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viernes, octubre 11, 2024
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La fábula del escorpión y la rana. Dirigida o dedicada a los maestros

Mi reconocimiento, mi respeto y agradecimiento para todos los que hacen posible nuestro querido y muy esperado semana tras semana periódico ZETA. Menciono al inicio de esta fábula del escorpión y la rana va con dedicatoria exclusiva a los del Magisterio, a los ingenuos y confiados maestros. Va pues. Éste era un escorpión (PRI) que por actos vandálicos, disturbios, protestas por parte de los maestros en plenas campañas por rechazo total a la evaluación, entonces el escorpión ideo un plan ante ese caso, pararlo por lo pronto y le dice entonces al a ranita (Magisterio): ‘¿Sabes qué? Se suspende indefinidamente la evaluación’. O sea, es el caso de la apremiante necesidad del escorpión, necesita cruzar a la otra orilla del lago, pero cómo. ‘Ah’, se dijo el escorpión, ‘el magisterio’, ahí estorba el Magisterio, en esa ranita y con voz suave, tierna la llama yd le dice: ‘Ranita, ranita, ven’. ‘Qué quieres, escorpión’. ‘Mira’, le dijo con un semblante de humildad, ‘ya vez que a nosotros no nos fue dado ese poder de transitar por las aguas, pero yo necesito, me urge salir de este problema, ranita, es decir que tú me cruces en tu lomo a la otra orilla del río’. Pero para luego respingó la rana: ‘¿Acaso te has vuelto loco, escorpión? Expondría tontamente mi vida y me acabarías con tu mortífero piquete’. ‘No, no, no, no, mi querida ranita, yo te lo juro, palabra de honor que no te provocaría daño alguno’, aquí es cuando en sus apuros, por desmanes de los maestros, el PRI les dice a dichos maestros suspendidas indefinidamente las evaluaciones, y el magisterio cayó y confió en el PRI de la misma forma que la ranita, inocente y muy ingenua le dijo finalmente al escorpión: ‘Está bien, hágase la paz entre nosotros, súbete en mi lomo, escorpión, que como buenos camaradas yo te llevaré a la otra orilla del río’. Pero, oh Dios, qué vil engaño, qué ingratitud, qué mal le pagó el escorpión a la pobre e ilusa ranita, porque ya pasado el apuro del escorpión y en cuanto la ranita tocó tierra, ¡pum!, el escorpión picó a la ranita (aquí es cuando el PRI metió reversa y pasadas las elecciones les clavó el aguijón, como el escorpión, diciéndoles: ‘Siempre sí habrá evaluaciones’. Mas la pobre ranita sorprendida de esa canallada y en estado agónico le reprocha: ‘Pero tú me juraste, me empeñaste tu palabra y bajo promesa de que no me harías daño al final’ y el escorpión con toda tranquilidad, sin un gesto de compasión ni remordimiento le contestó: ‘Perdóname, ranita, pero yo soy malo por naturaleza’. Ranita (Magisterio), basado en los números de votos y por gratitud de tu parte, “por la suspensión de dicha evaluación”, votaste, le diste muchos votos al escorpión y el engaño, la burla fue el aguijón que les clavaron, ni modo. Atentamente. Juan Manuel Flores A. Tijuana, B. C.

Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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