En Tijuana existe un incremento del 19 por ciento en los homicidios, mientras la depuración de los agentes no confiables, solo ha avanzado en un 9%. Así lo resumió e informó Jonathan Díaz Castro, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública (CCSP) en conferencia de prensa realizada el jueves 23 de julio. Sus opiniones, basadas en estadísticas e información oficial, contrastan con las versiones optimistas de los gobiernos estatal y municipal de Tijuana. El mismo día, las estadísticas oficiales indicaban que la ciudad fronteriza sumaba 330 asesinatos violentos, seis de estos muertos, caídos por las balas de la Policía, y 36 de los homicidios se cometieron en lo que va de julio. Las autoridades continúan atribuyendo las muertes violentas a la lucha por el poder que genera la venta de drogas en la ciudad y las rutas para cruzar los enervantes por la frontera. Según versiones de las corporaciones locales, lo que ha venido cambiando en los meses recientes -tras las capturas y los asesinatos-, son los protagonistas secundarios de estas pugnas, la forma de ordenar las muertes y el crecimiento del territorio criminal dominado los hermanos Alfonso y René Arzate. “Ahora también están contratando gente que vive en las mismas colonias que sus enemigos y les pagan por matarlos, ya no son los matones de su célula, por eso había confusión en algunas de las muertes. Lo que hacen es ir con los vendedores de droga y preguntar quién se quiere ganar tantos miles de pesos, y les pagan por esa muerte específica a delincuentes que no tienen relación con quién la ordena. “Además, la mayoría de los presuntos responsables de los homicidios, intelectuales y materiales, son delincuentes menores presuntamente vinculados con ‘Los Aquiles’”, refieren. Consultadas las áreas de Inteligencia del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California, explicaron de los reordenamientos criminales: “Se confirmó que al menos dos células que operaron con el Cártel de Sinaloa están recibiendo apoyo y droga del Cártel Jalisco Nueva Generación, una la de Arturo Govanni Gómez Herrera ‘El Gross’ -matón y cabecilla de grupo de Alfonso Arzate-, a quien Alberto Alcalá ‘El Chakal’ (delincuente detenido) acusó de chapulín desde mayo de 2015; y otro sujeto al que solo tenemos identificado como ‘El Negro’, pero no les mandaron gente y algo pasó. “Existe la presunción de que algo no está funcionando, porque de estar muy activo y en la calle, ‘El Gross’ se desapareció, y ahora solo participa en crímenes esporádicamente, como si se estuviera escondiendo. Además, en su zona en Sánchez Taboada, ahora también están operando Víctor Hugo Mejía ‘El Griego’, ‘El Oni’, ‘El Peter’, Jimmy López y ‘Los Primos’ Martínez Carrillo”. De igual manera, detectaron que criminales como Pedro Quintero Velázquez “El 5-8”, quien se había desterrado a Rosarito y después con rumbo desconocido, cuando intentaron matarlo en varia ocasiones, ya regresó y se está moviendo criminalmente en la zona de Playas. Identificado originalmente como servidor de narcos, ahora Pedro Stanley Herrera Jelinek “El Peter Junior” -con orden de aprehensión por el homicidio del ex director del Instituto Municipal del Deporte de Tijuana, Arturo Hachadur Kaloyán- está convertido en cabecilla de matones, por lo que fue incluido ya como uno de “Los Más Buscados” Con menos datos, también buscan a “El Chino”, “El Secre” y “Los de la Obrera” por los muertos en la Zona Norte, a “El Cabezón” en La Presa, “Elías” en Otay, “El Toro” y “El JR” en Centenario, y “El Moreno” y “El Chachas”, un nuevo operador delictivo en La Presa Rural. De la misma manera, trabajan en la identificación de “Los Chocorroles”, una banda dedicada a controlar el tráfico de droga en la colonia 10 de Mayo, integrada por ex policías municipales corruptos. “El Taxista” vs. Policía Municipal Uno de estos traficantes menores que se ha crecido ante la impunidad y falta de control, fue identificado por la Policía Municipal como José Guadalupe Aguilar Tirado “El Taxista”, quien forma parte de la célula de “Los Cuates de la Obrera”, capturados en junio pasado y, a su vez, servidores de “El Aquiles” Apenas el 8 de julio, los uniformados detuvieron a otros cinco delincuentes de este grupo, quienes informaron que tras las detenciones de junio, “El César” empezó a hacerse cargo de la distribución de la droga, y “El Taxista”, de los homicidios que ellos llaman ajustes de cuentas. Esta célula resultó implicada en el fallido intento de homicidio del policía Antonio Díaz Ponciano la noche del 4 de julio. Como parte de la búsqueda de los integrantes de esta célula dos casas de “El Taxista” fueron revisadas, en los domicilios encontraron cartulinas con el siguiente mensaje del presunto delincuente: “Pinches policías los vamos a matar uno por uno, ya los tenemos ubicados”. La respuesta de la corporación fue diseñar una hoja de “se busca” con la foto y el nombre de Aguilar