgado Segundo de Distrito. Para llevar el proceso en libertad, pagó una fianza por 6 mil 500 dólares, sin embargo, comentó a ZETA que al momento de firmar su libertad pudo percatarse que en el documento que se le proporcionó se manifestaba la cantidad de solo 7 mil pesos. La PGR no precisó la cantidad de la fianza fincada, solo señaló que por este delito oscila entre 8 mil y 10 mil pesos. Por la presunta portación de arma de fuego, Flores podría enfrentar una pena de dos a siete años de prisión y de cincuenta a doscientos días multa, tal como lo establece el Artículo 81 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Contra los uniformados estatales, el quejoso promovió una denuncia por abuso de autoridad ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, asentada en la investigación 6019/15/211, actualmente en integración. La SSPE puntualizó que del caso solo conocen lo que se manifiesta en el parte policial, sin embargo, informó que la versión de los detenidos se haría del conocimiento de Asuntos Internos, a fin de que se realice la investigación administrativa correspondiente contra los elementos que participaron en la detención.
Señalan por detención arbitraria, amenazas y tortura a la PEP

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