Madrugada del domingo 28 de junio. Hasta su casa en el fraccionamiento popular Valle del Pedregal llegó el joven Evenzer del Castillo de 18 años fue a buscar a su hermano Henrich Fernando. Eran cerca de las 2:40 de la madrugada y le relató que acababa de tener un roce con un sujeto al que apodan “El bajito”, de nombre Aarón de Anda Barriga, quien “le sacó un cuete, ahí en el parque”. “¿Vas a vengar paro?”, le preguntó-propuso a su hermano menor, y de inmediato ambos salieron a buscar a “El Bajito”. Evenzer llevaba una manopla metálica en la mano derecha y apenas avanzaron una cuadras cuando se toparon al que buscaban. De 32 años, estaba en compañía de otro joven de la zona, “El Furcio”. En ese contexto no fueron necesarias muchas palabras. “¡¿Qué?!” Le reclamó Evenzer y “El Bajito” respondió inmediato con otro “¿Qué, güey?”. En automático el primero le lanzó un manoplazo a la cara derribándolo y echándosele encima. Se armaron los golpes y en la primera oportunidad “El Bajito” sacó una pequeña pistola calibre 25 cromada y le estampó dos balazos a Evenzer, uno en el estómago, otro en el tórax. El joven cayó herido de muerte. El hermano menor se abalanzó pero “El Bajito” de inmediato le apuntó y solo se oyeron dos clics, pero no hubo disparos. Al parecer no tenía más balas. Aprovechó el joven Henrich para dejársele ir con cuchillo en mano. Le pegó en la cara, en la cabeza, en el estómago pero El Bajito como pudo alcanzó a correr ensangrentado. Ahí tirado, Evenzer agonizaba. Su hermano –también herido– trataba de reanimarlo y pedía apoyo, de Anda corrió hasta una casa cercana donde llegó gritando por auxilio. Estaba todo cubierto de sangre y la mujer del domicilio les hizo señas a los policías que ya lo buscaban. Evenzer fue trasladado a la Cruz Roja Poniente en el boulevard Lázaro Cárdenas, pero cuando llegó ya había fallecido. Enfundado en el overol amarillo –obligatorio para los internos del Cereso que acuden a las audiencias del Nuevo Sistema de Justicia Penal— de Anda compareció y fue vinculado a proceso, imputado por el crimen el viernes 3 de julio por la mañana. La Sala 5 estaba vacía, ni familiares, ni hermanos ni amigos de ninguno de los tres jóvenes involucrados: Uno muerto, otro herido y otro encarcelado. De acuerdo a los datos de la Dirección de Seguridad Publica de Mexicali en lo que va de este año un total de 494 menores de edad se han visto involucrados en delitos –robo con violencia, contra la salud— y mil 148 en faltas administrativas, aunque hubo años como el 2009 donde se registraron un total de 13 homicidios cometidos por adolescentes. En el caso mencionado el adolescente no fue el agresor, fue el agredido, el muerto. Falló el Estado “Contrario a lo que pudiera parecer la incidencia delictiva ha ido en disminución”, considera el Juez de Adolescentes en la capital del estado, Álvaro Castilla Gracia. Refiere como desde el 2007 a la fecha se han procesado por homicidio a 76 jóvenes. De éstos desglosa: * 2007: nueve homicidios. * 2008, 24. * 2009, 18. * 2010 un total de 12. * 2011 fueron 3. * 2012, 4. * 2013, 3. * 2014, 3. * 2015 ninguno registrado a la fecha. Para el especialista, esta disminución pudiera deberse a que desde el 2007 se ha trabajado de forma coordinada debido a que se crea la Ley de Justicia Penal para Adolescentes –la que caracteriza como una ley integral— ya que obliga a todas las autoridades a intervenir, entre estas Seguridad Pública Estatal, municipal, Procuraduría, DIF, Seguridad escolar. Entre varios temas analizan la posible participación de los jóvenes infractores en grupos de pandillas y de acuerdo al juez de Adolescentes los jóvenes se involucran en estos grupos porque necesitan un sentimiento de pertenencia por venir de una familia disfuncional. “Ven como estereotipo al líder de la pandilla como una persona que representaría la figura que muchas veces no tienen, la del padre. Esos valores equivocados sobre el dominio de otros es lo que los lleva a tener rencillas entre grupos y de ahí se crean territorios”. El Juez