No solo dejó la ex Procuraduría de los Derechos Humanos en números rojos, atestada de sus colaboradores -incluidos aviadores, hijo, hijastro y hasta suegro- y con hartos pendientes en materia de… sí, Derechos Humanos, sino que aparte y de acuerdo a documentos en poder del Órgano de Fiscalización Superior de Baja California, Arnulfo de León Lavenant también dejó las cuentas bancarias en ceros. Como se aprecia en la gráfica tomada de un documento del ORFIS, de ocho cuentas que tenía la PDH, a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos que de manera precaria dirige Melba Olvera, De León Lavenant dejó seis cuentas bancarias en cero pesos. Solamente en dos, una de Santander y una de Bancomer, el ex procurador dejó nimias cantidades. Poco más de 57 mil pesos en una, y poquito más de 6 mil en la otra. Aparte, en el ORFIS anotan que no proporcionó las claves de acceso a las cuentas bancarias electrónicas en cinco de esos casos, además, que los documentos que supuestamente envió De León a los bancos para que su rúbrica fuese eliminada para la emisión de cheques y autorización de otros productos financieros, ni siquiera contenían la firma de recibido de las instituciones bancarias. Ante las condiciones en que Arnulfo de León dejó la ahora CEDH, la institución no ha podido arrancar el vuelo institucional, pues se encuentra sin dinero, con personal heredado y deudas por servicios básicos. El problema es que en el Congreso del Estado, tanto los panistas como priistas protegen las irregularidades de Arnulfo, manteniéndolo en la impunidad, y condicionan a Melba Olvera la entrega de recursos a cambio de nombramientos para los cuates de las y los diputados.
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