Tirado, distribuyeron miles de copias en la colonia Obrera, pero siguen sin localizarlo; mientras que la Procuraduría del Estado no ha solicitado ni obtenido orden de aprehensión en su contra. Entre los detenidos el 8 de julio, Luis Osvaldo Barraza Ramírez, Erick Ramírez Hernández, Jonathan Navarrete Chávez (“El Burger”), Édgar Eduardo Navarrete Chávez o Édgar Eduardo Navarrete Sánchez (“El Jona”, “El Choco” o “El Negro”) y César Urrea Ramírez, declararon que le habían “pegado” al policía por encargo. Los autores intelectuales del ataque serían -según los detenidos- “Los Primos”, César Antonio, Raúl y Rogelio Martínez Carrillo, detenidos por la Policía Municipal a finales de abril de 2015 y cuya presentación fue firmada por Díaz Ponciano. Estos parientes, presuntamente dedicados a la venta de droga, fueron dejados en libertad la última semana de junio, y uno de ellos anduvo preguntando “dónde vivía ‘El Ponchis’”, refiriéndose al agente, y al final, la gente de “El Taxista” concretó el ataque “… porque el policía se pasó de lanza”, al detener a los Martínez Carrillo. En tanto, un familiar de la joven que iba a ver el día del atentado, “lo puso por droga, porque es adicto”, aseguran los compañeros de Díaz Ponciano Ex uniformado detenido por secuestro También esta semana, la madrugada del sábado 18 de julio en un billar de la Zona Río Tijuana, dos hombres agredieron a otros dos sujetos y la Policía Municipal intervino. Uno de los victimarios resultó ser el ex policía municipal Carlos Badillo Martínez, a quien le encontraron un arma 38 súper. De acuerdo a los reportes oficiales, este ex policía se mantenía prófugo desde junio de 2013, con una orden de aprehensión por secuestro. El 18 de junio de 2003, oficiales municipales detuvieron al agente comercial Félix Ochoa Hernández en un taller mecánico de la colonia Ejido Ojo de Agua, no huyó porque quedó herido después de que un secuestrado se le escapara. El detenido declaró que un día antes, lo había reclutado el policía Badillo Martínez “…y me dijo que si tenía un lugar donde guardar a tres personas que ya las traía aseguradas, y que si le ayudaba, me iba a dar una feria”. Las víctimas se habían sometido porque quienes los detuvieron eran policías, que después pidieron 20 mil dólares a la familia. Liberados los secuestrados, la familia recibió otra amenaza: “Ya van dos días que vas con tu mamá a Secuestros de Playas, van a valer madre tú y toda tu familia, vamos ir a tu tienda y a la llantera y les vamos a hacer un desmadre, vamos a llevar al Ejército” (ZETA edición 2047). Sánchez Taboada y Cerro Colorado, escenarios de sangre De los 330 asesinatos cometidos este año en Tijuana, ocho se registraron esta semana, la mayoría de las sangrientas agresiones se concentraron en la Zona Este de la ciudad. El viernes 17 de julio, pasada la una de la madrugada, los cuerpos de los hermanos Ernesto Alonso y Sergio Alonso Herrera fueron encontrados dentro de un pick-up propiedad del primero, fueron asesinados cada uno con un tiro en la cabeza. Estaban estacionados frente al edificio 10 del Infonavit Lomas del Porvenir en Tijuana. Fotos en sus redes sociales los ubican rodeados de gente armada, pero no tenían antecedentes delictivos en las corporaciones locales. El mismo día, alrededor de las ocho de la noche, dentro de su casa en la colonia Loma Bonita de la delegación Cerro Colorado, fue asesinado Fernando de Jesús Cota Bojórquez y /o Óscar de la Rosa Ramírez -tenía documentos con las dos identidades-, uno de sus socios criminales que resultó herido, explicó que se dedicaban mover metanfetamina para un hombre apodado “El Pariente” en la zona del Maclovio Rojas de Tijuana. El sábado 18 de julio, pasadas las tres de la tarde, en el Hospital General murió un hombre que llegó con el cuello apuñalado. Era robusto, calvo, de la cintura para arriba, incluida la cabeza, estaba lleno de tatuajes, pero no ha sido identificado; la autoridad tampoco tiene conocimiento de dónde lo recogieron. Asimismo, pasadas las diez de la mañana del lunes 20 de julio, dentro de su casa en el fraccionamiento Guaycura de la delegación Cerro Colorado, el cadáver de Luis Eduardo Ramírez “El Bananas” fue encontrado con un balazo en la parte de atrás de la cabeza. Estaba sentado en un sillón, y según los vecinos, fue acribillado por personas con las que antes estuvo bebiendo cerveza y drogándose. Su archivo incluía detenciones por narcomenudeo. El séptimo asesinato de la semana fue el de una mujer aún no identificada de alrededor de 30 años, la mataron cerca de las diez de la noche del martes 21 de julio en Papelería y Manualidades Bogarín del fraccionamiento Sánchez Taboada. Fue asesinada por dos hombres encapuchados que llegaron a bordo una motocicleta tipo de repartidor, la balearon y huyeron sin ser identificados. Ya el miércoles 22 de julio a las 12:15 am, se reportó el homicidio del pepenador Marco Antonio Armenta Zatarain, cuyo cuerpo fue