Reflexiva, intensa, con muchos matices, en el que los personajes se enfrentan al sistema de políticos mochos en la época de los 80s que se resistían a apoyar a la comunidad gay en Nueva York, quienes aterrados por una plaga que los estaba matando y de la cual no sabían cómo la habían adquirido, buscaban la ayuda del gobierno para que investigara sobre la enfermedad. Dolor, miedo, desesperación, impotencia, amor y muerte, es lo que se experimenta en la puesta en escena “Un corazón Normal”, en el que la actuación magistral de cada uno de los actores, destacando la del histrión Hernán Mendoza, que le da vida a Ned Weeks, un activista y escritor quien a raíz de la muerte de varios de su amigos de su comunidad, funda junto con otros compañeros la primera organización para luchar a favor de los enfermos, conmueve a un público que le aplaudió de pie. La puesta en escena que se presentó en dos funciones la tarde-noche del jueves 30 de julio en la Sala de Espectáculos del CECUT, movió sentimientos, erizó la piel y dejó una gran reflexión entre los presentes. “Es un personaje muy complejo, muy rico, desde que leí la obra me di cuenta de la profundidad y de los matices y de todo lo que pasaba. Este personaje era algo que yo quería vivir, inmediatamente acepté y en efecto, es uno de esos pocos personajes que como pocos te encuentras en la vida y te da la posibilidad de moverte en todos tus extremidades, desde tus momentos más simpáticos, los momentos más dolorosos, tu risa, tu llanto, la verdad es que es una en un millón”, expresó en entrevista con ZETA Hernán Mendoza, pieza clave de la historia que se desarrolla en Nueva York, entre los años 1981 y 1984, tiempo en el que Ronald Reagan gobernaba los Estados Unidos. “Este personaje me hizo crecer en muchos aspectos, como actor, como ser humano, también en cuestión de ver que somos de alguna manera todos los mismo, y que estas estupideces que tenemos en la cabeza como humanos de que tú no te pareces a mí, o que eres de otro color, o que te gustan otras cosas y ya por eso eres distinto, o le vas a otro equipo, son estupideces. Me ayudó a crecer el haber aceptado este personaje”. Por su parte, Juan Ríos quien es Bruce Niles, presidente de la organización, habla sobre su participación y lo que le ha dejado el darle vida a dicho personaje: “Es una obra muy exigente y demandante, tanto para el espectador, como para los actores que la representamos. Me deja mucho aprendizaje, ha sido la oportunidad de seguir jugando, de conocer a un personaje que tiene muchas contradicciones, que es muy complejo, ya que empieza a jugar como una fuerza antagónica dentro del mismo dra1ma y diciendo que tiene los mismos objetivos que Ned Weeks; (cuando realmente le cuesta trabajo destaparse ante la sociedad). Siempre he dicho que el teatro te da la oportunidad de hacerlo mejor cada siguiente vez, y sin duda ‘Un Corazón Normal’ es el ejemplo perfecto de eso, siempre se sigue trabajando, hay que tener la atención puesta, la concentración y el nivel de exigencia. Y como grupo, es contar lo mejor posible la historia”. Basada en la obra de Larry Kramer, cuya historia fundamenta los primeros indicios de la propagación del VIH-SIDA, y que, solo a base de unión y fortaleza se logra avanzar para descubrir años más tarde entre lucha y opresión, que lo que estaba matando a gran parte de la comunidad gay hoy se conoce como el SIDA, y que gracias al descubrimiento de la doctora Emma Brookner, en aquella época se supo que se trasmitía por contacto sexual. Con las actuaciones también de Horacio Villalobos, Aldo Gallardo, Carlo Guerra, Axel Ricco, Pilar Boliver, Miguel Conde, Juan Ugarte y Pedro Mira, la obra “Un Corazón Normal” se presentará hoy viernes 31 de julio en el Teatro del Estado en Mexicali, en dos funciones 7:00 y 9:30pm. Boletos a la venta en taquillaexpress.com Hay que ir a verla porque: “Es importante que vengan a verla porque es un documento histórico. Es importante darle a conocer a la gente, a las personas que lo vivieron, ponerle en retrato lo que sucedió, pero también a los jóvenes, que lo vean los chavos porque es algo que se puede repetir, y la obra va mucho más allá de hablar de las preferencias sexuales, o de la comunidad gay, es una obra que tiene un alto contenido social, que traspasa esa barrera de segregación y en la que se dividen a las personas y se etiquetan, porque va más allá de valores universales como es el amor, la amistad, la solidaridad y la lucha social, que me parece a mí que es muy importante que la gente se dé cuenta que tiene derecho a reclamar y alzar la voz cuando es necesario”, finaliza el histrión Juan Ríos.