Lo que evidenció la segunda “fuga” de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera es el “lamentable estado en el que se encuentra el Estado mexicano”, expresó a ZETA el historiador Lorenzo Meyer, advertencia sobre “el estatus del Estado” que ya había formulado en “Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México” (Debate, 2013). “El crimen organizado tiene muchas características del Estado: domina regiones, tiene una base territorial, tiene una fuerza armada, tiene recursos propios y en algunos casos incluso cobra impuestos, toma decisiones, está muy centralizado, no es democrático desde luego, pero el Estado formal tampoco es realmente democrático”, refirió a este Semanario el doctor Lorenzo Meyer, investigador del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). En entrevista con ZETA, Meyer explica cómo se gesta el poder del crimen organizado: “Cuando el PAN llega a Los Pinos (con Vicente Fox en el año 2000) y se supone que estamos cambiando de régimen y que eso va a fortalecer al Estado, resulta que no lo fortaleció, sino al contrario, lo debilitó; y una de las áreas en donde se debilitó, es en el área del combate al crimen organizado, porque antes del PAN más o menos las fuerzas del gobierno tenían bajo control al crimen organizado. “Pero cuando llega Fox y desde luego cuando está Calderón, el crimen organizado simplemente se va por la libre, toma sus decisiones, ya no se subordina, estaba subordinado ilegalmente desde luego, pero efectivamente, a la fuerza del Estado, toma su independencia y entonces nos encontramos con la situación actual en donde hay una especie; claro, a lo mejor no es lo más apropiado llamarle así, de un Estado paralelo”. La corrupción que heredó el PRI Asimismo, la corrupción que ha permitido el empoderamiento del crimen organizado fungiendo como un “Estado paralelo” también tiene su historia, explicó el Profesor Emérito de El Colegio de México (COLMEX): “La corrupción es una herencia que no se ha podido hacer a un lado de la larga permanencia del régimen priista, que es ahí donde se incuban todas las debilidades del Estado mexicano actual, que a su vez viene de un proceso muy difícil del Siglo XIX de darle forma a esa estructura estatal que finalmente más o menos queda hecha, pero todavía con muchas debilidades con el porfiriato. “Luego viene la revolución y rehace al Estado mexicano, pero lo hace dentro de un régimen no autoritario, no democrático, donde no hay la posibilidad de llamar a cuentas a ninguno de los responsables, al menos no llamarlos a cuentas por la vía que la Constitución y las leyes proponen; sino que cuando se llama a cuentas a alguien porque falla, porque alguna de las instituciones de la que está encargado muestra debilidades, es porque el Presidente así lo quiere, no porque la Ley se cumpla, y esa falta de armonización entre la vida institucional y las estructuras legales, pues sigue presente hasta la fecha y se ha hecho más patente a partir del cambio de partido en el poder (en el año 2000)”. En todo caso, la enraizada corrupción en el Estado mexicano ha dado origen al imperio del crimen organizado, al grado de representar un “Estado paralelo”: “La corrupción alimenta a este Estado paralelo, pero a su interior, dentro de las estructuras que maneja ‘El Chapo’, pues hay una disciplina impuesta brutalmente que impide que dentro del Cártel de Sinaloa haya corrupción; el Cártel de Sinaloa vive de la corrupción, pero adentro de su organización, la corrupción no tiene un lugar muy importante. “En cambio, en el Estado formal en el que vivimos nosotros, el resto de los mexicanos, pues la corrupción está en todos lados y eso mina completamente su capacidad, su estructura. Es un Estado muy débil. “Claro, es el Estado formal, el Estado mayor, el que tiene presencia en todo el territorio pero no tiene la cohesión, la disciplina, la unidad de propósitos que tiene el Estado informal o pseudo Estado del crimen organizado, y en algunos momentos de choque, como resulta ahora lo que estamos viviendo en este momento, ese segundo Estado tiene una capacidad de acción mucho mayor que la del Estado formal”. Ante cuáles serían las inevitables consecuencias del poder del “Estado paralelo”, el distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2011 en la categoría de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, contesta lapidario: “Bueno, esa es la pregunta fundamental, porque de seguir la inercia tal como está hoy con el transcurso del tiempo, no es el Estado formal, el Estado legal el que se va a imponer, sino es el otro, que no le interesa tomar por ahora, supongo yo, formalmente el poder, lo que le interesa es la ganancia; pero de manera indirecta está tomando áreas de poder, no puede llegar realmente a controlar nuestra vida política, nuestra vida en común, entre otras cosas porque el Estado formal mexicano se encuentra como parte de una estructura internacional, y esa estructura internacional para nosotros está centrada en Estados Unidos, y Estados Unidos no le dejaría llegar tan lejos. “Pero el futuro inmediato se ve bastante incierto porque el Estado formal, legal, no ha tomado ninguna medida importante para modificar su modus operandi para tratar de blindarse en contra de la corrupción, es que la corrupción está desde la Presidencia hasta el policía, está en todos los niveles del Estado formal; yo no veo ninguna medida importante que esté ya puesta en marcha ahora y que uno pueda decir ‘dentro de un tiempo razonable esto va a dar resultados y vamos a tener instituciones más eficientes, va a haber rendición de cuentas, va a haber una unidad entre lo que la Ley dice y lo que la realidad nos está mostrando que se hace’. “En eso estamos apenas en la discusión, mientras que el grupo criminal organizado sigue viento en popa, a toda vela, y tiene una capacidad tan grande que su presencia como empresa del narcotráfico está en todo el mundo, tiene presencia en 50 Estados. Es una organización realmente formidable, disciplinada y con una unidad de propósitos que si la tuviera el Estado real, formal mexicano, sería otra cosa, sería hasta envidiable”. “La democracia en vilo” y otros libros Para concluir la entrevista con ZETA, el reconocido historiador compartió algunos argumentos sobre tres libros en ciernes; para empezar, destacó “Historia mínima del petróleo”: “Es una historia mínima del petróleo, espero seguir en ese trabajo en estos meses, es parte de una colección que El Colegio de México decidió impulsar y publicar de historias mínimas de la economía, de una buena cantidad de áreas específicas; historias que puedan ser útiles para alguien que no es especialista, pero que quiere mantener una visión general de México”. En segundo lugar, entregará “La democracia en vilo”, donde Enrique Peña Nieto no sale bien librado: “Probablemente en febrero del año entrante salga un libro sobre la primera mitad del gobierno de Peña Nieto que tentativamente se titula ‘La democracia en vilo’, el tema central es el fracaso de la transición, cómo no se llevó a cabo y los actores responsables de esto son muchos, pero los efectos en el sexenio de Peña Nieto de lo que no se hizo durante el panismo, y cómo estamos en una situación en donde, esa es la tesis principal, podemos ir de regreso, podemos estar en realidad ya empezando lentamente el camino a una especie de segunda edición del sistema que imperó en el Siglo XX”. Y, finalmente, adelantó Meyer: “Espero seguir con mi libro de investigación sobre los efectos que tuvo la Guerra Fría, la lucha anticomunista del mundo en México, en la forma en cómo el Estado autoritario se condujo, cómo la Guerra Fría fue una coartada perfecta para que el sistema autoritario priista siguiera funcionando y entonces se explica desde la guerra sucia de los 70 o antes, el 68, las formas en cómo se ejerció el poder en nombre directa o indirectamente de la lucha contra la izquierda, contra el comunismo. Ese será mi libro de más aliento, ya lo tengo investigado pero no lo tengo escrito”.