localizado en el interior de su domicilio en la colonia Jardín con un balazo en la cabeza. Su concubina, informó que además de dedicarse a la pepena, Armenta también vendía droga, que esa noche llegaron al domicilio tres hombres vestidos de negro, a ella la amordazaron y la metieron en una habitación distinta a su pareja, y desde ahí escuchó como le reclamaban por una droga, cuando sonó un celular que respondieron con un “ok jefe, nos lo metemos”, después hubo detonaciones y la huida. El sexto abatido de la Municipal Antes, el domingo 19, alrededor del medio día, un elemento de la Policía Comercial identificado como Alberto Valenzuela le disparó un balazo en el abdomen al indigente identificado como Juan Manuel Ayala Torres. Todo sucedió en medio de un operativo en el que la Policía Municipal persiguió a dos ladrones de autos desde el fraccionamiento Soler hasta la Zona Centro, por la Avenida Internacional. La huida de los ladrones fue bloqueada por los agentes a la altura de la delegación policíaca en Zona Norte, bloqueado el paso, los policías persecutores impactaron el auto de los ladrones que chocaron, bajaron e intentaron huir a pie. Según el reporte oficial, dispararon y los oficiales respondieron. Ahí inició la confusión. Hombres que no estaban implicados en esta persecución, empezaron a salir de callejones y cuarterías de la zona, huyendo de los balazos, uno de estos fue Ayala Torres, quien corría en sentido contrario, pero llevaba una pistola de plástico en la mano. Salía de un callejón de malla y, cuando llegaron los agentes, le vieron el arma, le ordenaron tirarla, él siguió corriendo y uno de los uniformados disparó. La Procuraduría aún investiga si el oficial puede acreditar la legítima defensa en este caso. En el expediente fueron consignados por robo Cristian Zamudio y Alberto Ramos. De ladrones homicidas Pero no solo los traficantes están matando, el nivel de los delincuentes dedicados al robo también está incrementando. Un ejemplo de la escalada homicida de los ladrones que generó la indignación ciudadana recientemente, fue el asesinato de Fernando Pusián, de 50 años, cuando el transporte público en el que viajaba el 6 de julio fue asaltado en la zona del Valle de Las Palmas, y la niña de capacidades diferentes que lo acompañaba, no pudo controlarse ante el ataque. De acuerdo a las indagatorias, los delincuentes intentaron tocar a la menor para callarla y el hombre la defendió, golpeando a uno de los asaltantes para evitar que la agredieran, mientras les informaba de la discapacidad. Al criminal no le gustó la reacción de Pusián, lo bajó del transporte y lo mató de un balazo. Las corporaciones operativas y ministeriales no tenían pistas hasta que esta semana la Policía Municipal detuvo de manera incidental, a un integrante de la banda agresora, en posesión de una arma punzocortante. Ya en la revisión de antecedentes se percataron que había sido implicado en un expediente de robo y otro por homicidio. De la identidad de los homicidas del padre de familia, las autoridades han presentado algunas delincuentes relacionados con los presuntos responsables, y tienen algunos nombres que mantienen en resguardo ante la posibilidad de la pronta captura. También encontraron que este grupo tiene antecedentes desde 2013, por lo menos por robos armados en Ensenada, Tijuana y Mexicali, y tienen como común denominador un reclutador, Juan Carlos Rivero Medina “El Viejón”- detenido el 3 de julio-, quien no participó en el robo donde mataron a Pusián. “Los reclutaba, si se quedaban en Tijuana después les volvía hablar, pero en el inter, el resto de los ladrones organizaban sus propios grupos y hacían otros robos”, se informó. Según la Policía Municipal, estos ladrones también participaron en un asalto a cuentahabiente en enero de 2015, en un banco cercano a la Vía Rápida, donde la víctima fue lesionada. Y un asalto el 27 de noviembre de 2014 a un banco donde hubo un herido. “El Viejón” buscaba a sus socios criminales en Sinaloa y Baja California Sur, les ofrecía directamente o a través de una tercera persona, “jales” por los que recibirían de 5 mil a 15 mil pesos, dependiendo del botín y de la labor a realizar. También les decía que ya estaban apalabrados, así que no tendrían problemas, por eso atracaban sin cubrirse la cara. Quienes han sido detenidos, primero han reaccionado agresivamente, alegando: “Soy de Sinaloa, y Sinaloa se respeta”, o algo similar. El 3 de julio, cuando detuvieron a Rivero Medina por el robo de un cajero automático, capturaron a otros tres miembros de la banda. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, de este grupo están pendientes de aprehensión: Juan Alfonso Ruvalcaba Camargo “Tuky”, Ángel Ruvalcaba Camargo “Barbas” y Mauricio Burgueño Camargo “Mucio”. Y el 14 de julio también fueron encarcelados Jesús Alejandro Vega Pacheco (Sonora) y Francisco Jesús Félix González (Sinaloa), por dos robos de cajeros.