El lunes –este que acaba de pasar— un hombre de unos 30 años de edad entró en silla de ruedas a una sucursal del Banco Santander en Queens, Nueva York, se acercó a la ventanilla y tranquilamente le entregó una notita a la cajera exigiéndole todo el efectivo que tenía disponible. Lo extraño del caso es que la empleada le entregó mil 200 dólares y el ladrón EN ZERIO! en silla de ruedas –repito— salió del banco sin haberle mostrado un arma a nadie, con el botín, sin que nadie se entrometiera en su camino y a la fecha no ha sido detenido.