Castilla menciona que de ese tipo de homicidios son los que tienen los jóvenes –“es que me tiró barrio”—, es el argumento, lo ven desde un aspecto territorial. “Se trata de jóvenes quienes no tienen la madurez cultural ni emocional para desarrollarse plenamente en una sociedad. Para ellos es muy normal desarrollarse en un ambiente criminógeno, consideran que si alguien se mete a su barrio es como si se metiera a su casa”, refiere Castilla y ha sido el contexto donde viene el conflicto tumultuario con riñas colectivas, con armas blancas, escopetas, armas cortas, tubos y en un caso un joven mató a otro golpeándolo con un bloque de concreto en la cabeza. Menciona que en la mayoría de los casos de trata de varones y las mujeres se han visto involucradas en asesinatos, pero a nivel de coparticipación, de cómplices. Castilla recuerda un caso de muchachos que estando en un parque ven pasar un pick up con algunos jóvenes “se tiran barrio”, los persiguen, el vehículo no puede avanzar por los topes, son alcanzados, bajan al chofer –que era mayor de edad— y lo matan a golpes. “Es que no eran del barrio…”, fue el argumento. Pero el homicidio no es el único delito, la lista es larga: Daño a la imagen urbana, robo de vehículos, robo a comercio, robo a casa habitación, narcomenudeo. Castilla refiere que la mayoría de estos jóvenes proviene de zonas marginadas, con núcleos de hacinamiento, sin mucho acceso a servicios escolares o de salud, sin los servicios urbanos necesarios, provienen de familias desarticuladas, disfuncionales. “Parte de la delincuencia juvenil, el estado sabe que tiene una corresponsabilidad, por eso el juzgamiento con los jóvenes es diferenciado, porque el Estado sabe que en un momento falló. Por eso nosotros como autoridad tenemos que entender que la delincuencia juvenil se da como consecuencia de que el Estado no puede proveer a todos los ciudadanos de lo que necesitan”, expone Castilla, quien considera que estos jóvenes no nacieron malos, sino que se fueron formando en estos contextos. Aparte menciona que los jóvenes, por su categoría de menores están siendo utilizados por grupos de crimen organizados para el contrabando de droga, de personas y hasta delitos contra la biodiversidad –como el contrabando de totoaba— o piratería. “Utilizan la palabra de menor como un escudo de inmunidad, los únicos que tienen inmunidad judicial son los menores de 11 años, los niños”. Manoplas, navajas, puntas En la Dirección de Seguridad Publica se creó desde hace seis años la Unidad de Atención a Menores con la idea de monitorear el comportamiento de los jóvenes en la capital del estado para con esos datos poder elaborar programas preventivos, explica el titular de la DSPM Alejandro Montreal. Entre los datos menciona que en lo que va del año han registrado mil 148 faltas administrativas cometidas por menores de edad –de entre 14 y 17 años— de los cuales 78 por ciento son hombres y el 22 por ciento mujeres. Las faltas más recurrentes por las que estos menores son turnados al Juez Calificador son por organizar grupos y pandillas (260 detenidos), luego por ingerir bebidas alcohólicas o substancias tóxicas (214 presentaciones), por falta de respeto a las autoridades llevan 163 presentados. En el caso de delitos en los primeros seis meses del año han detenido a 494 menores –el 94 por ciento varones, el restante 6 por ciento mujeres— en abril fueron 107 detenciones, 103 en febrero y 100 en enero. El delito que más cometen estos jóvenes es el daño en propiedad ajena –vandalismo, quebrar vidrios, “grafitear”—, otros son por posesión de drogas (103 detenidos) y por portación de arma prohibida (98 detenciones) que incluyen cuchillos, manoplas, navajas, puntas, desarmadores afilados. El jefe policiaco explica que la mayor parte de las detenciones se presentan en la Zona Central, que incluye la colonia Hidalgo, Villas del Rey, Independencia. En esta parte de la ciudad se ha detenido a 18 jóvenes por robos violentos y a 115 por organizar grupos y pandillas. En el Poniente –Jardines