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sábado, febrero 1, 2025
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La herencia

Un lechero fallece y, al día siguiente, toda la familia va a la lectura de testamento. Llaman a un abogado y empieza a leerlo: “A mi hijo le dejo las casas del norte, a mi hija las urbanizaciones del sur, y a mi mujer los edificios de la ciudad…”. En eso el abogado pregunta: — ¿Su marido era rico? La esposa contesta: “Qué rico ni qué narices… ¡Esas son las rutas para repartir la maldita leche!”. Autor: El hijo del panadero.  

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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