de Progreso, Jazmines, Villas de Alarcón, San Miguel— uno de los principales problemas es el pandillerismo, mientras que en el Oriente –Valle de Puebla, Ángeles de Puebla, Valle del Pedregal, Parajes de Puebla— y otra zona donde ha crecido la incidencia en cuanto a pandillas es en el Vale de Mexicali, principalmente en Ciudad Morelos y el poblado Guadalupe Victoria. En la parte urbana el jefe policiaco calcula que existen cerca de 45 pandillas, entre grupos grandes y otros más pequeños. “Algunos han subido su nivel de violencia”, refiere Montreal aporta un dato: de todos los detenidos en este año solo 36 han sido reincidentes pero cada vez son más menores, empiezan de más temprana edad a agruparse. “Hay muchos factores, el sentido de pertenencia a la familia, el hacinamiento o el descuido de los padres porque tienen que trabajar, los dejan al libre albedrio de la calle”, expone Montreal, quien considera que el narcomenudeo es otra de las actividades ya que gozan de mejores beneficios en cuanto a las leyes. El titular de la DSPM opina que es necesario adecuar, analizar la Ley de Adolescentes, “Miro muchas cosas donde los mismos adolescentes cometen hechos delictivos y no pasa nada, se vuelven más violentos”, asegura Montreal. En evolución En el sistema penitenciario de Baja California hay 16 mil 900 internos –han llegado a tener 20 mil— con una capacidad instalada de 15 mil 500 espacios, sin contar El Hongo III que aún no está operando, explica el Subsecretario del Sistema Penitenciario Héctor Grijalva Tapia, quien comenta que en la entidad han estado trabajando en una evolución del sistema penitenciario y a partir del 2002 y la creación del Hongo II y III y mejorado la infraestructura en los otros centros del estado. Del total de internos, 244 son adolescentes, de los que se reparten 74 en Mexicali, 44 en Ensenada y 127 en Tijuana. El funcionario coincide en que “ha disminuido bastante”, en relación a la incidencia delictiva de los jóvenes y menciona, como cuatro, cinco años atrás había cerca de 500 adolescentes recluidos en toda la entidad, cifra que ha disminuido a casi la mitad. “Hemos ido trabajando con ellos de forma muy puntual y tenemos proyectos de trabajar en forma más adecuada, sobre todo en función de los tiempos que estamos viviendo”, refiere el titular del sistema penitenciario en el estado. Cómo ejemplo: que tienen en proyección un nuevo modelo de tratamiento para Adolescentes donde se pretende facilitar la reinserción y la reintegración social de adolescentes y adultos jóvenes. “Es un modelo donde todas las dependencias estatales van a colaborar, ya se está capacitando al personal y es un modelo donde vamos a obtener mejores números”, dice Grijalva refiriendo que ésta entraría en operación en el próximo año. Entre las características menciona que son programas con diferente forma de aplicación y donde el adolescente “va comprendiendo el daño causado, va comprendiendo la forma en que lastimó a las sociedad, vamos involucrando a la víctima y a la familia”, explica Grijalva refiriendo la importancia que reviste “que la víctima también sane”. “Al estado le corresponde imponer una pena a una persona que transgredió el orden social, pero la victima todavía queda con ese resentimiento, tenemos que trabajar en cómo restaurar este daño”. Grijalva Tapia refiere que la incidencia delos jóvenes ha disminuido y menciona cómo la legislación ha buscado que de preferencia estos jóvenes cumplan su sentencia fuera del lugar de internamiento. “Debemos tratarlos en libertad y evitar que ellos puedan tener en su momento una conducta reiterada antisocial o más grave. Es importante confiar en el sistema. Confiar en que en los tratamientos no siempre van a ser privados de la libertad, el ciudadano no debe de sentirse impune, ni sentir que hay una injusticia cuando una adolescente no es privado de la libertad, porque la sanción no tiene que ver siempre con la privación de la libertad, debe ser la excepción, siempre tiene que haber una opción primaria”, sintetiza.